Johannes Müller, director mundial de Investigación de DWS
La breve tormenta de verano que azotó los mercados a principios de agosto no ha podido estropear el ánimo de los inversores en renta variable. No sólo se han recuperado las pérdidas, sino que el índice MSCI World está a punto de recuperar su máximo histórico de mediados de julio. Eso siempre y cuando el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), Jerome Powell, no destruya las fantasías del mercado sobre un recorte de los tipos de interés en su discurso de hoy en Jackson Hole.
Sin embargo, la reacción del mercado de principios de agosto debería ser una buena razón para que se abstenga de sobreestimularlo. De hecho, la velocidad con la que el mercado ha descontado la ayuda inmediata de la Fed en forma de recortes más rápidos de los tipos puede ser motivo de preocupación para Powell.
Al mismo tiempo, los mercados bursátiles ya no parecen depender tanto del dinero barato y prácticamente ilimitado como lo eran hasta hace poco. Por un lado, están alcanzando nuevos máximos a pesar de los dramáticos aumentos de los tipos de interés de los últimos años. Por otro lado, como muestra el gráfico, los mercados bursátiles también se han desvinculado de la oferta monetaria. Por supuesto, siempre hay que tener cuidado al atribuir la evolución de los mercados (incluyendo los de valores) a factores individuales, ya que los mercados reaccionan a una gran cantidad de variables. Sin embargo, no se puede negar una cierta sincronización de las dos variables en los últimos diez años.
En la situación actual, no esperamos que la oferta monetaria de los cuatro principales bancos centrales (Estados Unidos, Eurozona, Reino Unido y Japón) se expanda significativamente en los próximos años, sino que, como máximo, crezca en línea con la economía. A corto plazo, la moderada demanda de crédito sugiere un estímulo aún menor. Por lo tanto, es probable que los mercados bursátiles reciban menos impulso de la oferta monetaria que recientemente. En este sentido, los mercados de acciones necesitarán otros factores para mantener su trayectoria ascendente. La fantasía de la inteligencia artificial por sí sola puede no ser suficiente y podría perder fuerza lentamente y tampoco esperamos grandes saltos en el crecimiento económico en 2024 y 2025. Dado que habrá menos factores impulsores en el futuro, esperamos que las ganancias del mercado bursátil sean modestas.