A medida que aumentan las capacidades generativas de la IA, también lo hará la necesidad de chips más rápidos y eficientes para satisfacer la necesidad de mayor potencia de cálculo. La forma más rápida y eficaz de desarrollar estos superchips, codiciados por su capacidad para acelerar el rendimiento de los productos informáticos y satisfacer las exigencias de la IA generativa, está en el uso de la propia inteligencia artificial para su diseño.