Miguel Ángel Valero
El ingenio y la sabiduría de Mae West. Sus mejores frases: mordaz, picante y sexy es una recopilación, realizada por Joseph Weintraub, con traducción de Pau Gros, y publicada por Plataforma Editorial. Recoge algunos de los pensamientos más inolvidables de la actriz, por su sentido de la ironía, chispa, inteligencia, juego de palabras, y también por su procacidad.
Las frases del primer símbolo sexual que generó el cine resisten el paso del tiempo y los cambios sociales, y cautivan por cómo supo sortear la censura (no siempre lo logró, y en el libro hay ejemplos de cómo se borraron para no escandalizar), la hipocresía, y la moral puritana de su época.
En 'Todos los días son fiesta', los censores eliminaron del guion dos frases: "No me levantaría el velo por ese hombre", "No dejaría que me tocase ni con un palo de 25 centímetros".
El canal CBS TV canceló la emisión de una entrevista a Mae West en el programa Person to Person cuando, tras comentar el presentador, Charles Collingwood, la abundancia de espejos en el dormitorio de la actriz, ésta contestó: "son para verme mejor, siempre me ha gustado ver cómo lo hago".
Al mismo tiempo, las frases de Mae West resumen a la perfección la vida de una actriz, cantante, dramaturga, guionista y comediante, y su espectacular trayectoria desde los años 20 hasta los 40.
Mary Jane, Mae, West nació en Brooklyn en 1983. Habituada a moverse en los clubes nocturnos debido a los empleos de sus padres, aprendió desde pequeña el lenguaje picante y soez de los hombres que frecuentaban éstos. Y forjó una personalidad desafiante y descarada que, todavía hoy, llama poderosamente la atención.
Empujada por su madre, comenzó a interpretar y a cantar desde niña. Actuó en musicales y obras de teatro, en una docena de películas. En los años 30, fue la mujer mejor pagada de Estados Unidos. Durante la Gran Depresión, las películas 'Lady Lou' y 'No soy ningún ángel'. protagonizadas por Mae West, fueron récord de taquilla, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo.
'Lady Lou' salvó de la ruina a los estudios Paramount, precisamente cuando sus directivos se planteaban ser absorbidos por Metro Goldwyn Mayer (MGM), y transformar sus más de 1.700 salas de cine en edificios de oficinas. En ella, asegura: "No busco hombres por el oro, ¡yo soy más de diamantes!. Nunca se sabe cuándo puede desplomarse el valor del oro".
Sobre 'No soy ningún ángel', estrenada en el Grauman's Chinese Theater ("me gusta estar aquí, es el único sitio donde te tomen las huellas y no es una comisaría de Policía"), explica que "yo misma escribí esa historia" sobre "el tipo de chica que llega a la cima del éxito yendo de error en error" y que "acaba con mala reputación, pero que nunca la perdió"
Cuando llegó a Hollywood en 1932 ya era una leyenda: "no soy una chica de pueblo dispuesta a triunfar en la gran ciudad. Soy una mujer de una gran ciudad dispuesta a triunfar en un pequeño Pueblo".
Sorprende su habilidad para encontrar frases con doble sentido incluso en una canción infantil, y sortear la férrea vigilancia de la censura. Ella misma explica que "no es lo que hago, sino cómo lo hago. No es lo que digo, sino cómo lo digo. Y, más aún, qué aspecto tengo cuando lo hago o lo digo".
Una mujer capaz de proclamar que "no creo en el matrimonio por amor, lo considero una mera forma de prostitución por contrato".
Su obra Sex, escrita, producida e interpretada por ella misma, fue un gran éxito en Broadway, lo que no la libró de estar unos días en la cárcel por conducta inmoral.
Estrenó Catherine Was Great ante un grupo de críticos hostiles. Mae West se enfrentó a ellos: "¡Y pensar que eliminé las mejores frases porque estábamos en Cuaresma!".
Solía decir que "la virtud tiene sus recompensas, pero no mejora los números de taquilla". Y se pregunta: "¿Por qué tendría que hacer de buena cuando las salas se llenan cuando hago de mala?".
En No es pecado, asegura que "más vale que se fijen en ti a que te ignoren", y que "no hay chicas buenas que pasen a ser malas; solo hay chicas malas que son descubiertas".
En 'La hermana Annie', afirma que "entre dos males, siempre elijo el que no haya probado antes".
Un salvavidas hinchable que usaban los aviadores norteamericanos durante la Segunda Guerra Mundial fue bautizado como Mae West, y el término fue incluido en el diccionario. Cuando se enteró, Mae West dijo: "debo reconocer que es la primera vez que dejo huella en el diccionario".