07 Aug
07Aug

Miguel Ángel Valero

Un análisis publicado por el Banco de España y realizado por Pilar Cuadrado (Análisis de la Situación Económica), Ángel Luis Gómez y Teresa Sastre (Economía Internacional y Área del Euro) revela que España se ha convertido en uno de los países europeos con mayores flujos de entrada de inmigrantes en relación con su población.

En España, los inmigrantes proceden principalmente de Latinoamérica, por lo que constituyen un colectivo más homogéneo y culturalmente más próximo al país de destino que los que se dirigen a otros países europeos. En general, tienen mayor edad y nivel educativo, y hay mayor presencia de mujeres.

Desde la crisis financiera global, ha aumentado la edad media y el nivel educativo de los inmigrantes en los cuatro mayores países de la UE, más intensamente en España.

La tasa de actividad de los extranjeros que residen en España es una de las más elevadas de la UE y, a diferencia de lo que ocurre en otros países, superior a la de los nacionales, contribuyendo en mayor medida al aumento de la oferta laboral.

Los trabajadores extranjeros suelen concentrarse en actividades que no requieren una formación elevada, aunque, recientemente, hay indicios de cierto desplazamiento a sectores de mayor cualificación.

El nivel medio de educación de los extranjeros que llegaron a España era más elevado que el de los que entraron en Alemania e Italia. Los que tenían un nivel alto —estudios terciarios— representaban un 43% en España, un 38% en Alemania y apenas un 15% en Italia, mientras que los de bajo nivel educativo suponían un 30% de las entradas en España, menos que en Alemania (37%) y en Italia (50%). En cambio, en 2022 el nivel medio de educación de los migrantes que llegaron a  Francia fue algo más elevado que el de los que entraron en España. 

Si se distingue entre inmigrantes procedentes de la UE y de fuera de la UE, el nivel medio de educación de los primeros es superior. En 2022, más de la mitad de los inmigrantes en España que procedían de la UE tenían el nivel de educación más alto, frente a la tercera parte en Francia y Alemania, y apenas un 8% en Italia. Entre los nacidos fuera de la UE, una gran mayoría (casi la mitad) tenían nivel educativo alto en Francia, y estos eran también el colectivo más numeroso en España y Alemania (40%), pero mucho más reducido en el caso de Italia (15%). 

Si se compara esta situación con la de años previos, se observa que se ha producido un incremento del nivel educativo de los extranjeros que llegan a estos países. Este incremento ha sido especialmente acusado en el caso de España, con un descenso de 15 puntos, entre 2008 y 2022, del porcentaje de inmigrantes con nivel educativo bajo —desde el 45% hasta el 30%— y un aumento de más de 20 puntos de los que presentan un nivel alto —desde el 20% en 2008 hasta el 43% en 2022—.

Estas dinámicas han contribuido a elevar el nivel educativo de la población extranjera residente en estos cuatro países, si bien dicho nivel aún se mantiene por debajo del de los nativos. En particular, los extranjeros con estudios terciarios en España pasaron del 21% en 2008 al 28% en 2022, frente a un incremento en el mismo período desde el 25% hasta el 33% en el caso de los nacidos en España. 

"De este modo, teniendo en cuenta que un porcentaje elevado de los migrantes que llegan a España están en edad de trabajar y que su tasa de actividad, además de ser de las más elevadas entre los países de nuestro entorno, es mayor que la de los nativos, puede deducirse que los extranjeros contribuyen a incrementar la oferta laboral en España en mayor medida que en otros países de la UE", destacan los expertos del Banco de España. 

Aportación de 2,3 puntos al incremento total del empleo

En efecto, la contribución de los extranjeros al dinamismo del empleo ha sido muy importante en varios países europeos. Entre estos destaca España, donde los trabajadores nacidos en el extranjero aportaron 2,3 puntos al incremento total del empleo registrado en 2023, en comparación con 1,3 en Países Bajos y 1 en Alemania . En estos países, ello supone entre un 75% y un 80% del aumento total de empleo. 

La distribución del empleo de la población extranjera por sectores de actividad está condicionada por la estructura productiva de los países de destino y por la situación cíclica. Sin embargo, se aprecia algún rasgo común a todos los países analizados, relacionado, principalmente, con el hecho de que los trabajadores extranjeros suelen concentrarse en actividades que no requieren un nivel elevado de formación y con condiciones laborales más desfavorables. Así, en 2022 la concentración del empleo extranjero en el servicio doméstico fue superior a la del nacional, sobre todo en Italia y España (donde el diferencial entre la concentración de extranjeros y la de nacionales es de unos 12 puntos y 7, respectivamente). La hostelería es otra de las actividades con mayor concentración de extranjeros, en términos relativos, en los cuatro grandes países de la UE, y especialmente relevante en el caso español, donde supera en 9 puntos a la de los nacionales. 

Esta situación refleja, por un lado, el bagaje de cualificaciones de los inmigrantes que llegan a la UE y, por otro lado, una cierta infrautilización del capital humano que éstos pueden aportar. Así, el grado de sobrecualificación de los trabajadores extranjeros supera al de los trabajadores nacionales en todos los países de la UE receptores de inmigrantes, según el indicador de la LFS de Eurostat que mide el porcentaje de trabajadores con una cualificación superior a la requerida en su puesto de trabajo.

En este sentido, en 2022 España era, junto con Italia, el país con una mayor proporción de trabajadores extranjeros sobrecualificados (50%), mientras que en Alemania y Francia este porcentaje se situaba en torno al 30%.

El año 2022 se ve afectado por dos hechos extraordinarios: la entrada de inmigrantes que no habían podido emigrar en los dos años anteriores por las restricciones de la pandemia y la llegada a la UE de gran número de refugiados de la guerra de Ucrania. 

En cualquier caso, desde 2008 se ha producido un aumento del porcentaje de extranjeros que se dirigen a actividades de mayor cualificación y se ha reducido la proporción de los que se emplean en sectores de baja cualificación. Así, por ejemplo, entre 2008 y 2022 aumentó el porcentaje de extranjeros recién llegados a España —con un año o menos de residencia— empleados en comunicaciones (del 2% al 12%), manufacturas (del 5% al 11%), comercio (del 12% al 17%), sanidad y servicios sociales (del 1,6% al 3,3%), mientras que disminuyó el de aquellos ocupados en el servicio doméstico (del 22% al 9%) y la hostelería (del 13% al 8%). 

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