LID Editorial realizó la presentación de Familias empresarias en la sociedad del cambio. El encuentro lo abrió Manuel Pimentel, editor de Almuzara/LID Editorial afirmando que "como editores tenemos el deber de descubrir los valores del management hispano". El libro de Manuel Bermejo refleja "con una mirada muy personal, basada en valores y en su experiencia, la importancia de las familias empresarias y cómo asegurar su permanencia en la sociedad del cambio". "Llevo muchos años dedicado a trabajar con familias empresarias, la investigación y la práctica me lleva a deciros que el punto de vista es el de la tuerca y el tornillo", asegura.
La obra "es una invitación a desarrollar músculo estratégico y pensar de forma disruptiva para afrontar el cambio", explica el autor. "Un mundo con familias empresarias es un mundo mejor porque inculcan valores", destaca.
Un debate moderado por el propio autor en el que participaron Ignacio Osborne, María Helena Antolín, Nacho Rivera y Verónica Pascual abordó el presente y las perspectivas futuras de las familias empresarias en un entorno en constante cambio. "Las cosas han cambiado de forma radical ofreciendo oportunidades, pero también desafíos. La empresa familiar tiene una forma de operar muy particular y en muchos casos se quedan estancadas", avisa María Helena Antolín. Para afrontar el futuro "tenemos que aprovechar las oportunidades de la era de la globalización y escuchar a los jóvenes. Las familias tienen que transformarse a la vez que la sociedad". "La crisis geopolítica, la polarización social, la sostenibilidad y la inteligencia artificial son temas recurrentes en los últimos años", afirma Nacho Rivero. Hay que dedicar tiempo a los órganos y a la estrategia, y buscar las estrategias emergentes. "Las empresas más exitosas serán las que sean capaces de adaptarse equivocándose rápido para aprender de ello, y abordar los cambios", destacó.
"Alinear la estratégica de largo plazo con la táctica a corto plazo" es algo que caracteriza a las familias empresarias, señaló Verónica Pascual, añadiendo que otra de sus singularidades es «"a vocación de longevidad". Las familias empresarias cuentan con una cultura y unos valores que las hacen ser únicas, lo que hace necesaria la conciliación de la familia con los órganos de gobierno para asegurar la perdurabilidad, declaró. Por su parte, Ignacio Osborne señaló que "la única manera de hacer perdurar la compañía es la gobernanza para conseguir un líder. Si no se hace un gobierno corporativo organizado es muy difícil mantener el liderazgo, un gobierno corporativo bien organizado hace que se simplifique la gobernanza en vez de estar abrumado por la sobre-legislación".
María Helena Antolín añadió que es "importante que las empresas familiares crezcan con gobernanza manteniendo la esencia". Nacho Rivera señaló que el impacto positivo tiene una vertiente medioambiental y otra social: "El impacto es una oportunidad de negocio, afectando positivamente a la cuenta de resultados, hay que cambiar la manera de generar riqueza, hay que cambiar la forma de ofrecer productos y servicios". En cuanto a la tecnología "hay que hacer un trabajo de concienciación, no se puede trabajar sin utilizar la tecnología adecuada. Hay que cambiar el modelo de centro de coste al modelo de centro de valor, es una obligación", comenta Verónica Pascual, quien, sobre el fomento del emprendimiento dentro de las familias empresarias, destacó la importancia de la formación, la experiencia profesional fuera de la propia empresa, interiorizar la importancia de las comunidades como fuente de valor y, como fundamental, la dedicación: "Trabajar en el fomento de las vocaciones y animar a los jóvenes a que se formen en las profesiones del futuro".
Capacidad de adaptarse a los cambios sin perder lo esencial
Por otra parte, en la presentación de 'Management pontificio', de Javier Fernández Aguado, Rosa Visiedo, rectora de la Universidad San Pablo CEU y autora del prólogo de la obra editada por LID, subraya que es un libro "fruto del carácter audaz de acercarse a realidades desde puntos de vista diferentes y valientes" y en el que el humanismo sobrevuela todas las páginas al poner la mirada en las enseñanzas clave de aquellos Papas que dejaron un legado más significativo en la dirección de personas. "La capacidad de adaptarse a los cambios sin perder lo esencial" o el hecho de que "la cualificación debe primar a la hora de contratar o asignar responsables" son las enseñanzas que destacó de Alejandro II y Clemente V, respectivamente.
"Cómo una organización humana es capaz de perdurar 2.000 años con vigor, lozanía y debate, siendo respetada", señala Manuel Pimentel, editor de Almuzara/LID Editorial: "Os vais encontrar un libro que cuenta la evolución de la iglesia a través de la forma de gobernar de sus Papas, la forma singular de cada uno de ellos con sus circunstancias. Para entender el cambio hay que ver lo que permanece, es lo que busca el sabio, quien sabe lo que permanece podrá deducir cambios y gobiernos".
El padre Vicente Hernández, vicario Episcopal y director de los Servicios Religiosos de la Armada, apunta que "leyendo la historia de cada uno de los papas, al final nos damos cuenta de que la fe es lo que ha hecho que la Iglesia siga ahí, se haya renovado y continúe siendo un faro para el mundo".
"Solo encuentro verdad" afirma Marta Prieto, empresaria y editora, sobre las obras de Javier Fernández Aguado, que "tiene un instinto sobrenatural para, en una avalancha de datos, procesar y extraer enseñanzas para la vida actual".
El autor analiza en la presentación de su obra los dos cónclaves más largos de la historia extrayendo como enseñanzas para las organizaciones contemporáneas la necesidad de formarse en la dirección de personas, realizar procesos de selección antes de realizar nombramientos y mantener la humildad: "Tenemos que dedicarnos a aquello que sabemos, desarrollar habilidades comportamentales y saber que importamos a poca gente durante un tiempo limitado, y que a esas personas hay que cuidarlas. Mucho y bien el pájaro no vuela", finaliza.