19 Sep
19Sep

Miguel Ángel Valero

Nunca la Reserva Federal había llevado a cabo una bajada de tipos de 50 puntos básicos (pb). sin andar por medio una recesión. Siempre hay una primera vez. El comité de política monetaria redujo el tipo objetivo de corto plazo en esa cantidad, dejándolo en el rango 4,75%-5%. Tras los datos de empleo de julio la atención de la Fed había girado desde la inflación hacia el crecimiento y como dijo Powell en Jackson Hole, la Reserva Federal “no busca ni recibiría como buena noticia ningún dato adicional de enfriamiento en el mercado laboral”. Tras los datos de agosto, 0,5% de recorte pasó a ser una opción probable, aunque los comentarios de varios miembros del comité parecían indicar lo contrario; "y a nosotros nos hicieron mantener nuestro escenario base de 0,25%", admite Óscar del Diego Ereza, Director Técnico y de Análisis de Ibercaja Gestión.

Aún así, el mercado había puesto en precio más de un 50% de probabilidades de que finalmente el recorte fuese mayor, alentado por los comentarios del expresidente de la Reserva Federal de Nueva York, William Dudley. "Curioso que un antiguo miembro del comité sea tan vehemente en el periodo de “blackout” en el que los actuales participantes no pueden hacer declaraciones públicas. Powell se ha encontrado en la encrucijada de hacer lo que tocaba según los datos y quedarse por detrás de la curva o ser más agresivo que el mercado y empaquetarlo como algo no excepcional. Al final, han optado por lo segundo", apunta este experto

¿Y cómo lo han hecho? ¿Cómo una medida nunca antes vista fuera de recesiones no implica que la Fed esté preocupada?

  • Primero, a través del “dot plot”, ese gráfico en el que se muestran las previsiones de tipos para finales de los 3 próximos años y para el largo plazo de todos los miembros del comité. En él, aunque la mediana de 2024 se ha situado en 4 bajadas (dos adicionales), hay 9 miembros de 19 que pronostican como mucho una bajada adicional hasta diciembre. No obstante, no todos votan y no tenemos información de lo que piensa cada uno, pero Powell parece estar entre los que piensan en una bajada por reunión en noviembre y diciembre.
  • Segundo, a través del disentimiento de Michelle Bowman, gobernadora de la Fed que prefería un recorte de 0,25%. Es decir, es la primera decisión no unánime desde 2005.
  • Tercero, entre líneas se ha podido leer que esta bajada incluye la que no se produjo en julio. "Ya dijimos que celebrar una reunión del comité de política monetaria tres días antes de los datos de empleo no parecía la mejor idea, y que, de haber conocido esos datos, probablemente la primera bajada hubiera sido entonces".
  • Finalmente, a través del mantenimiento del “Quantitative tightening”, la reducción del balance de la Fed, de la que ni siquiera se ha debatido en esta reunión. En palabras de Powell el QT es una normalización de medidas extraordinarias tomadas en el pasado que ya no son necesarias. 

"En esa línea hay que entender también el recorte de tipos efectuado: un movimiento hacia unos tipos más acordes con la situación actual. Así, por un lado, suelto cuerda, pero, por el otro, la recojo. Con todo, una bajada de tipos siempre es positiva para la economía, con lo que nuestro escenario de aterrizaje suave sigue siendo válido. Los datos dictaminarán si la medida ha sido acertada, excesiva o, sin embargo, llega tarde; pero la Reserva Federal ha empezado a jugar sus cartas. Y como siempre se dice: Don’t fight the Fed!!, Nunca digas nunca jamás", recalca.

Tras enfrentar la reunión más incierta en décadas, la Fed finalmente decidió recortar 50 pben lugar de 25 debido al leve enfriamiento de los datos del mercado laboral de los últimos meses, "reconociendo así el error de no haber comenzado a flexibilizar la política monetaria a principios del verano", como sí hizo el Banco Central Europeo (BCE), opina Carlos de Campo, analista de Inversiones de Diaphanum. El amplio margen hasta el tipo neutral y la consolidación del deflactor del consumo personal subyacente por debajo del 3% han llevado a la Fed a dar un mensaje de apoyo e irán recortando rápidamente si es necesario para no quedarse por detrás de las curvas. 

Además, por primera vez en 17 reuniones de Powell, la decisión del movimiento no ha sido unánime. En esta ocasión, entre el riesgo de recortar 50pb y elevar la inflación o el de recortar 25pb y no responder adecuadamente ante una posible ralentización económica han optado por la primera opción, especialmente tras las críticas recibidas en el pasado por la lentitud en reaccionar a la subida de precios. 

Para el resto del año esperan otros 50 pb adicionales y 100 pb más en 2025 debido a un mayor desempleo de lo esperado. "Sin embargo, ¿podría esta predicción ser algo optimista, considerando que la economía aún crece por encima del 2%? Lo comprobaremos en los próximos trimestres. Por ahora, la reacción de las Bolsas no ha sido violenta ya que 50pb era una posibilidad muy real, pero  en  renta fija sí que podemos observar una consolidación del abandono de la histórica inversión de la curva de tipos de los últimos años", apunta este experto.

La Fed decidió en su reunión de septiembre recortar en medio punto los tipos de interés en EE.UU., lo que pone fin a uno de los ciclos de subidas más agresivos de la historia, al que siguieron 14 meses de pausa. Si bien los mercados financieros daban una probabilidad del 50% a esta caída, lo cierto es que pocos analistas creían en una reducción tan importante (solo 9 de 113 economistas consultados por Bloomberg apostaban por ello). "Es algo que solo suele suceder en medio de un fuerte deterioro económico, que ya no es aparente, y que la Fed tampoco espera (anticipa un ligerísimo repunte del desempleo y un par de décimas menos de crecimiento que en sus anteriores pronósticos). En la rueda de prensa posterior, Jerome Powell dio a entender que hubieran recortado un cuarto de punto ya en julio, si hubieran conocido la inflación de junio en adelante. Debemos entender pues que el medio punto de ayer se explica simplemente para compensar que no recortaran en julio, y no como reacción a problemas macroeconómicos", destaca David Macià, director de Inversiones y Estrategia de Mercados de Creand Asset Management en Andorra.

Esta decisión "debería servir de catalizador para los activos financieros, que suelen celebrar tipos más bajos sin deterioro macro, a pesar de que no lo hicieron de inicio (las bolsas terminaron cayendo ligeramente). Tal vez fuera porque en el “dot plot” (gráfico de puntos en el que los miembros de la Fed calculan donde dejaran los tipos en el futuro) “solo” se entreven dos bajadas más hasta final de año, y los inversores quieran más y más rápido", concluye.

DWS: es un seguro ante el deterioro del mercado laboral

Por su parte, Christian Scherrmann, economista para EE.UU. en DWS, reconoce que la decisión de la Fed es "contraria a nuestras expectativas, que apuntaban a un recorte de 25 pb". Ha habido un intenso debate sobre si la Reserva Federal necesita bajar más de 25 ppb para evitar que la economía se ralentice. Los mercados han descontado que la Reserva Federal bajará rápidamente los tipos de interés hasta lo que puede considerarse una postura neutral.

Lo cierto es que el último Resumen de Proyecciones Económicas muestra que en la Fed "están más preocupados que antes por el impulso de la economía, ya que prevén un aumento del desempleo para este año y el próximo. Sin embargo, siguen siendo menos pesimistas que los mercados, e indican su preferencia por recortar los tipos otros 50 puntos básicos este año y 100 puntos básicos a lo largo de 2025, antes de volver en 2026 a lo que puede considerarse una postura neutral".

"Consideramos la decisión política de la Fed como una póliza de seguro para proteger los mercados laborales de un mayor deterioro, lo que es incompatible con el logro de un aterrizaje suave. En la conferencia de prensa, el presidente de la Fed confirmó en cierto modo esta opinión, al referirse a la decisión como una 'recalibración adecuada' con respecto al enfriamiento de las condiciones del mercado laboral. Sin embargo, reiteró que no siguen un rumbo preestablecido, ya que pueden ralentizar o acelerar sus esfuerzos. En última instancia, esto significa que la Fed sigue dependiendo de los datos y que el gráfico de puntos 'no es un plan de política' y 50 pb no es el nuevo ritmo", matiza el experto de DWS.

"Creemos que iniciar el ciclo de bajadas de tipos con un paso mayor no está exento de problemas. Por un lado, implica un aumento de la confianza de los banqueros centrales en la previsión de la inflación, aunque el factor principal de la decisión adoptada fueron probablemente las incertidumbres sobre las perspectivas del mercado laboral. Esto conlleva el riesgo de que la Fed tenga que «recalibrar» su función de reacción a los datos entrantes, como hemos visto en el pasado reciente. Nos recuerda un poco al pivote de Powell (cambio de decisión) a finales de 2023, que paralizó el proceso desinflacionista durante meses, incluso sin un recorte de tipos. Además, al menos parece como si la Fed hubiera sido realmente empujada por los mercados, por no mencionar las actuales implicaciones políticas de un movimiento mayor de lo habitual. En lo que sí estamos de acuerdo es en que parecen necesarios nuevos recortes, pero al mismo tiempo vigilamos de cerca la inflación de cara al futuro, ya que no compartimos plenamente la confianza del banco central. Entre ellos, al menos un discrepante parece apoyar nuestra opinión", señala.

Tressis: es una medida de recalibración

José Francisco Ibáñez, analista de renta variable de Tressis, cree que, más importante que la bajada de 50 pb en sí misma, es el discurso y los argumentos de Jerome Powell. El presidente de la Fed ha explicado que los buenos datos de inflación y los malos datos de empleo les han obligado a replantearse la situación a favor de la normalización de los tipos. En palabras de Powell este recorte se trata de una medida de recalibración para tener en cuenta el fuerte descenso de la inflación desde el año pasado, además señaló que la economía seguía siendo fuerte, pero que la Fed quería adelantarse y evitar un mayor debilitamiento del mercado laboral. Además, el “dot plot”, en el que los directivos de la Fed pronostican sus expectativas para los próximos meses, compromete dos recortes más para este año.

En Europa los principales índices cerraron el día en negativo a la espera de la noticia, con el Euro Stoxx anotándose un -0,5%, el DAX alemán un -0,08% y el Ibex 35 un -0,16%. Mientras que en Estados Unidos finalmente la 'tensa calma' se ha roto hacia el verde, con subidas en las Bolsas que han llevado al Dow Jones (-0,25%) y al S&P 500 (-0,29%) a batir récords históricos, para luego, durante la rueda de prensa de Powell, "deshincharse y volver al rojo, dando una nueva muestra de la volatilidad que estamos viviendo últimamente", destaca.

Sin embargo, parece que la última digestión de toda esta información es positiva para los inversores. Los futuros tanto del S&P 500 como del Nasdaq se han recuperado durante la jornada asiática, así como el valor del dólar que también había caído tras el anuncio. El rendimiento de los bonos del Tesoro a diez años ha subido casi ocho pb desde la víspera, hasta el 3,72%. Mientras que el oro se disparó a un máximo histórico justo por debajo de los 2.600$, antes de volver a estabilizarse en los 2.559$.

Pictet: la Fed puede hacer más agresivo al BCE

Xiao Cui, Frederik Ducrozet y Nadia Gharbi, economistas en Pictet WM, admiten que esperaban una subida de 25 pb: "Los miembros de la Reserva Federal se inclinaban por 0,25 %, pero su presidente ha persuadido a la mayoría. Sin embargo, Powell rechaza la idea de que 0,5% vaya a ser la tónica, señalando que la Reserva Federal no tiene prisa. Las proyecciones siguen mostrando un aterrizaje suave y una senda gradual de normalización de la política monetaria".

"Sin embargo, hay un cambio en la función de reacción. Powell está siendo más precavido respecto a un aterrizaje suave, con una tolerancia a bastante baja a la debilidad del mercado laboral. Ha indicado que el momento de apoyar el mercado laboral es cuando está fuerte. Se ha referido a la curva de Beveridge, señalando que nuevos descensos de las ofertas de empleo pueden traducirse en desempleo -no esperará a ver despidos-", argumentan.

Powell describe el recorte de 0,5% como una recalibración, tras saltarse el de julio. A diferencia de anteriores ciclos de flexibilización con un gran recorte inicial de tipos de interés, se mantiene optimista respeto al mercado laboral y confiado en que la inflación vuelva al objetivo, pero ha hecho hincapié en las revisiones a la baja de las nóminas no agrícolas y datos del Libro Beige, que muestran desaceleración de la contratación. La mediana de proyecciones de la tasa de desempleo aumenta de 4 % a 4,4% (por encima de la actual 4,2%) para el cuarto trimestre y la mayoría de los miembros ve riesgos al alza.

"El comité está muy dividido. Siete miembros prevén recortes de 0,75 % este año, ocho 1%, dos 0,5% y uno, 1,25 %. La decisión depende del mercado laboral y habrá dos informes de empleo y uno de IPC antes de la reunión de noviembre, dos días después de las elecciones presidenciales. En conjunto las proyecciones apuntan a 0,5 % más de recortes de tipos de interés en 2024, lo que sugiere 0,25 % en noviembre y 0,25% en diciembre.  Si los datos del mercado laboral se estabilizan en el nivel actual es probable que se opte por un recorte de 0,25 % en noviembre, pero sospechamos que incluso un ligero aumento de la tasa de desempleo puede provocar una posición más agresiva", avisan.

"El caso es que el tipo de interés de los fondos federales está en 4,875%, muy por encima de la estimación del tipo de interés neutral de 2,875 % -que no estimula ni contrae la economía- y esperamos otro recorte de 0,5% en noviembre, seguido de 0,25% en diciembre y un total de 1 % en 2025, hasta llegar a 3,125%. La mediana de proyecciones indica 1% de recorte adicional en 2025, hasta 3,375% y 0,5 % en 2026 hasta 2,875%, el tipo de interés neutral. Pero si hay un aumento significativo del desempleo el tipo de interés terminal puede llegar a situarse muy por debajo del neutral", apuntan.

Aunque un ciclo de recortes de tipos más concentrado reduce el coste de financiación y respalda marginalmente el mercado laboral, los costes de endeudamiento siguen altos y la transmisión de la política monetaria más débil. Es poco probable que el sector de la vivienda mejore a corto plazo, pues incluso con la reciente disminución de tipos hipotecarios, estos siguen en 6,6% significativamente más que 4% de las hipotecas anteriores.

"Nuestro escenario base es que el BCE hará una pausa de recortes de tipos en octubre y volverá a bajarlos 0,25 % en diciembre. Solo hay cinco semanas entre las reuniones de septiembre y octubre, con un informe preliminar de precios y otro de gestores de compras. El BCE puede esperar hasta diciembre, cuando dispondrá de más datos, incluyendo aumento de salarios (sobre todo los negociados, que se conocerá el19 de noviembre y de remuneración por empleado el 6 de diciembre), fundamentales respecto a productividad-beneficios y perspectivas de inflación.  Pero la determinación de la Reserva Federal y aceleración de la desinflación en la Eurozona pueden llevar al BCE a un recorte de tipos de 0,5% en diciembre y más rápidamente en 2025", advierten.

Ebury: habrá dos recortes de 25 pb antes de fin de año

El dólar se ha depreciado frente a sus principales pares en los últimos meses, ya que los inversores esperan que la Reserva Federal recorte los tipos de interés a un ritmo más agresivo del previsto inicialmente. Desde junio, los indicadores de actividad económica estadounidense han sido más bien dispares. La economía estadounidense creció a buen ritmo en el segundo trimestre del año, aunque el continuo deterioro del mercado laboral apunta a una posible ralentización en elf uturo. Las presiones sobre los precios también han reanudado su tendencia a la baja en EE.UU., y parece vislumbrarse un retorno al objetivo de inflación del 2% fijado por la Reserva Federal. En este contexto, el FOMC decidió iniciar la normalización de su política monetaria a lo grande, recortando los tipos de los fondos federales en 50 pb.

Sin duda, las recientes cifras de nóminas no agrícolas habrán hecho saltar algunas alarmas entre los miembros del FOMC. La creación neta de empleo volvió a incumplir las estimaciones en agosto (142.000 frente a 160.000), mientras que también se produjo una revisión a la baja de 25.000 empleo del dato de julio, hasta los 89.000, lo que llevó la media móvil de tres meses a sólo 116.000, su nivel más bajo desde mediados de 2020. Sin embargo, sigue existiendo una dicotomía entre la encuesta de hogares y la de empresas, ya que el crecimiento medio de los ingresos se aceleró hasta el 3,8%, mientras que la tasa de desempleo bajó hasta el 4,2% (desde el 4,3%). La publicación de la tasa de desempleo de julio había desencadenado la llamada regla Sahm, que postula que si la media de tres meses de la tasa de desempleo es medio punto porcentual superior al mínimo de los doce meses anteriores se avecina una recesión.

Casi todos los indicadores de la fortaleza del mercado laboral se han deteriorado en los últimos meses. Las ofertas de empleo han caído a su nivel más bajo en tres años y medio (7,7 millones en julio), mientras que las renuncias se sitúan justo por encima del nivel más bajo desde finales de 2020 (3,3 millones), lo que sugiere que las personas no confían en el mercado laboral para abandonar su empleo actual. Las peticiones iniciales al subsidio por desempleo también han aumentado últimamente, y la media móvil de cuatro semanas volvió a situarse en torno a los niveles de mitad de 2023 a principios de agosto.

Los miembros de la Reserva Federal habrán acogido con satisfacción las recientes noticias sobre la inflación en EE.UU., que sin duda han mejorado la confianza en la consecución del mandato de precios. La tendencia a la baja de las tasas de inflación se ha reanudado, tras el prolongado periodo de estancamiento de la desinflación. La principal medida de inflación cayó al 2,5% en agosto, su nivel más bajo desde febrero de 2021, mientras que la tasa subyacente se ha suavizado hasta un mínimo de más de tres años del 3,2%. "Nuestro indicador favorito, la tasa anualizada a tres meses de la inflación subyacente, que elimina la volatilidad de los datos mensuales, ha caído hasta solo el 1,6%, mientras quela métrica preferida de la Fed, el índice PCE subyacente, se ha relajado hasta el 2,5%, su nivel más bajo desde marzo de 2021", explican los expertos de Ebury.

La inquietud en torno a la situación del mercado laboral ha aumentado los temores de que la economía estadounidense se encamine hacia una recesión. Sin embargo, observamos que la mayoría de los indicadores de actividad se mantienen bastante bien hasta ahora. El crecimiento anualizado sorprendió al alza en el segundo trimestre, acelerándose hasta el 3% desde el 1,4% del primer trimestre. Los consumidores parecen resistentes: las ventas minoristas aumentaron un 1% mensual en julio, el mayor incremento desde enero de 2023. Los indicadores de crecimiento más oportunos, los PMI de actividad empresarial, son simplemente coherentes con una ralentización de la actividad, más que necesariamente con una contracción. De hecho, la estimación del GDP Now de la Fed de Atlanta apunta actualmente a una expansión relativamente sólida superior a un 2% anualizado.

En este contexto, la Reserva Federal decidió iniciar la normalización de su política monetaria a lo grande, recortando los tipos de los fondos federales en 50 pb, hasta el 4,75-5,00%. "Esto sorprendió a la gran mayoría de los economistas, incluidos nosotros, que habíamos previsto una reducción “estándar” de 25 puntos básicos. Sin embargo, los mercados empezaron a sospechar y se inclinaron por un recorte de 50 puntos básicos antes de la reunión", admiten en Ebury.

Al explicar el movimiento, el presidente de la Fed, Jerome Powell, mencionó que un recorte jumbo era “una señal del compromiso de no quedarse atrás”. La decisión no fue unánime, ya que uno de los 12 miembros con derecho a voto, Michelle Bowman, optó por un recorte de 25 puntos básicos. 

Con la reunión de septiembre, los comunicados de la Fed se han vuelto más moderados. La inflación parece preocupar menos, y la atención se centra cada vez más en el segundo objetivo de la Reserva Federal, el máximo empleo. Esto quedó patente en los cambios introducidos en el comunicado de la Fed. Las previsiones de los miembros del FOMC experimentaron algunos cambios notables. En particular, ahora ven una tasa de desempleo más elevada y presiones inflacionistas menos persistentes. Curiosamente, en este contexto, la senda de crecimiento del PIB prevista porel FOMC apenas ha variado. 

En cuanto al principal motivo de preocupación sobre la economía estadounidense, el mercado laboral, Powell reconoció que se estaba enfriando. Una de las estadísticas que mencionó fue la revisión anual de los datos sobre nóminas, que indicó que la creación de empleo se había sobrestimado. Al mismo tiempo, sin embargo, no pareció demasiado preocupado por el estado del mercado laboral, calificándolo repetidamente de “sólido” y juzgando que estaba “bastante cerca” del máximo empleo.

En cuanto al “diagrama de puntos” de la Reserva Federal, que muestra las expectativas individuales de los responsables de la política monetaria sobre los tipos de interés de la Fed, fue uno de los elementos más seguidos. No es sorprendente que mostrase una revisión a la baja de los puntos medios. Para finales de este año, el FOMC prevé un tipo de interés del 4,4% (frente al 5,1% de junio), en línea con dos recortes adicionales de 25 puntos básicos tras el recorte de ayer (en noviembre y diciembre). Para 2025, la mediana bajó al 3,4% (desde el 4,1%), lo que sugiere cuatro recortes de tipos adicionales de 25 puntos básicos. El “diagrama de puntos” implica un tipo objetivo del 2,9%, que se alcanzaría en 2026.

"Los comunicados de la Fed, y en particular la rueda de prensa de Powell, nos parecieron más bien neutrales. En este contexto, mantenemos nuestra opinión de que es probable que se produzcan otros dos recortes de tipos de 25 puntos básicos antes de finales de año, salvo un deterioro significativo de las condiciones del mercado laboral, lo que podría incitar a la Fed a responder de forma más agresiva. Los mercados se inclinan por un total de 75 puntos básicos de recortes, lo que podría traducirse en una subida del dólar a corto plazo si estas expectativas no se materializan", señalan en Ebury.

Al margen de la macroeconomía y la política monetaria, las elecciones presidenciales de noviembre se presentan claramente como el principal factor de riesgo para el dólar. La demócrata Harris se perfila como favorita en los últimos sondeos, pero las probabilidades implícitas de las casas de apuestas apuntan a un efectivo cara o cruz. "Esperamos que una victoria de Harris suponga un escenario neutro o ligeramente bajista para el dólar, sobre todo teniendo en cuenta que los demócratas están dispuestos a cumplir sus promesas de elevar el tipo del impuesto de Sociedades del 21% al 28%. El impacto en el dólar de una victoria de Trump sigue sin estar claro, ya que mientras que probablemente cumpliría con sus políticas proteccionistas, su administración parece estar a favor de una devaluación del dólar (en cualquier caso, esperamos que de las dos alternativas éste sea el escenario de mayor volatilidad)", apuntan en Ebury.

"Nuestra opinión sobre el dólar se mantiene intacta, y seguimos esperando una leve depreciación frente a sus homólogos del G3. Nuestra visión de una convergencia en los resultados económicos entre EE.UU. y sus principales homólogos ha resultado correcta hasta ahora, y vemos margen para un mayor estrechamiento en caso de que el mercado laboral siga deteriorándose. A corto plazo, sin embargo, vemos margen para un repunte del dólar, ya que, en nuestra opinión, las expectativas de recortes de tipos de la Reserva Federal, y de una recesión en EE.UU. siguen siendo exageradas", argumentan.

Lombard Odier: riesgos para el dólar

Bill Papadakis, estratega macroeconómico sénior, y Kiran Kowshik, estratega global de divisas, de Lombard Odier opinan que la Fed ha efectuado su primer recorte de los tipos de interés desde la pandemia: "Creemos que la senda política de la Fed está convergiendo hacia las expectativas del mercado, y eso significa menos apoyo para el dólar estadounidense (USD) en el futuro. Nos hemos vuelto neutrales con respecto al dólar en general, y el franco suizo y el yen japonés son ahora nuestras divisas preferidas"

La decisión de la Reserva Federal de bajar los tipos hasta el 4,75-5% "coincide con nuestro argumento de que se trata de un 'recorte de seguridad' diseñado para evitar un mayor debilitamiento del mercado laboral y anticipar cierta relajación de la política monetaria. Las expectativas del mercado antes de la reunión oscilaban entre 25 y 50 puntos básicos. No creemos que este primer gran recorte de tipos sea motivo de alarma, sino más bien un mensaje de que la Reserva Federal no quiere ir por detrás de la curva".

Durante gran parte de 2022 y 2023, la Fed se centró en el aspecto inflacionista de su doble mandato de estabilidad de precios y del mercado laboral. Luego, una serie de informes laborales más débiles de lo esperado, comenzando con las nóminas de julio, culminaron en agosto con el presidente Jerome Powell señalando un pivote de la lucha contra la inflación para centrarse en el mandato del mercado laboral de la Fed. La inflación implícita a 10 años (medida de las expectativas de inflación a largo plazo) vuelve a situarse en el 2%.

"En la reunión de septiembre se produjo el recorte de tipos de 50 pb que esperábamos. Además, en su conjunto actualizado de proyecciones, los responsables de la política monetaria de la Reserva Federal apuntaron a dos recortes adicionales de 25 pb en lo que queda de año, seguidos de un total de recortes de 100 b en 2025 y de 50 pb en 2026. Junto con el lenguaje utilizado por el presidente Powell en la conferencia de prensa posterior a la reunión, vemos estos recortes como una señal de la creciente confianza de la Fed en la senda de la desinflación y su creciente atención a la preservación del pleno empleo tras los recientes datos que indicaban unas condiciones más suaves en el mercado laboral estadounidense. El amplio recorte al inicio del ciclo de relajación, junto con la firme orientación de recortes en futuras reuniones, debería contribuir sustancialmente a garantizar un aterrizaje suave y limitar el riesgo de que las condiciones del mercado laboral se deterioren en el futuro", señalan estos expertos.

"Al mismo tiempo, creemos que las expectativas del mercado de un tipo terminal en el 2,8% dentro de 12 meses son demasiado bajas, salvo recesión en Estados Unidos. En nuestro escenario central de un aterrizaje suave exitoso para la economía, esperaríamos que el tipo de interés neutral -que ni estimula ni frena el crecimiento- se acercara al 3,5%. En el caso de una segunda presidencia de Trump tras las elecciones de noviembre, el tipo terminal de este ciclo de recorte de tipos podría ni siquiera alcanzar ese nivel, si la inflación volviera a repuntar por nuevos aranceles, recortes fiscales y/o una política de inmigración más estricta", avisan.

"El inicio previsto desde hace tiempo de un ciclo monetario más laxo en EE.UU. con un recorte de 50 puntos básicos reduce los diferenciales de rendimiento entre las economías desarrolladas. En consecuencia, hemos adoptado una postura neutral sobre el dólar estadounidense frente a divisas cíclicas como el euro y la libra esterlina, que se enfrentan a vientos en contra derivados de una ralentización del crecimiento mundial, y ahora preferimos el franco suizo y el yen japonés. El Banco Nacional Suizo (BNS) fue el primero en iniciar recortes de los tipos de interés este año y parece haber terminado en gran medida su ciclo, incluso cuando la Reserva Federal está empezando. El Banco de Japón está subiendo los tipos de interés, por lo que sigue una senda monetaria totalmente distinta", explican.

A tres meses vista, los riesgos para el dólar pueden ser a la baja, sobre todo si los datos del mercado laboral muestran un enfriamiento más rápido. En este caso, los mercados estarían atentos a que la Reserva Federal mantuviera la fortaleza del empleo y siguiera relajando su política monetaria, mientras que el BCE y el Banco de Inglaterra se concentrarían en controlar la inflación de los servicios. A 12 meses vista" y asumiendo nuestra hipótesis de base de un aterrizaje suave en EE.UU., los riesgos para el dólar podrían ser al alza. Esto se debe a que la opinión predominante en el mercado de un tipo terminal de la Reserva Federal por debajo del 3% podría cambiar al alza en 2025, justo cuando progrese la relajación de las políticas tanto del BCE como del Banco de Inglaterra", advierten.

"Seguimos vigilando atentamente la política estadounidense en relación con nuestra opinión sobre el dólar. Una victoria de Kamala Harris podría debilitar aún más la divisa. La subida del impuesto de sociedades del 21% al 28% propuesta por su campaña probablemente frenaría los flujos de inversores extranjeros hacia la renta variable estadounidense. Por el contrario, una victoria de Donald Trump podría disparar las expectativas de inflación si viéramos aranceles de importación más altos y más amplios, y/o un aumento de los salarios de bajos ingresos como resultado de políticas de inmigración más estrictas. Esto podría ralentizar el ciclo de recortes de tipos de la Fed y provocar un fortalecimiento del dólar estadounidense", subrayan.

Pepperstone: divergencia entre la Fed y el Banco de Inglaterra

Quásar Elizundia, Expert Research Strategist de Pepperstone, señala que “el dólar estadounidense ha mostrado presiones en las últimas jornadas, influenciado en términos generales por las decisiones divergentes de la Reserva Federal (Fed) y el Banco de Inglaterra (BoE). La libra esterlina logró perforar brevemente la marca de 1.33 frente al dólar, alcanzando su nivel más alto desde marzo de 2022, aunque posteriormente ha estado perdiendo gran parte de los impulsos tras la reunión del BoE".

Recientemente, la dinámica positiva en el cruce GBP/USD se había intensificado luego de que la Fed optara por un recorte de tasas de 50 pb, una medida ampliamente considerada como un recorte "jumbo", el primero en cuatro años. La Fed arrancó fuertemente su proceso de normalización, situando su tasa de referencia en niveles más bajos luego de que ésta se ubicara en su nivel más alto desde el 2001. A pesar de este movimiento agresivo, el presidente de la Fed, Jerome Powell, enfatizó que no tienen prisa por flexibilizar aún más la política monetaria y que recortes de medio punto porcentual no serán el "nuevo ritmo" estándar.

En contraste, el Banco de Inglaterra decidió mantener el costo del dinero en 5% durante su reunión de septiembre de 2024, siguiendo a un recorte previo de 25 pb en agosto, el primero igualmente en más de cuatro años. La decisión cumplió con las expectativas del mercado, aunque un miembro del Comité de Política Monetaria abogó por una reducción adicional de 25 puntos básicos hasta 4.75%. El BoE señaló que un enfoque gradual para reducir las restricciones de la política monetaria sigue siendo apropiado.

Esta divergencia en el proceder más reciente en decisiones de política monetaria entre las dos principales instituciones ha favorecido a la libra, al situar de momento el costo del dinero relativamente más alto en el Reino Unido respecto a EEUU.

Los operadores del mercado ahora anticipan alrededor de 42 puntos básicos de recortes en las tasas por parte del BoE antes de fin de año, una cifra inferior a los 52 puntos básicos esperados antes de la decisión. Por su parte, la Fed ha señalado la posibilidad de más reducciones en su tasa de interés para este año y el próximo, factor que ha estado debilitando al dólar estadounidense y beneficiando a la libra.

"A medida que el mercado anticipa más movimientos de política monetaria tanto en EE. UU. como en el Reino Unido, la evolución del cruce GBP/USD continuará registrando volatilidad, especialmente en un entorno de alta sensibilidad a las decisiones de política monetaria", advierte este experto.

A pesar de los movimientos significativos en los tipos tanto la Fed como el BoE continúan abogando por un enfoque gradual en la implementación de sus políticas monetarias. La cautela reflejada en las declaraciones de los líderes de ambos bancos centrales indica una evaluación cuidadosa de las condiciones económicas globales y domésticas. El presidente de la Fed, Jerome Powell, afirmó que no hay prisa por flexibilizar la política y que recortes agresivos no serán la norma. Paralelamente, el BoE enfatizó la necesidad de un enfoque gradual para reducir las restricciones monetarias, manteniendo un equilibrio entre apoyar el crecimiento económico y controlar la inflación.

Franco Macchiavelli, analista de mercados independiente, opina que "parece que la Fed sabe algo que no saben los inversores". "De los pocos motivos que podrían dar forma a esta sorpresiva decisión de la Fed, son los intereses de la deuda gubernamental en Estados Unidos, que no solo crece a un ritmo exponencial, sino que ya supera el gasto en defensa militar del gobierno. No obstante, la Fed ha pecado de irresponsable, permitiendo que la narrativa tan dispar entre 25 y 50 puntos básicos esté tan vigente en el mercado, en lugar de marcar una hoja de ruta más clara que le permitiese al mercado ir descontando el movimiento en la reunión de septiembre y evitar picos de alta volatilidad, tal y como descuenta el mercado de opciones", argumenta.

Los mercados han ido muy lejos descontando una recesión, principalmente apoyados por una debilidad del mercado laboral, y porque consideran que la Fed se ha quedado atrás respecto al resto de bancos centrales que ya han iniciado los recortes de tipos. Sin embargo, llama la atención la disparidad entre optimismo y pesimismo, principalmente basados en la narrativa de que la economía de Estados Unidos está muy débil y al borde de la recesión, pero…¿la economía de EE.UU. está tan débil como se piensa?

Recientemente la Fed de Atlanta publicó sus estimaciones de crecimiento futuro apuntando al 3%, siendo un nivel más alto que el que se vio en la reunión de julio del FOMC. Una economía que crece a tal nivel, no puede indicar recesión inmediata. Muchos achacan esta narrativa al mercado laboral y su reciente debilitamiento. Es cierto que el ritmo de nuevas contrataciones se ha debilitado y que existe un enfriamiento, sin embargo, enfriamiento y debilidad no son lo mismo que un deterioro agudo de la economía. Y más si consideramos el último dato de desempleo que descendió una décima hasta el 4,2%, no hubo nuevos repuntes y se mantuvo por debajo del dato previo. Además, si atendemos al índice de condiciones financieras que elabora la Fed de Chicago, está en zona de mínimos. Esto significa que las condiciones financieras siguen siendo favorables.

"Más allá de todo esto, conviene recordar que el paralelismo de las caídas vistas en 2007 ante el inicio del recorte de tipos, nada tienen que ver con el contexto actual de mercado como muchos buscan afirmar con un sesgo completamente erróneo, puesto que la actual situación no se asemeja en nada a la crisis hipotecaria vivida en 2008. Sin embargo, el contexto actual y proyección futura del mercado una vez inician los recortes, tienen un catalizador muy claro: descartar o confirmar un escenario de recesión", explica este experto.

"En caso de un deterioro mayor de la economía y una entrada en recesión, las proyecciones estadísticas del mercado son completamente bajistas con caídas en agregado de dos dígitos, mientras que el hecho de evitar la recesión severa mediante 'soft landing' o 'no-landing', llevaría al mercado a rendimientos positivos a nivel estadístico a lo largo de la historia. Ahora nos encontramos en esta narrativa, es por ello que la evolución del mercado dependerá de que la macro confirme que se ha logrado evitar la recesión, o por el contrario, que el debilitamiento se vuelva agudo y los indicadores de recesión se disparen, y con ello las caídas en el mercado", concluye.



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