Miguel Ángel Valero
Los republicanos han conservado su mayoría en la Cámara de Representantes, pero casi todos los resultados que llegan confirman que será una mayoría muy ajustada. A medida que el panorama empieza a aclararse, la victoriosa tercera carrera de Donald Trump hacia la presidencia sigue siendo tan rotunda como parecía en un principio. El hecho de que ganara los siete Estados supuestamente indecisos y fuera declarado presidente electo tan rápidamente no es tan sorprendente, dado lo reñida que parecía la carrera en las encuestas previas a las elecciones, pero también cómo los errores de los sondeos tienden a correlacionarse de forma generalizada. Mucho más impresionantes fueron sus resultados en Estados como Texas y Florida, que se inclinaron aún más hacia los republicanos, así como en tradicionalmente demócratas como Nueva Jersey, Nueva York y California.
Esto proporciona a Trump un mandato fuerte, pero gobernar aún podría resultar complicado, avisa un análisis de DWS. Con una lista de nombramientos ya desvelada, su equipo parece ciertamente mejor preparado que en 2016. No todos ellos se llevarán a cabo necesariamente, pero el nombramiento de Susie Wiles como jefa de gabinete de la Casa Blanca promete estabilidad. Sin embargo, observando de cerca muchas de los cargos nombrados o rumoreados hasta ahora, es difícil discernir la orientación ideológica de la nueva Administración, más allá de la lealtad al presidente electo. Por ejemplo, el futuro secretario de Estado, Marco Rubio, y el asesor de seguridad nacional, Michael Waltz, se han caracterizado por su política exterior intervencionista. El regreso de Robert Lighthizer como representante comercial de Estados Unidos indica que los aranceles seguirán siendo una prioridad clave como moneda de cambio, pero ¿significa también la plena adopción de políticas estatistas e industriales conocidas desde hace tiempo en países como Francia? La elección por parte de Trump de Elon Musk y Vivek Ramaswamy para liderar los esfuerzos de eficiencia del gobierno sugiere que habrá muchas voces de tendencia libertaria en materia económica en la próxima Administración.
A pesar de haber ganado el voto popular y el colegio electoral (es cierto que por márgenes mucho menores que, por ejemplo, Barack Obama en 2008), los coletazos de Trump resultaron más débiles de lo habitual en las principales elecciones al Congreso, sobre todo en la Cámara de Representantes. Los votos siguen contándose y los republicanos se encaminan hacia una mayoría muy ajustada en la Cámara de Representantes, ya algo mermada por la elección de sus ministros. Aunque muchos legisladores republicanos de las últimas incorporaciones son personalmente leales a Trump, hay muchas diferencias políticas de fondo. Es probable que esto permita a los demócratas -así como a un puñado de republicanos moderados- ejercer cierta influencia incluso sobre las principales prioridades presidenciales. No poder presentarse a un tercer mandato suele significar que los presidentes de segundo mandato ven evaporarse su autoridad.
"Vemos mucha incertidumbre sobre las políticas futuras, especialmente en áreas en las que el propio Trump ha adoptado diversas posturas políticas a lo largo de los años. Las realidades, sobre todo en lo que respecta a los rápidos acontecimientos en el extranjero y las reacciones de los mercados desde ahora hasta la toma de posesión el 20 de enero, limitarán a la próxima Administración, especialmente en materia de política fiscal. Hay que tener en cuenta que una de las principales prioridades va a ser prorrogar las disposiciones clave de la Ley de recortes fiscales y empleo, aprobada durante el primer mandato de Trump, más allá de su fecha de expiración en diciembre de 2025. Pero dado que la gente se ha acostumbrado a esos impuestos más bajos, esas prórrogas, quizá acompañadas de pequeños retoques, se limitarían a evitar el lastre fiscal, en lugar de proporcionar nuevos impulsos fiscales", advierten los expertos de DWS.
"También destacaríamos que, como candidato, Trump omitió la mayoría de los detalles cuando hizo promesas fiscales memorables durante la campaña como 'no gravar las propinas' y 'no gravar las horas extra'. Al igual que con su eslogan del primer mandato -'construye el muro y México lo pagará'-, Trump querrá mostrar a los votantes algo para las elecciones de mitad de mandato de 2026, aunque no necesariamente exactamente lo que algunos asesores describieron antes de las elecciones de noviembre. Al menos en los primeros días de la Administración, probablemente no quepa esperar mucha oposición en el Capitolio, salvo, quizá, en los nombramientos clave del gabinete. En materia de inmigración, cabe esperar que la atención se centre en medidas relativamente factibles y fáciles de conseguir, como la deportación de delincuentes conocidos ya detenidos, con un impacto inmediato limitado en los mercados de trabajo, aunque es probable que el lastre aumente con el tiempo. Tampoco nos sorprendería ver que las decisiones políticas oscilan caso por caso, dependiendo de la reacción de los ciudadanos y del mercado, incluso en cuestiones políticas clave como la migración, los aranceles, la defensa de la competencia, los impuestos y el gasto", insisten.
Implicaciones en los mercados
Los inversores deben ser cautos a la hora de prejuzgar qué posiciones políticas prevalecerán en última instancia. Tras las elecciones, los rendimientos estadounidenses mantuvieron inicialmente la tendencia anterior a las elecciones, subiendo aún más, aunque con una elevada volatilidad intradía. En un entorno de tipos de interés a la baja -"esperamos que la Reserva Federal recorte los tipos tres veces más en los próximos doce meses-, prevemos que la subida de los rendimientos llegue gradualmente a su fin". Sin embargo, no se pueden descartar niveles más altos a corto plazo. "Mientras que los vencimientos cortos deberían beneficiarse de nuevos recortes de tipos, creemos que los vencimientos más largos ofrecerán oportunidades de compra si los rendimientos a 10 años en EE.UU. suben por encima del 4,5%. Esperamos que la curva siga empinándose en el transcurso de 2025", señalan los analistas de DWS.
"En este entorno, es probable que los rendimientos bajen, especialmente en los vencimientos más cortos, pero también en los más largos. Sin embargo, no esperamos movimientos pronunciados, ya que es bastante improbable que los rendimientos se desacoplen completamente de la tendencia en EEUU", añaden.
En cuanto al crédito, las perspectivas para bonos norteamericanos Investment Grade siguen siendo favorables a largo plazo. Los indicadores técnicos deberían seguir siendo positivos durante el próximo año, con la expectativa de que la normalización de la política de la Reserva Federal sea un catalizador para que los inversores se desplacen de los mercados monetarios a la renta fija de mayor duración. Las valoraciones y los fundamentales siguen siendo factores neutrales.
"Buscaremos claridad en los próximos dos trimestres sobre si Trump cumple sus promesas en materia de aranceles, política fiscal e inmigración. Un resurgimiento de las presiones inflacionistas podría provocar cierta debilidad de los diferenciales. En cuanto a las divisas, las perspectivas de la economía estadounidense ya habían mejorado antes de las elecciones, lo que provocó cierta fortaleza del dólar. Ahora que las políticas económicas de Trump son cada vez más claras, esperamos que esto tienda a provocar una mayor inflación y rendimientos más altos. Es probable que continúe el excepcionalismo estadounidense. Al mismo tiempo, el crecimiento económico fuera de EE.UU. podría verse afectado negativamente, debido a posibles aranceles contra los países del G10 y China. Todo ello podría traducirse en un dólar aún más fuerte. La defensa de la independencia de la Fed, que ya fue un tema central en la última conferencia de prensa de la Fed, debería apoyar al dólar a medio y largo plazo", explican.
"Esperamos que el mercado de renta variable estadounidense se mantenga bien respaldado a medio y largo plazo, aunque es poco probable que una continuación del comercio de Trump tenga el mismo impulso que inmediatamente después de las elecciones. Para los inversores, una serie de interrogantes solo se resolverán en las próximas semanas y meses, y queda por ver si el optimismo inicial sobre las probables políticas favorables a las empresas de una administración Trump resultará justificado. Hay muchos indicios de que no sólo no habrá subidas de impuestos para particulares o empresas en EE.UU., a partir del próximo año, sino que podrían materializarse recortes del impuesto de sociedades o deducciones fiscales especiales para la producción nacional. Aumentamos nuestras hipótesis de beneficios por acción para el S&P 500 en 5$, como reserva para posibles recortes del impuesto de sociedades. También esperamos que los aranceles sean selectivos y limitados. Y lo que es más importante, debería haber algún movimiento en este sentido sobre China, en cuanto Trump tome posesión. Seguimos pensando que los aranceles sobre todas las importaciones son poco probables, aunque no se puede descartar. Entre las pequeñas capitalizaciones estadounidenses, somos selectivos, favoreciendo a las industriales. Que se produzca un repunte sostenible de las pequeñas capitalizaciones dependerá fundamentalmente de que retrocedan los rendimientos del Tesoro. Por lo tanto, la incertidumbre sobre el futuro déficit estadounidense sigue siendo un factor de riesgo importante para Wall Street. El indicador clave será la reacción del mercado de bonos en el futuro. Creemos que el rendimiento del bono del Tesoro a 10años deberá mantenerse por debajo del 4,5% en las próximas semanas para no asustara los mercados de renta variable", subrayan.
Aunque se especula mucho sobre la política energética de Trump, es probable que la producción estadounidense se mantenga plana a corto plazo. El sector estadounidense de exploración y producción ha anunciado programas de gasto de capital muy prudentes y comedidos, y el mercado sigue favoreciendo a los equipos de gestión que pueden ofrecer mejores rendimientos y márgenes de flujo de caja. Los recortes de la OPEP+ se prorrogaron hasta finales de 2025, pero la producción total aumentará a partir de enero de 2025. Si el aumento de la producción de la OPEP+ en 2025 no se compensa con un mayor crecimiento, los mercados de crudo corren el riesgo de sufrir un exceso de oferta.
Los expertos de DWS esperan un ajuste a corto plazo de los precios del oro, impulsado por las mayores expectativas de tipos de interés de la Fed tras las elecciones y el aumento de los rendimientos reales, "aunque hemos de decir que esta correlación no ha funcionado realmente en el pasado reciente". Se espera que el fortalecimiento del dólar ejerza una presión a la baja sobre los precios del oro a corto plazo. Sin embargo, este posible descenso de los precios podría desencadenar un aumento de la demanda por parte de los compradores asiáticos sensibles a los precios. Mientras tanto, las perspectivas a largo plazo siguen respaldadas por la tendencia actual de los bancos centrales a mantener el oro como activo de reserva estratégico.
"Es posible un alza adicional para el sector inmobiliario estadounidense si las políticas de Trump acaban limitando aún más la construcción a medio plazo, por ejemplo, a través de aranceles sobre materiales de construcción clave como el acero y una menor oferta de mano de obra inmigrante. Para el sector inmobiliario cotizado, las elecciones en EE.UU. aportan cierto grado de incertidumbre, que a su vez se ve ensombrecida por la política monetaria. Tanto el crecimiento como las presiones inflacionistas se están relajando, lo que da a la Reserva Federal la opción de nuevos recortes de tipos. Los fundamentos del sector están mejorando lentamente, con unos tipos de interés más bajos que proporcionan un viento de cola a las estimaciones de beneficios", añaden.
Los valores del mercado privado han subido gracias a los menores costes de los préstamos y los volúmenes de transacciones se están acelerando. Los préstamos bancarios se están relajando, mientras que los REIT públicos conservan el acceso a los mercados de capitales, siendo la deuda no garantizada una ventaja competitiva. Las empresas recurren cada vez más a los mercados de renta variable para financiar promociones y adquisiciones atractivas, con la perspectiva de más salidas a Bolsa en 2025.
DWS recomienda valores inmobiliarios con activos de alta calidad y modelos de negocio; evaluar si el mercado energético estadounidense seguirá su camino hacia una combinación con menos carbono a largo plazo, siendo las energías renovables las que impulsen este cambio. "Creemos que el sector del gas seguirá viendo apoyado su desarrollo, mientras que es poco probable que el carbón experimente una recuperación. Sin embargo, las reformas en materia de permisos y financiación que Trump intente aplicar serán decisivas para la trayectoria del mercado", avisan sus analistas. Un retroceso en la agilización de los procesos de concesión de permisos para proyectos de energías renovables podría provocar retrasos y un aumento de los costes. El sector de las energías renovables también se ha transformado drásticamente desde el primer mandato de Trump, y la cuota de este segmento en el mix energético total se ha duplicado, pasando del 9,1% a algo menos del 20%. Es posible que Trump no pueda evitar este afianzamiento y que el sector no quiera desarraigarse de él.
La postura de Donald Trump sobre la energía nuclear ha ido cambiando. Aunque en el pasado apoyó esta fuente de energía, recientemente ha expresado su preocupación por su complejidad y coste, señalando que el Gobierno federal no debería apoyar proyectos tradicionales a gran escala. "A pesar de estas reservas, esperamos que aumente el apoyo del sector privado y de los republicanos a la energía nuclear, en particular a los minirreactores. Trump podría favorecerlos como una nueva área de crecimiento para la inversión. Trump también ha anunciado planes para emitir una Declaración de Emergencia Nacional, con el fin de aumentar el suministro energético nacional, prometiendo acelerar los planes para nuevas perforaciones, nuevos oleoductos, nuevas refinerías y nuevas centrales eléctricas y reactores. Este enfoque podría acelerar el desarrollo de la energía nuclear".
Podría decirse que el sector más amenazado es el de la energía eólica marina, un pilar clave de la transición energética bajo la administración Biden. La postura de Trump respecto a la eólica marina es clara; ha prometido desechar los proyectos eólicos marinos mediante una orden ejecutiva en su primer día de mandato, alegando preocupaciones medioambientales y su impacto en la fauna. Este cambio de política podría socavar el apoyo federal crítico para el crecimiento del sector y revertir el objetivo de Biden de desarrollar una cantidad sustancial de capacidad eólica marina de energía. Además, las revisiones federales y los procesos de concesión de permisos, que se aceleraron con Biden, podrían ralentizarse significativamente con Trump, lo que provocaría retrasos y un aumento de los costes de los proyectos eólicos marinos. Sin embargo, en última instancia, se espera que las fuerzas del mercado, como la demanda corporativa y los mandatos gubernamentales, sigan impulsando el crecimiento de la energía solar, la eólica terrestre y el almacenamiento de energía, independientemente de las políticas nacionales.
2024, segundo año con subida del 20% en Bolsa
“Si alguien nos hubiera dicho hace cinco años que nos enfrentaríamos a una pandemia mundial, una crisis inmobiliaria en China, grandes interrupciones en las cadenas de suministros, el estallido de una guerra en Europa y la escalada de conflictos en Oriente Medio, y además que los rendimientos de los bonos estadounidenses a dos años superarían el 5%, nadie habría esperado una evolución tan buena de los mercados de capitales”, afirma Vincenzo Vedda, CIO de DWS. Es probable que 2024 sea el segundo año en el que los mercados bursátiles experimenten un aumento de más del 20%. Sin embargo, Vedda no espera una burbuja en los mercados: “Espero que la renta variable siga subiendo”.
Pero el riesgo de sorpresas negativas ha aumentado. Por eso, la diversificación es clave para el éxito, en el actual entorno de inversión bastante incierto.
El economista jefe de DWS, Johannes Müller, espera una normalización del ciclo económico en Europa, sobre todo porque probablemente se haya alcanzado el punto más bajo del ciclo de producción. La cuestión de cómo la incertidumbre actual afecta a los datos económicos duros depende, según Müller, del sentimiento. En Europa y Alemania, actualmente es negativo, pero la incertidumbre también puede traducirse en una sensación de optimismo. "Subestimamos una y otra vez la flexibilidad con la que las empresas responden al cambio", afirma Müller. Los últimos datos económicos de la zona del euro han sido mejores de lo esperado. La inflación también ha caído significativamente. Müller espera que el BCE recorte los tipos de interés cinco veces, en los próximos doce meses, y que el crecimiento repunte ligeramente del 0,7% este año al 0,9% en 2025.
La economía estadounidense ha demostrado ser muy resistente, en particular, gracias al estímulo fiscal, la disipación de los grandes ahorros acumulados durante la pandemia, que han fortalecido el consumo, y el sólido mercado laboral. Es probable que la Fed continúe con su senda de recortes de los tipos de interés, pero probablemente no tan rápidamente como los mercados habían esperado hasta hace poco. Müller espera tres recortes de los tipos de interés en los próximos doce meses. Se espera que el crecimiento se desacelere ligeramente hasta el 2% en 2025, frente al 2,7% de 2024.
"Las perspectivas de rentabilidad para las inversiones que devengan intereses son positivas en todos los ámbitos y la clase de activos sigue siendo muy atractiva", asegura Thomas Höfer, responsable de Bonos Corporativos Europeos EMEA. Para los bonos gubernamentales a diez años, espera un rendimiento del 4,5% para los de EE.UU. en un horizonte de doce meses y del 2,2% para los bonos alemanes. Esto situaría las rentabilidades totales alcanzables en el 4,6% (EE.UU.) y el 4,3% (Alemania). Los diferenciales de crédito de los bonos corporativos se encuentran ahora en un nivel históricamente bajo, pero todavía aceptable en comparación con los bonos gubernamentales. El mercado había descontado un crecimiento débil, la ausencia de recesión y un sistema financiero estable. Höfer favorece los bonos corporativos de alta calidad denominados en euros, en los que es posible obtener una rentabilidad total del 4,7%. En el caso de los bonos de alto rendimiento, es más probable que los diferenciales se amplíen, lo que conduce a pérdidas de precios. Sin embargo, los mayores rendimientos compensan estos riesgos. “Las inversiones que generan intereses ofrecen rendimientos atractivos y perspectivas de ganancias positivas. El apetito por esta clase de activos sugiere que se pueden esperar más entradas de capital y está teniendo un efecto favorable sobre las valoraciones”, concluye Höfer.
"Mayores beneficios, pero también mayores riesgos de sorpresas negativas", insiste David Bianco, director de inversiones de DWS en EE.UU. Las políticas de Trump Trump, en particular las medidas de desregulación y los recortes de impuestos serán positivas para los beneficios empresariales. Se espera que el crecimiento de los beneficios de las empresas del S&P 500 se sitúe en el rango del 10% al 15% en 2025. Es probable que los valores tecnológicos sigan siendo uno de los impulsores de los precios, pero los valores financieros, las empresas de alto consumo energético y las empresas de servicios públicos también tienen buenas perspectivas.
Sin embargo, esto está sujeto a la condición de que los aranceles anunciados no se descontrolen y se impongan solo de forma selectiva. “En general, los efectos de los aranceles y los recortes de impuestos podrían compensarse entre sí”, afirma Bianco. Ve al S&P 500en 6.500 puntos, en un horizonte de doce meses. Es probable que las valoraciones delas acciones estadounidenses se mantengan muy altas, con una relación precio-beneficio a futuro de 21,5x, pero esto se justifica por el impulso de las ganancias y laexpansión económica duradera de Estados Unidos: "Esperamos un crecimiento fuertey duradero", concluye Bianco.
Las perspectivas de rentabilidad de la renta variable mundial también deberían ser buenas en 2025. Marcus Poppe, codirector de renta variable europea, espera una rentabilidad del 9% para el índice MSCI All Countries World. La situación de las empresas europeas también puede mejorar en 2025. "La prolongada tendencia a labaja mundial en la industria podría terminar en 2025. Las empresas europeas, y enparticular las de pequeña y mediana capitalización, deberían beneficiarse de ello", argumenta. Si se produce un cambio de sentimiento, el consumo privado puede proporcionar un impulso significativo si se redujera la tasa de ahorro actualmente muy elevada en Europa del 15%. Sin embargo, no se espera que la renta variable europea supere a la estadounidense en un futuro cercano, a pesar del descuento de valoración récord del 45%. Las perspectivas de crecimiento para EE.UU. son demasiado buenas para eso. Además, los inversores globales solo invertirán más en Europa si se vislumbra una recuperación cíclica en el horizonte.
Los riesgos para las perspectivas generales positivas incluyen, en particular, un aumento significativo de los tipos de interés en Estados Unidos hasta un nivel del 5%, una escalada de la guerra comercial y riesgos geopolíticos. “Nuestras perspectivas para las acciones de Asia-Pacífico (APAC) son actualmente neutrales”, afirma Ivy Ng, directora de inversiones de APAC. En China, India y Japón,la evolución del consumo interno es de importancia central. “En China, todavía estamos esperando que las medidas de estímulo del gobierno se reflejen en los beneficios de las empresas”, afirma. El impacto de los aranceles estadounidenses puede ser algo menor de lo que muchos esperan, ya que la cuota de exportación a Estados Unidos ha caído del 20% en 2017 al 13% en 2023. En la India, el futuro rendimiento del mercado bursátil depende en gran medida de que las empresas inviertan más y justifiquen las altas valoraciones aumentando la rentabilidad. El mercado bursátil japonés, por otro lado, podría beneficiarse de una recuperación cíclica de la economía mundial. Está respaldado por el fuerte aumento de los programas de recompra de acciones, pero también por los aumentos de los salarios reales, que están impulsando el consumo.
En los bonos asiáticos, Ng ve oportunidades particulares en una diversificación más amplia, que reduzca la ponderación de los bonos chinos y tenga en cuenta los motores de crecimiento como Japón, India e Indonesia. Es probable que los nuevos recortes de los tipos de interés en EE.UU. y las tendencias favorables de la inflación en Asia tengan un impacto especialmente positivo.
"Tras dos años difíciles en el mercado inmobiliario europeo, estamos asistiendo a un cambio de tendencia", afirma Ulrich von Creytz, director de inversiones de Real Estate Europe. "Recientemente, hemos observado una recuperación en el sector inmobiliario básico, sobre todo en los sectores residencial, logístico y de oficinas de alta calidad", subraya, ya que la situación ha mejorado significativamente después de que los mercados se vieran afectados por el aumento de los tipos de interés, tras la invasión rusa de Ucrania. Sin embargo, el mercado está dividido: la demanda de propiedades de alta calidad ha vuelto a aumentar desde el segundo trimestre de 2024, mientras que el punto de inflexión para las propiedades de menor calidad aún está por llegar. En el ámbito de los préstamos inmobiliarios, von Creytz espera un creciente déficit de financiación a medida que los bancos ajustan sus carteras debido a mayores provisiones de riesgo y una mayor regulación. Esto está creando más oportunidades y atractivas expectativas de rendimiento para los prestamistas alternativos. "Esperamos que las estrategias de préstamos integrales, en las que un prestamista proporciona la totalidad del monto del préstamo, desempeñen un papel cada vez más importante, reemplazando la combinación tradicional de préstamos bancarios preferentes y financiación de capital", explica von Creytz. Otro sector atractivo son las inversiones en infraestructura en Europa, para las que se espera que las necesidades de capital asciendan a 14 billones€ en 2040. Esto ofrece oportunidades de inversión especialmente atractivas para las inversiones de deuda privada en infraestructura, ya que los gobiernos no podrán recaudar estos volúmenes por sí solos.
abrdn: panorama complejo y lleno de matices
Por su parte, Brett Diment, responsable de deuda mundial de mercados emergentes de abrdn, cree que el triunfo de Trump ha desencadenado una oleada de actividad en los activos de los mercados emergentes (ME). Mientras los inversores lidian con las implicaciones de un segundo mandato de Trump, las perspectivas para los bonos frontera, las divisas locales de los ME y la deuda corporativa emergente presentan un panorama desigual.
Inmediatamente después de la victoria de Trump, la reacción del mercado de bonos frontera ha sido sorprendentemente moderada. Los diferenciales de los bonos frontera en divisas fuertes solo han aumentado ligeramente, lo que sugiere que los inversores no están demasiado preocupados por las implicaciones a corto plazo de una presidencia de Trump.
"Sin embargo, a pesar de que no hay vientos en contra inmediatos para los bonos fronteras tras las elecciones estadounidenses, observamos que las valoraciones de los bonos en divisas fuertes están posiblemente en el extremo caro, con diferenciales que se mueven por debajo de su media de 10 años. Es probable que el ritmo de la relajación monetaria en EE. UU. se ralentice, lo que podría afectar a los países pertenecientes a este segmento o que buscan recuperar el acceso al mercado", avisa.
"Desde un punto de vista más positivo, creemos que la deuda en divisa fuerte seguirá beneficiándose del alto carry narrativo, junto con el bajo riesgo de impago en los próximos 2-3años. Los bonos frontera en divisa local también siguen pareciendo atractivos tras algunas devaluaciones importantes del tipo de cambio a principios de este año, y prevemos que un dólar más fuerte tendrá un impacto limitado en estos mercados, dados los altos rendimientos nominales que se ofrecen. Más recientemente, hemos añadido riesgo en divisa local, en particular en Egipto, Nigeria, Pakistán y Kenia. La baja correlación de esta clase de activos con los bonos del Tesoro de EE.UU. también debería servir de amortiguador para los bonos frontera, en los que los factores idiosincrásicos determinan la rentabilidad", señala.
"Creemos que las perspectivas para los bonos en divisa local son en general menos optimistas, ya que muchos anticipan una presión significativa sobre las divisas emergentes debido a las políticas propuestas por la administración Trump. De hecho, es probable que la segunda presidencia de Trump dé paso a agresivas subidas de aranceles, probablemente para los productos fabricados en China. Esto sería negativo para las monedas locales frente al dólar estadounidense, ya que la reducción de las importaciones de EEUU, probablemente respaldaría tanto las cuentas exteriores de EE. UU. como el billete verde. Prevemos que Europa también se vea afectada por la imposición de aranceles, tanto directamente como debido a la competencia con los exportadores chinos. Por ello, es muy posible que las divisas de los mercados emergentes no se debiliten mucho o nada frente al euro", añade el experto de abrdn.
Sin embargo, a menudo en los mercados emergentes los riesgos más notables son internos y específicos de cada país, lo que subraya la necesidad de una cuidadosa selección de países. El descenso de la inflación, en países como Colombia, está respaldando los rendimientos reales y debería permitir recortes de tipos, incluso aunque tengamos un ciclo de relajación más lento en EE. UU.
En contraste con las perspectivas más complejas para los bonos en divisa local, "creemos que una segunda presidencia de Trump pinta un panorama relativamente optimista para la deuda corporativa de los ME". La deuda corporativa sigue resistiendo, los diferenciales son ligeramente más estrechos y los bonos no siguen el ritmo de la evolución de los tipos. La rentabilidad por dividendo total, superior al 6,5%, sigue pareciendo atractiva.
"Esperamos que el efecto indirecto de las políticas proteccionistas de Trump sea relativamente moderado ya que, en anteriores periodos de debilidad de los mercados emergentes, la deuda corporativa de estos países ha obtenido sistemáticamente mejores resultados. Seguimos infra ponderando Asia, ya que creemos que, junto con México, es probable que sea la más afectada negativamente por el aumento de los aranceles y los mayores costes de financiación", apunta.
"Creemos que el escenario postelectoral para la deuda emergente presenta un panorama complejo y lleno de matices. Mientras que los bonos frontera han mostrado resistencia, la deuda en divisa local se enfrentan a vientos en contra derivados de la perspectiva de un mayor proteccionismo comercial y un dólar estadounidense más fuerte. La deuda corporativa, por su parte, parece estar capeando el temporal relativamente bien, con unos diferenciales que se mantienen estrechos y unos rendimientos que siguen ofreciendo rentabilidades atractivas. Mientras los inversores navegan por este panorama cambiante, creemos que la atención debe centrarse en una cuidadosa selección de países y en un enfoque diversificado de las inversiones en estos mercados", concluye.
Payden&Rygel recomienda estrategias de bonos de baja duración
Kerry Rapanot, directora de estrategias Low Duration de Payden & Rygel, avisa que a medida que avanza la senda de recortes de tipos de la Reserva Federal, los rendimientos de los fondos del mercado monetario están abocados a caer cada vez más. Para los inversores que buscan un equilibrio entre la protección del capital, la liquidez y el rendimiento, las estrategias de bonos de baja duración (Low Duration, en inglés) representan una oportunidad atractiva a la luz del entorno actual. Estas estrategias, también conocidas como ultracortas o de corta duración, ofrecen a los inversores rendimientos más elevados que los fondos del mercado monetario o las cuentas de depósito, ampliando el universo invertible en dos direcciones.
En primer lugar, al invertir en bonos con vencimientos de hasta cinco años (frente a los397 días de los fondos del mercado monetario), las estrategias de Low Duration permiten a los inversores asegurarse rendimientos a más largo plazo y aprovechar la subida de precios que se produce cuando bajan los tipos de interés.
En segundo lugar, el universo de inversión más amplio, que abarca desde la deuda pública hasta el crédito corporativo y estructurado, permite una diversificación de las inversiones que puede generar mayores rendimientos sin comprometer la liquidez. Aunque las estrategias de corta duración ofrecen un potencial de rendimiento superior al de los fondos del mercado monetario, también conllevan una mayor volatilidad debido a los vencimientos más largos y a la inclusión del sector crediticio. Sin embargo, las inversiones siguen siendo lo suficientemente a corto plazo como para limitar el riesgo, especialmente a medida que los bonos se acercan a su vencimiento y sus precios 'se ponen al día', lo que ayuda a estabilizar los rendimientos.
Por su propia naturaleza, una cartera de Low Duration debería serlíquida, pero no es necesario que todas y cada una de las participaciones estén disponibles para generar liquidez. Aunque los valores del mercado monetario tienen menores riesgos de precio y costes de negociación que los bonos corporativos, ambos instrumentos pueden liquidarse. La gestión activa permite a las carteras mantener cierto grado de liquidez y generar excelentes oportunidades de rentabilidad. Se prevé que la relajación monetaria de la Reserva Federal afecte sobre todo a los valores a muy corto plazo, con lo que los rendimientos de los fondos del mercado monetario caerán rápidamente. En cambio, al invertir parte del efectivo en bonos de mayor duración, es probable que los rendimientos de las estrategias de bonos de corta duración no caigan tan rápido y los inversores puedan asegurarse rendimientos más altos en toda la curva.
Hasta la fecha, más de 6 billones$ están invertidos en fondos del mercado monetario, una cifra que ha aumentado en 1,5 billones desde el inicio de la pandemia. "Según nuestras estimaciones, los recortes de tipos de la Fed debería incitar a los inversores a buscar rendimientos más elevados en otros lugares, desplazando entre 1 y 2 billones en total hacia inversiones de mayor rendimiento, como las estrategias de Low Duration", vaticina.
Además, la reciente reforma de la normativa que regula los fondos del mercado monetario institucional de EE.UU. hará más difícil que los fondos prime superen a los fondos estatales, hasta el punto de que algunos de los mayores fondos prime institucionales ya se han reconvertido a fondos estatales o han cerrado por completo. Ésta es otra razón por la que las estrategias de corta duración representan una excelente oportunidad para los inversores que buscan rendimientos superiores a los de los fondos estatales. Los rendimientos de una estrategia de corta duración dependen principalmente delas asignaciones sectoriales, y las empresas con grado de inversión y el crédito estructurado forman parte integrante de la cartera.
Los inversores también pueden personalizar el nivel de duración o riesgo de crédito que están dispuestos a tolerar: cuanto más amplias sean sus directrices de inversión, mayores serán las oportunidades de obtener mayores rendimientos a largo plazo (teniendo en cuenta una cierta volatilidad adicional). Varios inversores combinan estrategias avanzadas de liquidez y corta duración, tratando de capitalizarlas reservas de efectivo a más largo plazo. Las estrategias de Low Duration se sitúan en un punto intermedio entre el mundo más seguro de los fondos del mercado monetario y el mundo más volátil de las estrategias de bonos de vencimiento intermedio o de sólo crédito: aunque conllevan un mayor riesgo deprecio que las primeras, tienen una volatilidad y un riesgo de crédito menores que la mayoría de las segundas.
Fortuna SFP: oportunidad para el oro y la renta variable europea y china
José Manuel Marín, fundador de Fortuna SFP, considera que las Bolsas tienen soportes importantes con el crecimiento de la actividad, mejor de lo esperado a ambos lados del Atlántico, buenos resultados empresariales, más altos que las expectativas, bajadas de tipos de interés e inflación moderada; pero las elecciones en Estados Unidos han generado volatilidad simplemente porque Trump va a tener el control total de ambas cámaras, y por tanto, va a poder hacer y deshacer a su antojo y eso se llama, crecimiento a toda costa vía bajada de impuestos, déficit público y por tanto más deuda, y ya tienen los EE.UU. una losa de 35 billones$, medidas proteccionistas (aranceles).
Donald Trump se prepara para regresar a la Casa Blanca en un contexto de dominio estadounidense sin precedentes de la economía mundial. La economía estadounidense, que se ha librado tanto del aterrizaje forzoso como del suave, ha seguido expandiéndose en 2024. Esto contrasta fuertemente con Europa, pero también con China, que hace unos años se veía como la futura potencia económica mundial, pero que ahora está sumida en una preocupante depresión. La investidura de Trump será así buena para unos y mala para otros, como la cara y cruz de una moneda; más que ruido, nueces, sobre todo para el viejo continente y China por las exportaciones.
Que haya ganado Trump no cambia las valoraciones de la Bolsa americana, que sigue en máximos y que sigue estando cara (ratio PER). A los mercados les gusta el dinero barato pero las bajadas de tipos por parte de la Fed van a ser más graduales de los previsto por la amenaza que supone Trump y sus medidas para la inflación. Si los tipos no bajan al ritmo esperado, se van a ver afectadas la niñas bonitas de las tecnológicas, y solo hay que recordar que en sus presentaciones de resultados Microsoft, Apple y Meta han decepcionado cayendo sus cotizaciones, no por sus números sino por sus expectativas de futuro(gastos), más leña a la candela de un potencial take profit.
Ese incremento de deuda influirá positivamente con el oro, que está directamente correlacionado con ella. Además, se está tomando un descanso para volver a tomar impulso; con lo que se abre una ventana para entrar; así como para la renta variable europea y China. La primera que ha crecido algo cuando no se esperaba ello, y la segunda a la espera de las medidas fiscales para ser relanzada finalmente. Europa sigue lastrada por Alemania y Francia e impulsada por la periferia, como España. Cotiza por debajo de su media histórica y está barata, y "no nos confundimos nunca comprando algo de calidad barato; eso sí, siempre con un horizonte temporal medio/largo plazo, porque Alemania al igual que se recuperó de las guerras mundiales, lo hará de la crisis automovilística que vive".
Por su lado, China, que ha vivido su propio efecto champán (sube y baja) por el anuncio de la inyección de liquidez de más de 140.000 millones; está a la espera de las medidas fiscales para reactivar una demanda interna adormecida. La fábrica del mundo volverá y le plantará cara a Estados Unidos en su pugna particular por la economía mundial.
"La estrategia DCA, Dollar Cost Average, se me antoja más que necesaria con los tiempos que corren, para no entrar el mercado como un elefante en una cacharrería y gracias a la promediación tener un valor medio y estable, en vez de hacer market timing para entrar en el momento perfecto que ni existe ni se le espera. El mercado va a seguir creciendo con sus correcciones porque tiene soportes, y un sistema de gestión de renta variable quality en tiempos como los actuales y una visión medio/largo plazo serán las mejores recetas. Por otro lado, se habla de situarse en las pymes americanas por la bajada de tipos y los incentivos impositivos, pero las grandes multinacionales en situación de oligopolio con factores diferenciadores, con barreras de entrada ante nuevos competidores, balances saneados y con mucho cash (sin verse afectada por los tiposde interés), serán los mejores buques insignia, carro grande ande o no ande", señala.
Flow Community: Trump puede limitar el potencia de apreciación del oro
El oro registró su segunda jornada consecutiva de alzas, pero su potencial de apreciación puede verse limitado por la reducción de las expectativas de recortes significativos en las tasas de interés de la Reserva Federal, influenciadas por los sólidos datos económicos y las políticas previstas para la nueva administración de Donald Trump, señala Tito Iakopa, Commercial Director de Flow Community El enfoque anticipado de esta administración en recortes fiscales y aumentos de aranceles puede contribuir al aumento de la inflación, limitando así la capacidad de la Reserva Federal para adoptar una política monetaria más flexible.
Por otro lado, el atractivo del oro como activo refugio ha ganado respaldo en los últimos días debido a la intensificación de las tensiones geopolíticas, particularmente el conflicto en curso entre Rusia y Ucrania. Las preocupaciones por las incertidumbres comerciales y la sostenibilidad fiscal de Estados Unidos pueden continuar apoyando la apreciación de los precios del oro.