Las temperaturas por encima de la media y la escasez de precipitaciones han dado lugar a graves condiciones de sequías. Se trata de uno de los principales desafíos a los que enfrenta la agricultura, ya que pone en riesgo la productividad de los cultivos, especialmente en el sur de España y en las zonas colindantes con el Mediterráneo.
Ante esta situación, la agrotech alicantina Prismab ofrece una solución con la que ya cuentan más de 1.300 usuarios en la zona de Andalucía, Murcia y Comunidad Valenciana. El objetivo es aminorar el impacto de la sequía en el campo y ayudar al pequeño agricultor a aprovechar mejor los recursos y ser más productivo, democratizando su acceso a la tecnología.
Actualmente, la compañía cuenta con más de 3.000 dispositivos inteligentes activos (como sensores de suelo, tensiómetros, sensores ambientales y caudalímetros), con los que el agricultor es capaz de obtener información clave sobre sus cultivos de forma centralizada y en tiempo real, evitándole desplazamientos y mejorando la gestión de su tiempo. Para ello, la compañía envía al agricultor el equipo, que lo puede instalar él mismo de forma sencilla en tan solo 5 minutos. A través de una app, puede consultar todos los datos. Esta tecnología le permite monitorizar los parámetros más importantes. En el caso de los sensores de agua, el agricultor puede conocer su calidad, así como el consumo que ha hecho y la cantidad de agua que tiene almacenada. Esto le ayuda a conocer los costes de su explotación en tiempo real, detectando fugas de forma prematura y la gestión inteligente del almacenamiento del agua a lo largo de un ciclo de cultivo Por otro lado, los sensores de clima miden la temperatura, humedad, precipitaciones y radiación. Estos parámetros ofrecen información crítica al agricultor: avisos de heladas, ventanas de peligro como enfermedades o plagas o conocer la cantidad de agua que se está evaporando.
Por último, los sensores de suelo miden la cantidad de agua disponible que hay en la tierra, la salinidad y la cantidad de nutrientes, la temperatura, la fuerza de succión que tiene que hacer la planta, etc. Esta información, mejora la toma de decisión del riego para mantener al cultivo en una zona de “confort” hídrico y reducir el consumo de agua en hasta un 30%.
“Hemos percibido hasta un incremento del 15% de la producción en cultivos que cuentan con nuestros dispositivos. Además, el ahorro medio de los agricultores que usan nuestro sistema es del 24,3%, siendo en algunos casos de más del 50% en agua”, asegura Antonio Pastor, CEO de Prismab.
José Antonio Martínez Cazorla, agricultor que utiliza esta tecnología, asegura: "Estoy ahorrando fácilmente casi la mitad del agua que regaba antes de poner sensores. Ahora veo claro cuándo empiezo a perder agua y eso me permite programar el número de riegos y la duración para no desperdiciar ni una gota de más. Antes iba a ciegas".
Gracias a la tecnología de la agrotech, en 2023 se ahorraron 466.357 metros cúbicos de agua, lo que equivale a 187 piscinas olímpicas. Y si tenemos en cuenta el acumulado desde sus inicios en 2017, han conseguido ahorrar 1.715.861 metros cúbicos, el equivalente a 687 piscinas.
Además, al consumirse menos agua también se consume menos energía, por lo que se reducen las emisiones de CO2 y el uso fertilizantes en la misma proporción, lo que permite al sector cumplir con los objetivos de la Agenda 2030.