18 Jul
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"Debemos pensar qué valor podemos añadir a nuestras tareas que nos haga insustituibles frente a la inteligencia artificial", plantea José María Lassalle, consultor, escritor, profesor universitario y exsecretario de Estado de Cultura y Agenda Digital, en una nueva edición de los Diálogos de Actualidad de PROA Comunicación.

En la presentación, Valvanuz Serna Ruiz, socia directora de PROA Comunicación, destaca que nos encontramos “un momento de transformación de nuestra civilización en el que los desafíos éticos relacionados con el humanismo y la inteligencia artificial hacen que tengamos que reflexionar en profundidad sobre el modelo social hacia el que queremos ir”.

 Lassalle ha hecho énfasis en la necesidad de ver la IA con una mirada diferente, más allá del punto de vista tecnológico, con una perspectiva que tiene que ver con la cultura, con la antropología y con el humanismo: “Hemos de ser conscientes de que no solo es una tecnología facilitadora, es algo que tiene detrás una filosofía y un argumentario simbólico que provoca una serie de tensiones e incertidumbres en nuestra sociedad”.

El experto desgrana las claves del origen de la IA para comprender su impacto actual y la trayectoria que ha seguido su desarrollo: “Nace con el deseo de replicar el cerebro humano, pero sin sus imperfecciones. No es una tecnología facilitadora, no es la máquina de vapor, es algo mucho más complejo que trata de imitar al ser humano cuando piensa”.

Es pronto para anticipar su impacto

No hay consultora o servicio de análisis sin informe sobre el impacto económico de la IA. Sin embargo, en ellos es frecuente el reconocimiento de que aún es pronto para anticipar cómo y cuánto va a transformar el sistema productivo o la dificultad de precisar el efecto neto, como admite el Fondo Monetario Internacional.

Un análisis de Crédito y Caución destaca el reajuste del impacto en España para 2030 según los informes encargados por Amazon Web Services: la edición de 2023 lo cifra en 282.000 millones€, cuando la de 2022 lo situaba en 228.000 millones.

"Parecen comprensibles las razones de esa incertidumbre. Hablamos de una oleada tecnológica transversal, intensa y compleja por la cantidad de factores interdependientes, que puede calificarse con propiedad de revolución por su influencia en aproximadamente el 60% de los empleos en las economías avanzadas y desde los más a los menos cualificados, según el FMI. En esa melé de factores cabe la capacidad transformadora directa de las diferentes versiones de IA, pero sobre todo la generativa, en la automatización de procesos, el análisis y la toma de decisiones empresariales, por ejemplo. Además, se trata de una tecnología exponencial que al combinarse con todas las demás, desde la logística a la computación o el diseño de nuevos materiales, las acelera", subraya el análisis. ç

¿Qué sectores serían más favorecidos? Según PwC, los de industria, salud, automoción, telecomunicaciones, banca y seguros.

Hay que añadir otras incógnitas de las que depende exprimir su potencial, como el efecto de las normativas que empiezan a aprobarse, el apoyo real a una innovación que alcance a todo el tejido y no solo a las compañías capaces de asumir sus costes, la dotación de infraestructuras digitales y sistemas de ciberseguridad, junto con la evolución vertiginosa de la propia GenAI, el cambio cultural y el acceso al talento suficiente para gestionar sus aplicaciones. Según la Comisión Europea, de los 20 millones de especialistas TIC que necesitará la Unión en 2030, ocho millones quedarán vacantes. 

"Aquí es interesante recurrir a la experiencia real de las empresas que empiezan a implantar IA y reportan avances en agilización de procesos, productividad, eficiencia, ahorro de costes y, en algunos casos, aumento de ingresos, lo que podría servir de acicate a las rezagadas si ven la IA como fuente de competitividad y a las pioneras amortizar su inversión", insiste el análisis de la aseguradora.

Los informes también comienzan a relativizar el impacto en el empleo.  Randstad Research y CEOE coinciden en que resulta inapreciable esa pérdida de puestos de trabajo por la IA en España. El FMI vaticina la sustitución en tareas mecánicas —solo en Estados Unidos, McKinsey calcula que el 30% de las actuales horas laborales serán automatizables en 2030—, pero también la IA como complemento del trabajo humano y la capacidad de generar nuevos empleos en compañías precisamente por aprovechar esta tecnología. 

Para PwC, “la IA transformará la naturaleza de ciertos trabajos más que eliminarlos por completo, pero es difícil saber ahora su impacto laboral”. Para el FMI, de ese 60% de empleos afectados en las economías avanzadas, la mitad lo serán positivamente por su aumento de productividad, y el 40%, de forma negativa por la competencia de una IA más eficiente.

Un estudio de IBM en 22 países estima que hasta el 40% de la fuerza de trabajo deberá reciclarse en los próximos dos o tres años. Los empleados desplazados no lo serán tanto por máquinas como por otros humanos mejor adiestrados en herramientas IA. Esto también lo sostiene el Banco de España: “La complementariedad con la robótica y la IA será mayor para aquellos trabajadores que entiendan cómo operan las nuevas tecnologías y sean capaces de proporcionar valor añadido a las tareas realizadas por robots y algoritmos”. 

DWS: la IA beneficiará a las empresas de sanidad, software y medios de comunicación

El día después de que Apple anunciara, en su Conferencia Mundial de Desarrolladores de este año, la entrada de la IA en su hardware y software, las acciones de la empresa subieron la friolera de un 7,3%. Esto correspondió a un aumento de la capitalización bursátil de unos 215.000 millones$. La ganancia en valor de las acciones de Apple ese día es casi igual a la capitalización bursátil completa de la mayor empresa alemana, SAP, que actualmente ronda los 237.000 millones. 

Cifras tan vertiginosas que recuerdan a algunos inversores la burbuja de las puntocom alimentada por las empresas de Internet, cuyo colapso en marzo de 2000 provocó el primer desplome bursátil del nuevo milenio. 

El índice Nasdaq 100 prevé actualmente una relación precio/beneficios (PER) de 28,6 para los próximos 12 meses, lo que supone una prima de alrededor del 60% sobre el mercado en general, pero bastante cercana a la media de los últimos cinco años. Algo similar ocurre con el índice MSCI-AC-World-IT, donde el PER  es 28, lo que supone una prima del 59%. En comparación, esta cifra ha sido del 44% de media en los últimos tres años.

"El escaso aumento de las primas, por no decir nulo, demuestra que la valoración de los valores tecnológicos no se ha desvinculado de la evolución fundamental general. Más bien, los precios de las acciones han subido más o menos al ritmo del crecimiento de los beneficios", afirma Tobias Rommel, gestor Senior de Carteras de Renta Variable de DWS.

La IA es, con diferencia, el sector tecnológico en el que más han subido los precios. Por ejemplo, la cotización de Nvidia ya ha subido casi un 160% solo este año. "No obstante, vemos más potencial de evolución al alza de los precios. La enorme mejora del rendimiento de la última generación de procesadores de IA ha reducido drásticamente el coste de su uso. Esto abre aplicaciones completamente nuevas. No es casualidad que todos los supermercados estén pensando ahora en su propia estrategia de IA. Y eso mantiene alta la demanda", argumenta este expert.o.

En los últimos diez años, el rendimiento de los procesadores de IA se ha duplicado cada año, y con los últimos chips, el aumento de éste se ha acelerado una vez más y actualmente se está quintuplicando en un año.

Rommel espera que cada vez más empresas tecnológicas se beneficien del aumento de las inversiones en IA durante la segunda mitad del año: "Esto debería dar lugar a revisiones positivas de los beneficios en todo el sector y podría ofrecer atractivas oportunidades de inversión algo alejadas de las Pure Plays de IA". Además, los inversores deberían al menos empezar a centrarse en aquellas empresas en las que el uso de la IA debería traducirse pronto en un aumento de la eficiencia y, por tanto, en una expansión de los márgenes. "Es probable que estas empresas se encuentren principalmente en los sectores de la sanidad, el software o los medios de comunicación",l subraya el experto de DWS.


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