Inmaculada Sánchez Ramos, coautora de Cómo transformar desde el Consejo (LID Editorial), presidenta de la Asociación Española Ingenieros Telecomunicación-Madrid y miembro de Governance Lab
El capital intelectual de las organizaciones es cada vez más como un activo estratégico fundamental. Como menciono en el capítulo 2 del libro Cómo transformar desde el Consejo dedicado a la “Formación: palanca estratégica para el gobierno del capital intelectual de la organización y de su consejo de administración”, la gestión de un activo tiene dos facetas: una de “ataque”, que permite su crecimiento y aumento, y otra de “defensa”, que posibilita su protección. Estas dos facetas corresponden a la estrategia y la gestión de riesgos.
Ambos aspectos son responsabilidades inherentes e indelegables del Consejo de Administración, por lo que la gestión del capital intelectual debe estar en la agenda del Consejo, con un seguimiento periódico similar al del capital económico.
Pero, ¿cómo debemos gestionar este capital? Esta es la pregunta central que aborda este capítulo del libro, aunque también se trata el importante tema de la formación de los consejeros.
¿Cómo gestionar el capital intelectual de una organización?
Es evidente que el capital intelectual de una organización proviene del talento que captamos externamente y del que desarrollamos internamente a través de la formación. Por ello, para cubrir el segundo camino el consejo debe definir los principios estratégicos y la política de formación. En mi opinión estos principios estratégicos son:
En el libro se expone toda una metodología para hacer posible estos principios estratégicos.
La formación de los consejeros
Como es sabido, los consejos en la actualidad se enfrentan a importantes retos de muy distinta naturaleza, por ello se recomienda, desde todos los foros autorizados, que la composición de los consejos sea diversa en lo que a materia de conocimientos de background y experiencia de los consejeros se refiere, para que el consejo como un todo pueda, de verdad, estar los suficientemente informado.
Si bien lo anterior es condición necesaria, no es condición suficiente, ya que estos retos son de gran calado y en constante evolución, por lo que los consejeros han de tener una formación continua para enfrentarlos adecuadamente. En la actualidad hay materias tan candentes, como la ciberseguridad, la inteligencia artificial, la normativa de ESG, la geoestrategia, etc. que precisan una continua actualización del conocimiento.
Y… además, ¡qué mejor manera para impulsar la cultura del aprendizaje continuo por parte del consejo que predicando con el ejemplo!