España se encuentra en una encrucijada en el ámbito de la ciencia y la innovación: a pesar de ocupar el noveno puesto en producción científica a nivel mundial, sigue rezagado en la conversión de este conocimiento en innovación tangible, situándose en el puesto 28 del Índice Global de Innovación. Este desfase refleja la dificultad para trasladar la investigación académica al sector productivo, lo que limita el impacto de los avances científicos en la economía y en la sociedad.
En este contexto, las spin-offs -empresas derivadas de instituciones académicas (44%), hospitales (29%)o centros de investigación (27 %)- juegan un papel clave al actuar como puente con la industria, facilitando la transferencia de tecnología y la generación de soluciones innovadoras en sectores estratégicos como la salud.
Con el objetivo de comprender los desafíos y oportunidades a los que se enfrenta el ecosistema de innovación en ciencias de la vida, la Fundación Botín y la consultora estratégica Inveniam Group han elaborado el informe “Evolución y tendencias del emprendimiento científico del sector salud en España”.
Según este estudio, se han creado 199 spin-offs surgidas de la investigación pública, concentradas principalmente en biotecnología (57%), seguida de tecnologías médicas (32%) y salud digital (11%). Cataluña lidera la generación de spin-offs en España, con el 55%, muy por delante de otras comunidades como Madrid (11,5%), Comunidad Valenciana y Galicia (7% cada una) o Andalucía (5%). Además, encabeza las operaciones de salida con16 de los 26 exits registrados (61%), seguida por Madrid (15,4%), y Galicia (11,5 %).
La maduración de una spin-off biomédica requiere de entre 7 y 15 años, y una elevada inversión de capital, por lo que es esencial contar con fuentes de financiación adecuadas en cada etapa. El proceso se estructura en varias fases con apoyos específicos, y en el caso de España existen más limitaciones que otros mercados más robustos, lo que reduce la competitividad de sus spin-offs frente a sus pares en países con mayor acceso a capital y sistemas de inversión más consolidados.
En la fase pre-semilla, la financiación pública predomina y se centra en validar conceptos y crear prototipos, con iniciativas como CaixaImpulse de la Fundación La Caixa, AECC Innova de la Fundación Científica de la AECC (FC-AECC) y programas autonómicos de innovación liderando el apoyo.
En la fase semilla, instrumentos públicos como NEOTEC del CDTI y el programa INNVIERTE son claves, aunque su acceso implica burocracia y coinversión privada. También tienen un papel relevante programas de entidades privadas como Mind the Gap de la Fundación Botín, S2B Health&Care de Fundación Ship2B, AECC Impulso de FC-AECC y BStartup Health del Banco Sabadell. Aquí igualmente operan los business angels y plataformas como Capital Cell, que facilitan fondos en esta etapa crítica. Además, desde 2015 existen gestoras de fondos especializadas en la inversión en fases tempranas.
Ya en la fase de crecimiento, el capital riesgo nacional e internacional toma relevancia, junto con programas como el EIC Accelerator del Consejo Europeo de Innovación, pero la financiación disponible sigue siendo insuficiente frente a estándares europeos y norteamericanos.
Operaciones de salida: un proceso lento, pero con oportunidades de crecimiento
Un indicador importante de la buena salud del ecosistema de emprendimiento son las operaciones de salida (exits). Entre 2001 y 2023 se han identificado 26 operaciones de salida de spin-offs sanitarias de origen público en España, con un tiempo medio de 9,3 años entre su creación y la venta de la empresa o la entrada de nuevos inversores. La biotecnología lidera en número de exits (81%), siendo la mayoría delas transacciones protagonizadas por empresas originadas en una única institución (69%).
El análisis subraya que la mitad de los fondos de estas operaciones de salida fueron aportados por entidades españolas, mientras que el resto provino de inversores internacionales, principalmente de Norteamérica. Este dato refleja el creciente interés del ecosistema español de cara a los mercados globales, aunque aún existe margen para fortalecer la inversión local en fases avanzadas del ciclo de vida de estas empresas, lo cual a su vez es un factor clave para atraer capital internacional.
La falta de inversores especializados en fases avanzadas y la menor disponibilidad de financiación privada en comparación con otros ecosistemas innovadores, como el estadounidense o el británico, han limitado el ritmo de consolidación de muchas spin-offs sanitarias. El informe concluye que es necesario reforzar de manera urgente la financiación de los proyectos empresariales basados en I+D, ya que España está por debajo de la media europea.
También pone de relieve la importancia de los programas de apoyo a la transferencia de tecnología y a la atracción del talento impulsados desde la administración, y el fortalecimiento de la colaboración público-privada para alinear a las Oficinas de Transferencia Tecnológica (OTT) con los inversores, los emprendedores y la industria, lo que elevará sin duda las tasas de éxito en la comercialización.
Fomentar la inversión privada en fases avanzadas es clave, dada la falta de suficientes inversores especializados que impulsen el escalado y consolidación de estas compañías; solo así se aprovechará el potencial científico español para generar impacto económico y social.