Este libro es hijo de la perplejidad y de la urgencia, del desencuentro con la realidad, de la necesidad de comprenderla. Es el libro que escribiría el que no encaja en la fiesta, el que no sabe con quién hablar en ella, el que aún se pregunta por qué ha sido invitado. El que ha ido disfrazado de astronauta mientras los demás visten de justa medieval. Es un libro asombrado y disconforme, que busca, pese a todo, razones; explicar y explicarse a sí mismo la lógica secreta de las cosas.
Leonera, que Seix Barral llevará a las librerías el 30 de abril, es una recopilación de piezas breves de un gran observador de la realidad y de las contradicciones implícitas en el alma humana. Relatos que son flechazos, combates a un solo asalto, romances de una noche; que no buscan los puntos ni la prórroga, que no aplazan ni especulan. Que quieren provocar, estimular el pensamiento y la emoción del lector, y celebrar la ficción, lo que tiene de revelación.
Declarado admirador de las Prosas apátridas de Julio Ramón Ribeyro, Fernando León de Aranoa ha creado un género literario propio entre el cuento, el microrrelato, el aforismo y el diario para ofrecer breves epifanías sobre el amor y sus contrarios, sobre el paso del tiempo, la familia y la amistad, la creatividad y la imaginación.
"Yo tenía otros planes. Iba a estudiar Bellas Artes, pero una funcionaria de la Complutense equivocó mi expediente y acabé matriculado en una carrera universitaria que tenía cierta relación con el cine. La terminé por no desairarla, ni a ella ni a mis padres. En el proceso se cruzó en mi camino la escritura de guion cinematográfico. Aprendí a escribir guiones, a dirigir películas", explica el autor.
Entre sus trabajos cinematográficos, Familia (1996), Barrio (1998), Los lunes al sol (2002), Princesas (2005), Un día perfecto (2014), El buen patrón (2021) y algunos documentales. Entre todos han ganado 21 Premios Goya de la Academia de Cine.
En Contra la hipermetropía (2010) recopila textos y artículos que expresan "mi manera de entender el oficio del cineasta". Aquí yacen dragones (Seix Barral, 2013) fue su primera incursión en la narrativa.
"El cine ha sido la manera que he tenido siempre de negociar con la realidad, de ejercer la ficción. Escribo como vivo, refugiado en ella, detrás de la enorme variedad de parapetos que ofrece; del humor, de la paradoja, de la poesía. Los cuentos me permiten abrazarla de otro modo, más libre, más inmediato, más intuitivo. A través de ellos me explico. Y entre tanto, sigo dibujando", explica.