La economía de Brasil ha demostrado ser más resistente de lo esperado en 2024, pero es previsible que el crecimiento se ralentice en los próximos años. De acuerdo con el último Economic Outlook difundido por Crédito y Caución, la vuelta al endurecimiento de la política monetaria frenará la demanda interna en 2025 y 2026, con lo que el crecimiento del PIB volverá a situarse en torno al 2% anual.
La gobernabilidad sigue siendo el principal reto para las perspectivas económicas de Brasil y ha empeorado tras las elecciones de mitad de mandato de 2024. La Administración actual depende de una amplia coalición que abarca diferencias significativas. Aunque se han aprobado importantes reformas estructurales, en especial relativas a la simplificación fiscal, es más improbable que pueda alcanzarse un acuerdo en torno a medidas progresivas de recaudación de ingresos para cumplir los objetivos fiscales.
El gasto social de la Administración actual, motor clave de la fuerte demanda de los hogares, ha generado una incertidumbre económica que lastra las perspectivas de crecimiento de Brasil. La moneda brasileña se ha visto sometida a importantes presiones a la baja, perdiendo un 16% de su valor frente al dólar estadounidense en 2024. Esto ha reavivado las presiones sobre los precios en Brasil, elevando la inflación hasta superar el límite superior del 4,5% del banco central.
En respuesta, el banco central inició un ciclo de endurecimiento en septiembre. El informe de la aseguradora de Crédito espera nuevas subidas hasta el 12% en el primer trimestre de 2025. Esto limitará el crecimiento económico futuro, lo que permitirá al banco central empezar a recortar los tipos en el segundo semestre de 2025, pudiendo acabar el año en el 11%.