05 Feb
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Un asesino en serie obsesionado con la física cuántica secuestra y mantiene prisioneras a personas que viven en superposición (llevan dos vidas al mismo tiempo) .Tras la desaparición de una pintora desconocida que oculta la identidad de la grafitera más famosa del mundo, una pareja de policías pedirá ayuda a Berta Fernández, una doctora en física cuántica cuya existencia no pasa por un momento fácil. Juntos tratarán de acercarse a Squark, como firma el criminal, mientras intentan descifrar sus crípticos mensajes y las víctimas van cayendo en sus trampas, que se corresponden con grandes experimentos de la física.

En el primero, Squark reproduce la paradoja del gato de Schrödinger. Tal como anuncia en las redes, la prisionera está viva y muerta a la vez, ya que hasta que la policía encuentre la caja donde está encerrada no se podrá comprobar su estado. La cuenta atrás no ha hecho más que empezar, mientras el inspector Estrada, la criminóloga Nadia Mateo y la doctora Berta Fernández intentan adelantarse a los movimientos de un juego mortal inspirado en el principio de incertidumbre de Heisenberg. Lo que los tres desconocen es que también ellos forman parte del macabro plan.

Esta es la premisa de El principio de incertidumbre, de Sònia Guillén y editado por Contraluz, un thriller trepidante que enganchará por igual a los conocedores de la física cuántica y a aquellos que no hayan tenido ningún tipo de contacto con esta rama de la ciencia.

Sònia Guillén nació en Terrassa. Cuarta hija de una familia trabajadora. En una casa llena de alegre bullicio, solía perderse en la nutrida biblioteca de sus hermanos mayores. Desde pequeña todo el mundo la recuerda con un libro en sus manos. Cuando no estaba leyendo, vivía en su mundo de sueños e ideas. De adulta, ha compaginado su labor como profesora de innovación en la universidad con la escritura, con la que ha obtenido dos premios literarios y una mención como finalista. Hace tres años decidió dejarlo todo para dedicarse en exclusiva a la escritura, después de preguntarse: ¿Si no es ahora, cuándo?

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