04 Apr
04Apr

Miguel Ángel Valero

El Informe CYD 2023 analiza la situación de la I+D en España y el papel motor de la Universidad en la producción científica. Se observa un crecimiento de la inversión y el peso de la I+D en España, aunque las cifras aún quedan por debajo de la media de la OCDE y de la UE-27. Las empresas y las instituciones privadas sin fines de lucro son las que más han impulsado la inversión en I+D, y las Universidades, especialmente las públicas, son el principal agente de la producción científica y concentran el número más amplio de investigadores. 

En el periodo 2019-2022, la I+D española ha mantenido una tendencia positiva en niveles de excelencia y de colaboración internacional, aunque su nivel de liderazgo ha decaído. 

España ha aumentado notablemente el peso de la inversión en I+D sobre el PIB, pasando de un 1,19% en 2016 a un 1,43% en 2021. Las empresas y las instituciones privadas sin fines de lucro son las que más han impulsado esta inversión (suponen el 56,2% del gasto), mientras que la enseñanza superior (26,6%) o la administración pública (16,91) lo han reducido. En 2021 ha aumentado un 9,4% el gasto respecto al año anterior, invirtiéndose 17.249 millones€ en I+D en total.  El gasto en I+D interna para las empresas fue de casi 9.696 millones€, para las instituciones de educación superior fue de 4.586 millones de euros, para las administraciones públicas 2.910 millones y 56.000€ para las instituciones privadas sin fines de lucro. 

Ángela Mediavilla, responsable del gabinete técnico de la Fundación CYD, vincula este crecimiento al impacto positivo generado por la dotación de los fondos europeos: “La inversión en I+D en 2021, impulsada en buena medida por los fondos europeos Next Generation EU, ha continuado la tendencia de crecimiento del 2020. Esta tendencia positiva debería consolidarse en los próximos años, cuando no haya acceso a unos instrumentos de inversión de volúmenes similares, por lo que sería necesario planificar otros escenarios que den continuidad a estos niveles de inversión”. 

A pesar de este impulso, España sigue situándose entre el grupo de países que menos gasto dedica a la I+D: en 2021, el promedio de la UE-27 fue de un 2,15% y el de la OCDE de un 2,71%, frente al 1,43% de España.  El aumento de la inversión en 2021 se refleja en el número de investigadores, técnicos y auxiliares de apoyo que trabajan a jornada completa: crece un 21,26% respecto a 2016, siendo en los sectores de las empresas y IPSFL (29,28%) y en instituciones de enseñanza superior (17,34%) donde más se refleja esta subida. 

La producción científica aumenta, pero desciende su liderazgo internacional

En 2022 se publicaron 120.614 trabajos científicos, lo que supone un crecimiento del 14,68% respecto a 2019. España mantiene la posición número 12 en producción científica a nivel mundial, con una tendencia positiva en términos de colaboración internacional (publicaciones con coautoría española y extranjera) y excelencia científica (trabajos que se encuentran entre el 10% de los más citados). Sin embargo, continúa decreciendo el porcentaje de producción en la que los investigadores españoles tienen una participación destacada durante los procesos de investigación (liderazgo) y donde además esa investigación consigue ser altamente reconocida por la comunidad científica internacional (excelencia con liderazgo).  A nivel autonómico, Madrid es la primera región productora de conocimiento (29,94%), seguida por Cataluña (25,70%), Andalucía (17,89%) y la Comunidad Valenciana (13%). 

Las universidades generan más de 7 de cada 10 publicaciones científicas

El sector de la enseñanza superior tiene un papel fundamental en la generación de conocimiento del sistema de ciencia, tecnología e innovación. En España, en el cuatrienio 2019-2022, las universidades han seguido siendo las principales generadoras de conocimiento científico, participando en el 77,5% de los trabajos publicados.   

La inversión en I+D en la enseñanza superior se ha consolidado en el 2021 con 4.586 millones de euros, un 9,16% más que en 2020. Las áreas que recibieron una mayor cuantía fueron ciencias sociales (25,84%), ingeniería y tecnología (22,79%) y ciencias exactas y naturales (19,04%). Las universidades públicas continúan destacando como principales ejecutoras de la I+D, con un 88,59% del gasto en I+D total frente al 8,07% de las universidades privadas. 

Si se analiza el gasto en I+D por regiones, existen diferencias notables en el esfuerzo en I+D que realiza cada una. El País Vasco (2,32%), Madrid (1,93%), Cataluña (1,78%) y Castilla y León (1,37%) fueron las autonomías con un mayor gasto en I+D sobre el PIB a precios de mercado (PIBpm) en 2021. Dentro de la educación superior, en cambio, destacan por haber dedicado un gasto mayor en relación con el PIB la Comunidad Valenciana (0,50%), Andalucía (0,48%) y Murcia (0,46%), una cifra superior a la media española (0,38% sobre el PIB). En el contexto internacional, el esfuerzo en I+D del sector de educación superior es menor que el de la UE-27 (0,47% s/PIB) y el de la OCDE (0,42% s/PIB). 

La proporción de investigadores vinculados al sector de la educación superior en España se ha mantenido prácticamente inalterada entre el periodo 2016 y 2021, siendo del 45,41% en 2021, un valor muy superior al del promedio de la UE-27 (32,01%). De estos profesionales, un 43,79% son mujeres, situándose en el promedio de los países de la OCDE, aunque dentro del sector de la educación superior se detecta una cierta segregación vertical común en las cinco ramas de conocimiento: la proporción de mujeres que realizan la función de técnicas y auxiliares es mayor que la de investigadoras. La diferencia es especialmente notable en el área con menor presencia femenina, ingeniería y tecnología, en la que, en 2021, las investigadoras representaban el 27,7%, aunque las técnicas y auxiliares aumentaron hasta suponer un 48,14% del personal en I+D del área. En áreas como humanidades, ciencias sociales y especialmente médicas, las mujeres como personal de I+D son mayoría. En ciencias agrarias prácticamente alcanzan el 50% pero, en cambio, en ciencias exactas y naturales y sobre todo en ingeniería y tecnología su vinculación es menor. Lejos de revertirse, esta tendencia parece que se ha consolidado en el periodo 2016-2021.

Según apunta Ángela Mediavilla, “la presencia de la mujer en áreas de I+D vinculadas a las ciencias exactas y a la ingeniería y tecnología es menor y, a nivel general, constata que la presencia de la mujer mengua a medida que avanza en la carrera científica. Es necesario continuar implementando políticas que impulsen y faciliten el desarrollo profesional de la mujer y trabajar desde las etapas educativas tempranas para despertar su vocación en áreas científico-técnicas” 

La Universitat de Barcelona, la más productiva

Según la capacidad de producción en el periodo 2019-2022 y a nivel mundial, la primera universidad española continúa siendo la Universitat de Barcelona, que asciende   posiciones con relación al informe anterior y se ubica en la posición 117. Después figuran la Universidad Complutense de Madrid y la Universitat Autònoma de Barcelona, que intercambian posiciones entre el segundo y el tercer lugar en comparación con el Informe CYD 2022. 

Analizando el periodo 2019-2022, los dos primeros lugares los ocupan la Universitat de Barcelona (1,63) y la Universidad de Navarra (1,62), mientras que el tercer puesto es compartido por la Universitat de Vic-Universitat Central de Catalunya y la Universitat Pompeu Fabra (1,60 en cada caso).  

Ninguna universidad consigue superar el 10% esperado en el indicador de excelencia con liderazgo, aunque las que más se acercan son la Universidad Politécnica de Cartagena (9,51), seguida de la Universidad Internacional de La Rioja (9,40) y la Universitat Oberta de Catalunya (9,39). Las universidades públicas se sitúan, tanto en producción como en impacto, en mejor posición que las privadas. De entre las 6 áreas temáticas analizadas este año (ingeniería, ciencias de la computación, física y astronomía, ciencia de los materiales, matemáticas, y negocios, gestión y contabilidad), las instituciones con mayor capacidad para publicar trabajos científicos se concentran en las áreas de ingeniería, ciencias de la computación y física y astronomía.

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