La consulta de dispositivos móviles mientras se conduce es uno de los caballos de batalla de la seguridad vial, al menos entre los jóvenes. Así, un 32,4% de universitarios asume que ha revisado WhatsApp u otro tipo de servicios de mensajería mientras atendía al volante, según el informe “Hábitos de los jóvenes al volante”. Este estudio ha sido elaborado con los testimonios recogidos entre cerca de 1.900 jóvenes de entre 18 y 25 años participantes en la campaña de prevención “Agárrate a la vida”, la iniciativa de seguridad vial que desde 2010 llevan a cabo en universidades públicas y privadas de toda España la Fundación Mutua Madrileña y Aesleme. El 22,8% de los jóvenes reconocen realizar llamadas sin utilizar el dispositivo de manos libres.
La toma de conciencia de la necesidad de una movilidad sin víctimas y la prevención de conductas de riesgo sigue siendo un caballo de batalla a cualquier edad, pero especialmente entre los jóvenes, que comienzan a circular con motos y coches.
Con el fin de sensibilizar del peligro de determinados hábitos, la Fundación Mutua Madrileña y Aesleme llevan a cabo dos iniciativas “Te puede pasar”, con escolares, y “Agárrate a la vida”, con estudiantes universitarios.
Seis de cada diez jóvenes (un 58,3%) reconocen haber tenido que intervenir en alguna ocasión para impedir que un amigo condujera bajo los efectos del alcohol o las drogas. El porcentaje sube hasta el 76,5% cuando se les pregunta si han visto conducir a un amigo coger el coche tras consumir alcohol o drogas, independientemente de que hayan intervenido para impedirlo o no.
Cuando se trata de revelar imprudencias propias, parece que los jóvenes se muestran más cautos y, aun así, uno de cada cinco jóvenes (el 21%) confiesa que ha bebido alcohol antes de conducir.
La noticia esperanzadora es que para la mayoría de los participantes (96,5%), la asistencia a estas sesiones de prevención de conductas de riesgo, les había hecho reflexionar y evitar o corregir, a partir de ese momento, cualquier hábito imprudente, ya fuera no usar casco, cinturón, beber o consumir drogas o utilizar el teléfono móvil, cuando circulan con coche, bici, patinete o moto.
Las soluciones planteadas desde hace décadas en campañas de salud pública para poder salir y beber sin riesgo al volante, como la del “conductor alternativo”, que consiste en utilizar un único coche en el grupo y turnarse para conducir, de forma que cada noche uno no pruebe el alcohol, no parecen calar entre los jóvenes. Solo uno de cada tres reconoce haber actuado alguna vez en sustitución del dueño del coche debido a que este hubiera bebido (31,25%).
En cuanto al respeto a los límites de velocidad el 77,8% los respetan, solo un 22,2% reconoce abiertamente no hacerlo. Evolución positiva
La Fundación Mutua Madrileña publicó este mismo informe “Los hábitos de los jóvenes al volante” para el periodo 2014-2016. La comparativa de los datos con los de hace casi una década deja ver motivos para la esperanza con respecto a la evolución de las cifras, si bien el descenso no es drástico. En la actualidad, es menor que en el periodo 2014-2016 el porcentaje de jóvenes que ha consumido alcohol antes de conducir (21% vs. 27%); los que confiesan haber visto alguna vez a un amigo suyo coger el coche después de consumir alcohol o drogas (76,5% vs. 80%) o los que realizan llamadas con el dispositivo de manos libres mientras conducen (22,8% vs. 30%). El porcentaje de jóvenes que ha impedido que un amigo cogiese el coche se mantiene similar. Era algo más de la mitad en el periodo 2014-16 y en el último muestreo se situó en el 58,3%.
Sin embargo, utilizar la figura del conductor alternativo es menos frecuente que hace una década y del 39% de los jóvenes que decían haber ejercido alguna vez como tal al salir con sus amigos pasamos al 31,2% en el último año.