Miguel Ángel Valero
““Está claro que entre ahora y septiembre recibiremos mucha información. PIB, inflación, salarios... Me temo que será un verano muy movido”. Es la advertencia que lanza la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, en su comparecencia tras la reunión del Consejo de Gobierno que, como se esperaba, no ha tomado decisión alguna sobre los tipos de interés.
Hasta final de año restan tres encuentros del Consejo de Gobierno, y se esperan recortes en dos de ellas, en septiembre y en diciembre, ya que volvería a haber una pausa en la de octubre.
Pero el BCE no suelta prenda sobre sus movimientos. Como pronosticaban todos los analistas, el Consejo de Gobierno ha decidido mantener sin variación los tres tipos de interés oficiales porque "la información más reciente respalda, en líneas generales, la anterior valoración del Consejo de Gobierno sobre las perspectivas de inflación a medio plazo". "Si bien algunos indicadores de la inflación subyacente aumentaron en mayo debido a factores transitorios, la mayor parte se han mantenido estables o han descendido en junio. En línea con lo esperado, el impacto inflacionista del elevado crecimiento de los salarios se ha visto absorbido por los beneficios. La política monetaria mantiene unas condiciones de financiación restrictivas", argumenta.
Al mismo tiempo, "las presiones inflacionistas internas siguen siendo intensas, la inflación de los servicios es elevada y es probable que la inflación general continúe por encima del objetivo hasta bien avanzado el próximo año".
Y el Consejo de Gobierno "tiene la determinación de asegurar que la inflación vuelva a situarse pronto en su objetivo del 2% a medio plazo, y mantendrá los tipos de interés oficiales en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario para lograr ese objetivo". Para ello, "continuará aplicando un enfoque dependiente de los datos, en el que las decisiones se adoptan en cada reunión, para determinar el nivel de restricción y su duración apropiados. En particular, sus decisiones sobre los tipos de interés se basarán en su valoración de las perspectivas de inflación teniendo en cuenta los nuevos datos económicos y financieros, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria, sin comprometerse de antemano con ninguna senda concreta de tipos".
Menos crecimiento económico, producción industrial y exportaciones
Christine Lagarde pone el foco en que la economía de la zona del euro creció en el segundo trimestre a menor ritmo que en el primero. Los servicios siguen siendo el principal motor de la recuperación, si bien la producción industrial y las exportaciones de bienes han sido débiles. Los indicadores de inversión apuntan a un crecimiento contenido en 2024, en un entorno de elevada incertidumbre. "A más largo plazo, esperamos que la recuperación se vea respaldada por el consumo, impulsado por el fortalecimiento de las rentas reales como resultado del descenso de la inflación y de la subida de los salarios nominales. Por otra parte, las exportaciones deberían experimentar un repunte de la mano de un aumento de la demanda mundial", añade.
"La política monetaria debería lastrar la demanda en menor medida con el paso del tiempo. El mercado de trabajo mantiene su vigor. La tasa de desempleo se mantuvo sin variación en el 6,4 % en mayo, su nivel más bajo desde que existe el euro. El empleo, que aumentó un 0,3 % en el primer trimestre, estuvo respaldado por un nuevo incremento de la población activa, que avanzó al mismo ritmo. Es probable que en el segundo trimestre se hayan creado más puestos de trabajo, principalmente en los servicios. Las empresas están reduciendo gradualmente las ofertas de empleo, si bien a partir de niveles elevados", apunta.
"Las políticas fiscales y estructurales nacionales deberían orientarse a mejorar la productividad y la competitividad de la economía, lo que contribuiría a aumentar el crecimiento potencial y a reducir las presiones inflacionistas a medio plazo. Una aplicación efectiva, rápida y plena del programa Next Generation EU, los progresos hacia una unión de los mercados de capitales y la finalización de la unión bancaria, así como el reforzamiento del mercado único, son factores clave que contribuirían a promover la innovación y a aumentar la inversión en las transiciones verde y digital", subraya
Lagarde, acompañada por el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, aplaude las orientaciones de la Comisión Europea en las que se invita a los Estados miembros de la UE a reforzar la sostenibilidad fiscal, y también la declaración del Eurogrupo sobre la orientación fiscal de la zona del euro en 2025, porque "debería ayudar a los Gobiernos a reducir los déficits presupuestarios y las ratios de deuda de forma sostenida".
Inflación geopolítica
Recuerda que la inflación interna sigue siendo elevada. Los salarios continúan creciendo a un ritmo elevado, y, junto con la baja productividad, han contribuido al crecimiento de los costes laborales. "Se espera que la inflación fluctúe en torno a los niveles actuales durante el resto del año, debido en parte a efectos de base relacionados con la energía, y que después descienda hacia nuestro objetivo en el segundo semestre del próximo año, debido a un menor crecimiento de los costes laborales, a los efectos de nuestra política monetaria restrictiva, y a la desaparición gradual del impacto de la fuerte subida anterior de la inflación. Los indicadores de las expectativas de inflación a largo plazo se han mantenido en general estables y se sitúan en su mayoría en torno al 2%", resalta.
Avisa que un debilitamiento de la economía mundial o una escalada de las tensiones comerciales entre las principales economías lastrarían el crecimiento de la zona del euro. la invasión rusa de Ucrania y la israelí de Gaza "son fuentes importantes de riesgos geopolíticos, lo que podría afectar a la confianza de las empresas y de los hogares sobre el futuro y generar disrupciones en el comercio mundial".
Lagarde admite que "el crecimiento también podría ser menor si los efectos de la política monetaria son más intensos de lo esperado", pero replica que "podría ser mayor si la inflación se reduce más rápidamente de lo previsto y la mejora de la confianza y de las rentas reales hace que los niveles de gasto aumenten más de lo esperado, o si la economía mundial crece más vigorosamente de lo anticipado".
"La inflación podría ser más elevada de lo previsto si los salarios o los beneficios aumentan más de lo esperado. Los riesgos al alza para la inflación también proceden de la escalada de las tensiones geopolíticas, que podrían impulsar una subida de los precios de la energía y de los costes de los fletes a corto plazo y causar disrupciones en el comercio mundial. Asimismo, fenómenos meteorológicos extremos y una mayor propagación de la crisis climática podrían hacer aumentar los precios de los alimentos. En cambio, la inflación podría sorprender a la baja si la política monetaria frena la demanda más de lo esperado, o si el entorno económico en el resto del mundo empeora de forma imprevista", recalca la presidenta del BCE.
Los analistas vaticinan bajada en septiembre
El director financiero de Bankinter, Jacobo Díaz, espera que el BCE recorte los tipos sólo dos veces más a corto plazo, una en septiembre y otra a finales de 2024 o principios de 2025.
Miguel Ángel Rico, director de inversiones de Creand Asset Management, destaca que "el mercado está cotizando que habrá una nueva bajada en septiembre. Por su parte, Lagarde no ha hecho grandes esfuerzos para demostrar que el mercado se esté equivocando, aunque ha insistido que la decisión de lo que harán en septiembre está totalmente abierta. Lo que es evidente es que están en camino hacia una nueva bajada".
"Aunque en esta reunión no han cambiado las estimaciones de crecimiento, la presidenta sí que ha dicho que los riesgos sobre el crecimiento están más inclinados hacia la baja. Además, admite que el crecimiento salarial sigue siendo fuerte, evitando así que se piense que creen que el problema de la inflación está resuelto. Las Bolsas han reaccionado muy tímidamente pues se esperaba que esta reunión fuese de trámite. Mientras que euro se deprecia ligeramente frente al dólar", añade.
Ulrike Kastens, economista para Europa de DWS sobre la reunión de hoy del BCE, cree que "el BCE está a la espera de más datos, en particular sobre una ralentización de los aumentos salariales. Esto podría dar margen para una mayor relajación de las restricciones de la política monetaria. Seguimos previendo el próximo recorte de los tipos de interés en septiembre".
Dave Chappel, Senior Fund Manager, Fixed Income de Columbia Threadneedle Investments, destaca que "no existe un camino para la normalización de los tipos de interés en este momento; después de la anterior incomodidad causada por una orientación anticipada casi 'explícita'”. Los movimientos futuros en las tasas dependerán de los datos y se determinarán reunión a reunión. Los recientes datos sobre la inflación de los servicios y los salarios no se han moderado, como se esperaba inicialmente tras el recorte de tipos de junio. Si bien los riesgos para el crecimiento siguen siendo a la baja, la compensación laboral todavía se está recuperando en algunos sectores como resultado del aumento de la inflación posterior al covid. El BCE sigue confiando en que los salarios se suavizarán en los próximos trimestres y volverán a niveles que permitirán que la inflación vuelva al objetivo del 2% de forma sostenible. A medida que esto ocurra, tomará más medidas de normalización, y la próxima probablemente ocurrirá en septiembre.
Felix Feather, economista de abrdn, resalta que "la decisión estuvo en línea con el mercado, el consenso y nuestras propias expectativas. Este movimiento refleja la reticencia del BCE a prolongar su actual ciclo de recortes hasta que no disponga de nuevos datos alentadores. El banco central siguió insistiendo en su dependencia de los datos, señalando que 'no se compromete de antemano con una senda de tipos concreta'. Seguimos pensando que la posibilidad de que el BCE recorte los tipos en septiembre es más probable que la de que no lo haga. Sin embargo, sorpresas al alza en los datos de inflación de julio y agosto o en los datos salariales del segundo trimestre tienen el potencial de descarrilar esta posible rebaja en los tipos".