Los analistas discrepan sobre dos o tres bajadas de tipos del BCE este año

Miguel Ángel Valero

Cristina Gavín, jefa de Renta Fija y gestora de fondos de Ibercaja Gestión, comenta que el mercado da por hecho la bajada de 0,25% en la reunión del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) del jueves 6 de junio. "Cualquier escenario diferente supondría una sorpresa mayúscula y una fuerte reacción en los mercados que llevaría los tipos al alza con fuerza. La clave por tanto, no está en la bajada de tipos de esta semana, sino en cual será la senda de actuación del BCE de cara a las siguientes reuniones, por lo que deberemos estar atentos a la rueda de prensa de Lagarde tras el Consejo", avisa.

"Los datos de precios en Europa continúan mostrando una cierta resistencia a la baja con una inflación subyacente que volvió a sorprender ligeramente al alza, y esto está llevando a los miembros más 'hawkish' del BCE a mostrarse cautos en cuanto al ritmo de bajadas para la segunda parte del año. La aceleración que hemos visto de los datos de salarios negociados en el primer trimestre de 2024, también son un factor a tener en cuenta de cara a la senda de bajada que podemos esperar para 2024. El hecho de que la Reserva Federal también esté retrasando su proceso de bajadas de tipos derivados de las presiones en los precios, aunque no es un factor determinante, sí que puede también condicionar el ánimo de los miembros del BCE a la hora de bajadas adicionales", argumenta.

"En este escenario, creemos que la autoridad europea va a ser prudente en cuanto su actuación para la segunda parte del año, y tan solo contemplamos dos bajadas adicionales antes de final de año, que dejaría el tipo de intervención en el 3,75% para cierre de 2024, y la facilidad de depósito en el 3.25%", apunta esta experta.

Joanna Galindo, analista de renta fija en Tressis, también da por hecho que el organismo institucional bajará los tipos de interés 25 p.b. dejando la principal en el 4,25% y la de depósito en el 3,75%. "Así pues, salvo giro de guion, los mercados financieros apenas notarán movimientos. La clave será las declaraciones posteriores de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, en la rueda de prensa en la cual dará a conocer cuál será la senda de bajada de tipos de cara a esta segunda mitad del año. En los últimos datos de precios, hemos visto que la inflación, sobre todo la de servicios, es la que más se resiste a la baja con lo cual daría más argumentos a los miembros más hawkish para retrasar otra bajada. Otro punto muy importante que podría destacar sería el proceso de reducción del balance del BCE (conocido como quantitative tightening, QT, o endurecimiento cuantitativo). Recordemos que el organismo sigue esta política desde el 2022 con el objetivo de reducir la deuda pública en sus balances·, explica. 

Jan Felix Gloeckner, especialista en inversiones sénior de Insight (grupo BNY Mellon IM) cree que "después de nueve meses sin tocar los tipos de interés, creemos que el BCE podría rebajar en 25 puntos básicos sus tipos de interés de referencia, convirtiéndose así en el primero de los grandes bancos centrales en flexibilizar su política monetaria". 

"Pese a que la inflación repuntó levemente en mayo en la Eurozona, la rebaja se da prácticamente por hecha, tras los mensajes coordinados que han lanzado los miembros del Consejo de Gobierno en las últimas semanas. Los observadores del mercado examinarán la declaración y los comentarios de la presidenta Lagarde en busca de pistas sobre la velocidad y el alcance del próximo ciclo de bajadas", añade.

"Los mercados ya han descontado el recorte de tipos, por lo que no se prevé que influya en el comportamiento de los mercados de bonos. En duración, seguimos prefiriendo el tramo largo y apostamos por una mayor inclinación de la curva, ya que los bancos centrales están cada vez más cerca de flexibilizar sus políticas", subraya.

Felix Feather, economista de abrdn, también considera "casi garantizado" un recorte de tipos por parte del BCE. "Creemos que la inflación de los servicios y el crecimiento de los salarios siguen siendo demasiado elevados para que se produzcan recortes consecutivos en junio y julio, por lo que podría tratarse de un 'recorte de línea dura' ('hawkish cut'). La inflación interanual de este viernes será clave. Se espera un repunte de la inflación general, pero tendría que ser muy grande para que el BCE se desviara de su objetivo de recortarla en junio. Sin embargo, lo que suceda con la inflación subyacente de los servicios será clave para fijar las expectativas sobre la senda del BCE más allá de junio. La reciente fortaleza del crecimiento de los costes laborales podría significar que la inflación de los servicios se fortalezca, dejando al BCE a la espera durante un tiempo tras el recorte inicial", advierte.

Ulrike Kastens, Economista para Europa de DWS, también cree que el BCE está dispuesto a bajar los tipos a pesar de que la tasa de inflación de mayo fue superior a la prevista. "Esencialmente, ya está todo dicho: Casi todos los miembros del Consejo del Banco Central Europeo se han pronunciado a favor de una posible reducción de los tipos de interés en junio. El 6 de junio debería confirmarse oficialmente que el BCE bajará su tipo de interés oficial 25 puntos básicos, hasta el 3,75%. Sin embargo, lo que importa aún más es el camino a seguir. El BCE está dispuesto a 'eliminar el nivel máximo de restricción', como dijo Philip Lane", razona. 

"No cabe duda de que algunos banqueros centrales tienen en mente nuevos recortes rápidos de los tipos de interés y es posible que ya estén a favor de otra reducción en julio, mientras que otros prefieren un enfoque más prudente .Dados los continuos aumentos salariales y un mercado laboral muy estable, esto último parece más probable. La publicación de la tasa de inflación en mayo también mostró que la tendencia de la inflación no es sólo a la baja. En mayo, el coste de la vida en la Eurozona aumentó más de lo previsto, un 2,6% (en abril 2,4%). Una vez más, fueron los precios de los servicios los que subieron significativamente. Tras el 3,7% de abril, en mayo subieron al 4,1%, lo que también elevó el índice subyacente al 2,9% (en abril 2,7%). Para los próximos meses, esperamos un movimiento lateral de la tasa de inflación, frenando así la tendencia desinflacionista de los últimos meses.Frente a esta incertidumbre en la evolución de la inflación, es probable que prevalezcan el tono hawkish, haciendo hincapié en la dependencia de los datos y en un enfoque de reunión por reunión. Se espera que el mensaje central de la presidenta del BCE, Lagarde, evite comprometerse explícitamente con otro recorte de tipos en julio. En general, mantenemos nuestra previsión de tres recortes de tipos más hasta finales de marzo de 2025", recalca.

Daniel Loughney, director de Renta Fija de Mediolanum International Funds (MIFL)se apunta a que el BCE recorte los tipos de interés por primera vez desde 2019: "Se espera una reducción del 0,25% en los tipos de interés hasta el 3,75%, algo que el mercado da casi por descontado. La atención se centrará más en la orientación del BCE en cuanto a futuras acciones. Por los recientes discursos del BCE, es poco probable que se orienten hacia un nuevo recorte en julio, por lo que la atención se centrará en la expresión de cualquier cambio en sus perspectivas de inflación. Es probable que el BCE destaque el carácter irregular de las próximas publicaciones del IPC. Hay una serie de influencias estadísticas idiosincrásicas en la inflación en este momento que son difíciles de cuantificar con demasiada precisión: como el lanzamiento de un billete de transporte barato a escala nacional en Alemania hace un año. Los comentarios sobre la inflación de los precios de los servicios serán objeto de la mayor atención, ya que se ha mantenido bastante elevada últimamente. En general, esperamos que el discurso del BCE sea moderado en relación con las expectativas del mercado, ya que creemos que las presiones inflacionistas están disminuyendo más de lo previsto".

Se espera que el BCE comience su ciclo de bajadas de tipos, con una probabilidad del 98% en los mercados de una reducción de 25 puntos básicos en la reunión del jueves y un total de recortes de 60 puntos básicos a finales de año, pese a la pequeña sorpresa al alza en los datos de IPC de abril de la zona euro. Pero las referencias publicadas en las dos últimas semanas no han despejado las dudas sobre cuándo hará lo propio la Fed. La tasa de inflación del gasto en consumo personal (PCE) de EEUU conocida el pasado viernes se ajustó a las expectativas: se situó en 25 puntos básicos en abril, la lectura más baja desde diciembre y la tasa interanual a tres meses se redujo al 3,5% desde el 4,4% de marzo. Aunque es poco probable que un mes de desinflación del PCE desencadene un recorte de tipos en julio, podría representar el inicio del proceso para llegar a una reducción en septiembre, sostiene Ronald Temple, jefe de estrategia de mercados de Lazard

Cree, cada vez más, que “volveremos la vista atrás al repunte de la inflación del primer trimestre y lo veremos como una visión distorsionada de la verdadera inflación”. El experto recuerda que las actas de la reunión del FOMC que finalizó el 1 de mayo confirmaron  la preocupación de los participantes sobre el ritmo y la sostenibilidad de la desinflación, pero también afirma que los informes del IPC y del PCE publicados con posterioridad posiblemente redujeron la inquietud sobre el riesgo de que la inflación se reacelere. No obstante, la Fed espera datos adicionales para confiar en que la inflación está bajo control y las posibilidades de un recorte de tipos a corto plazo han disminuido. Los mercados sugieren ahora una probabilidad del 12% de un recorte de tipos de 25 puntos básicos el 31 de julio y del 60% el 18 de septiembre.

Steven Bell, economista jefe para EMEA de Columbia Threadneedle, defiende que las tasas de crecimiento de EEUU y Europa convergen a medida que el primero se ralentiza y Europa, incluido el Reino Unido, se recupera. "Los recortes de tipos en EEUU se han descontado en gran medida en los mercados, lo que deja margen para un repunte en caso de sorpresa. En Europa, el BCE ha prometido prácticamente bajar los tipos esta semana. Por tanto, la atención se centrará en las pistas para futuras orientaciones", señala. 

Dave Chappel, Senior Fund Manager, Fixed Income de Columbia Threadneedle Investments, precisa que "si el BCE no hubiera anticipado el recorte de tipos de esta semana con tanta insistencia, creemos que se habría producido un acalorado debate sobre si se debía esperar a conocer más datos, tras los poco favorables datos salariales y de inflación de las dos últimas semanas. Es muy probable que Lagarde guíe a los mercados hacia una contención en julio, con el próximo ajuste en septiembre u octubre".

Impacto en el Euribor y en las hipotecas

El Euribor a 12 meses cerró mayo en zonas de 3,7% con unos bonos que no terminan de recuperar terreno desde principios de año. "Por resumirlo de alguna manera, recordemos que durante los últimos 3 meses, el Euribor se ha mantenido en un aburrido rango lateral entre 3,65 % y 3,75 % en un entorno de continuas subidas de rentabilidades de deuda en la renta fija en lo que llevamos de 2024 (desde 2.4% a 3% actual en el bono alemán a 2 años, lo cual no es poco)", señala Juan José del Valle, responsable de análisis de la sociedad de valores Activotrade

"Lo sorprendente de todo esto, en nuestra opinión, es que el euro se comporte `tan bien´ en comparación con el dólar durante los últimos 2 meses, teniendo en cuenta que está prácticamente casi descontado que el BCE empiece a bajar tipos de interés antes que la Fed. Por lo tanto, podríamos entender que el movimiento que haga Christine Lagarde mañana jueves, bajando de manera simbólica los tipos de interés 25 puntos básicos hasta el 4,25%, sea una `bajada hawkish´ porque probablemente bajen pocas veces más los tipos en lo que queda de año (4 reuniones restantes). A la espera de ir viendo qué es lo que hace la Reserva Federal en mayor medida y cómo se mueve la inflación bajo ese nuevo escenario", remarca.

"Ahora bien, especial relevancia desde un punto de vista técnico y en el corto plazo, es la referencia de 1,09 en el caso del €$ y 104 en Dollar Index, máximo y mínimo respectivamente de los últimos 2 meses. Si confirmase el tipo de cambio, confirmando la superación de dicho nivel, podría alcanzar el nivel de 1,1 o cercano al mismo (máximos de marzo) en un corto periodo de tiempo", añade.

"El impacto sobre los hipotecados será lento y progresivo, salvo imprevistos o en el caso hipotético de que la economía sufriera una recesión, momento en el cual se bajarían los costes de financiación drásticamente. Basándonos en nuestro principal escenario de no recesión, teniendo en cuenta ese lenta pero continua caída de los tipos de mercado, empezaríamos a prestarle más atención en el momento que el Euribor pierda el nivel de 3,60% o el bono alemán a 10 años (Bund) pierda la zona de 2,40% de rentabilidad, mínimos del pasado mes de mayo (frente a los 2,55% actuales) y momento a partir del cual podríamos dar como finalizada la tendencia alcista de rentabilidades de deuda iniciada a principios de año", concluye.

"El guion está escrito. Este jueves, el Consejo de Gobierno del BCE bajará los tipos de interés por primera vez desde la subida iniciada en julio de 2022 . Fue en la pasada cita de marzo, cuando Christine Lagarde dejó claro que junio sería el momento para tomar una decisión sobre los tipos de interés. El mes ha llegado y Europa espera con ansias esta bajada. Pero, ¿marcará el inicio de una nueva tendencia? ¿Se acerca una senda de bajadas? La respuesta es no. No es que queramos ser pesimistas, pero el BCE se ha mostrado reticente en varias ocasiones a definir un calendario claro para futuros recortes y todo apunta a que los recortes serán pocos y conservadores”, aclara Olivia Feldman, economista y cofundadora del comparador financiero HelpMyCash.

La presidenta del BCE no ha sido la única en enfatizar que la máxima institución financiera solo tomará decisiones basadas en los datos económicos y que serán tan cautos como les sea posible. Más recientemente, Philip Lane, economista jefe del BCE, advirtió que "las cosas serán accidentadas y graduales”, reafirmando que el nivel exacto de restricción monetaria dependerá, una vez más, de la información disponible.

Los datos apuntan a que Europa ha conseguido mantener a raya la inflación, —mayo cerró al 2,6%—pero también confirman que el crecimiento económico ha sido débil. “Ambos indicadores ejercieron presión sobre el BCE para reducir los tipos de interés”, apunta Feldman. “Es verdad que en mayo la inflación tuvo un pequeño repunte, pero si vemos el panorama completo, podríamos decir que la política monetaria restrictiva de Lagarde y su equipo funcionó, pues cada vez se hace más lejana la Europa con una inflación al 10%”, recalca la economista de HelpMyCash.

El pequeño repunte inflacionario ya no se debe en gran medida al precio de los carburantes, como ocurrió hace año y medio. “Hay otros dos factores en juego. El primero es la situación geopolítica tanto en Oriente Próximo como en Ucrania, que repercute en la cadena de suministros, y el segundo es las subidas salariales”, recuerda Feldman. “La pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores ha generado demandas de aumentos salariales, lo que podría impulsar, según el BCE, aún más la inflación. Sin embargo, todavía queda esperar a ver cómo reaccionan las grandes economías europeas", avisa.

Este recorte de tipos convertirá al BCE en la primera autoridad monetaria entre las economías desarrolladas en reducir los tipos de interés, adelantándose a la Reserva Federal de Estados Unidos. La razón principal por la que el BCE baja tipos antes que EEUU. es porque la economía europea es más frágil y algunos países, como Alemania, están demasiado cerca de experimentar una pequeña recesión.

Bajar los tipos de interés tiene consecuencias. “Un riesgo es el de un euro previsiblemente más débil frente al dólar”, apunta la economista. “El petróleo y las materias primas que cotizan en dólares serán más caras, y eso podría hacer subir la inflación de nuevo. En la economía, todo está relacionado”, sentencia Feldman. “El juego del BCE es hacer malabarismos entre conseguir la estabilidad financiera: o sea, que el crecimiento económico no sea disparatadamente alto porque dispararía de nuevo la inflación y, por otro lado, que no sea tan bajo que provoque una recesión”, explica la experta.

La otra cara de esta decisión es un poco más amable. Pues se espera que esta bajada de tipos ayude a generar cierta aceleración económica que Europa necesita, ya que endeudarse para invertir será más barato.

¿Cuántas bajadas hará el BCE este 2024? Los 'halcones' del BCE —los más partidarios del endurecimiento monetario— intentan descartar la posibilidad de un recorte en julio y como mucho, auguran otra más, además de la del 6 de junio. “Creemos que el segundo recorte probablemente ocurrirá cercano al último trimestre del año. Lagarde esperará a ver qué pasa con esta primera rebaja, así como qué sucederá en verano, antes de realizar otra reducción”, anticipa la experta. “La única forma en que vemos qué haya más de dos bajadas en 2024, es que el crecimiento de la economía europea sea demasiado bajo, casi nulo”, puntualiza .Lo cierto es que hay quienes no quieren cerrar la puerta a más de dos recortes. Éste es el caso del gobernador del banco central francés, François Villeroy de Galhau. “Sea, como sea, habrá que estar pendientes de los datos macroeconómicos. Fueron, serán y son los únicos que marcarán la senda concreta que seguirán los tipos de interés en Europa”, concluye Feldman.

Capital Group: ¿Qué ocurriría si la Reserva Federal no bajara los tipos de interés este año?

 Darrell Spence, economista de Capital Group, recuerda que a principios de este año, muchos inversores estaban convencidos de que la Reserva Federal de Estados Unidos reduciría los tipos de interés cuatro veces hasta finales de 2024. "En aquel momento, me pareció una ilusión. Hoy, teniendo en cuenta que la inflación ha superado las previsiones, me parece aún más improbable. Creo que hay muchas posibilidades de que no se produzcan recortes de tipos este año, y que los mercados no tendrán problemas si no se producen. Para algunos inversores que han esperado con impaciencia un recorte de tipos, esto puede sonar parecido a la cancelación de las Navidades. Sin embargo, si la Reserva Federal decide mantenerse firme, no tiene por qué ser necesariamente negativo, en función de los motivos", explica. 

"Hay tres razones de peso para mantener sin cambios los tipos de interés en 2024:

  • La economía estadounidense puede soportarlo  La economía estadounidense sigue creciendo a buen ritmo a pesar de la drástica subida de los tipos hasta su actual horquilla del 5,25% al 5,50%. Es el nivel más alto en 23 años. Y sin embargo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) predice ahora que la economía estadounidense crecerá este año a un ritmo más de dos veces superior al de otros grandes países desarrollados. La institución ha elevado su previsión de crecimiento hasta el 2,7% anualizado, frente al 0,8% de Europa y el 0,9% de Japón. La resistencia de la economía estadounidense, frente a unos tipos de interés mucho más altos, ha sido una de las mayores sorpresas de los dos últimos años. No hace mucho, muchos inversores y economistas pensaban que nos encaminábamos hacia una recesión. Ahora parece que la economía estadounidense podría crecer a un ritmo superior al previsto por el FMI, alcanzando potencialmente el 3,0%, a medida que los consumidores estadounidenses sigan gastando, el mercado laboral se mantenga tenso y los fabricantes inviertan en cadenas de suministro recién diversificadas en la era pospandémica. Este tipo de crecimiento sólido no suele asociarse a bajadas de tipos. De hecho, la economía estadounidense parece haberse adaptado bastante bien a un entorno de tipos de interés más altos. Incluso con los tipos hipotecarios en torno al 7,1%, a 18 de abril, las ventas totales de viviendas y los precios de la vivienda han aumentado a principios de 2024.
  • Los avances en materia de inflación se estancan. No hay duda de que la batalla de la Fed contra la inflación ha ido bien, pero no ha terminado. Los precios al consumo han bajado desde los máximos de junio de 2022, pero siguen muy por encima del objetivo del 2% de la Fed. Recorrer ese último tramo -del 3,0% al 2,0%- podría ser la parte más dura del camino. En última instancia, si la Fed no recorta este año, probablemente será porque la inflación no está cayendo tan rápidamente como anticipaba el banco central. En mi opinión, se trata de un escenario probable. Gran parte del reciente descenso de la inflación se ha producido en el sector de los bienes de consumo, donde los precios han caído al ritmo más rápido en casi 20 años. No creo que esto sea sostenible, sobre todo teniendo en cuenta que el dólar estadounidense ya no se fortalece al ritmo del año pasado. Además, la subida de los precios de la vivienda puede tener un mayor impacto en la inflación de los alquileres que en el pasado, dados los recientes cambios en la metodología de recopilación de datos. Al margen de la vivienda, la inflación del sector servicios va en la dirección equivocada, subiendo a una tasa anualizada superior al 6,0% en los últimos seis meses. Esto se debe, en gran medida, al sólido crecimiento de los salarios gracias a la fortaleza del mercado laboral. La tasa de desempleo estadounidense ha subido ligeramente hasta el 3,8%, pero sigue cerca de su nivel más bajo en 50 años.Cabe pensar que una inflación comprendida entre el 2,5% y el 3,0% es suficiente, pero la Reserva Federal ha insistido repetidamente en la importancia de ese objetivo del 2,0%. En la época anterior a la pandemia, cuando el problema eran las presiones desinflacionistas, la Fed consideraba que unas tasas de inflación del 1,5% o el 1,6% eran demasiado bajas. Por ello, probablemente deberíamos asumir que un nivel de inflación de 40 ó 50 puntos básicos por encima del objetivo es, por tanto, demasiado alto hoy en día.
  • Los mercados financieros están satisfechos con la situación actual. Las Bolsas estadounidenses e internacionales alcanzaron una serie de máximos históricos en el primer trimestre de 2024. El mes de abril se ha caracterizado por un menor entusiasmo, debido en gran medida a las preocupaciones por la inflación y al aumento de las tensiones en Oriente Medio. Pero aun así, está claro que la renta variable en su conjunto ha sido capaz de superar el temor a que unos tipos de interés más altos acabaran con el mercado alcista iniciado a principios del año pasado. Mientras la renta fija, más sensible a los tipos de interés, ha registrado rendimientos más débiles este año a medida que las expectativas de tipos han cambiado, los sectores de renta fija, más orientados al crédito, han sentido un viento de cola a medida que los beneficios y el crecimiento económico han sorprendido al alza. Y, en última instancia, los inversores en bonos se benefician del aumento de los rendimientos a medida que las rentas vuelven a los mercados de renta fija. Un repunte del mercado tras la subida de tipos no es inusual. En los últimos 30 años, las acciones y los bonos han obtenido buenos resultados en los periodos posteriores a la subida de tipos de la Reserva Federal. De hecho, desde 1994, ambas clases de activos subieron significativamente un año después del final de un ciclo de endurecimiento de la Fed, con la excepción de las acciones estadounidenses de mayo de 2000 a mayo de 2002, un periodo empañado por la implosión de las puntocom. Con el tiempo, los mercados tienden a ajustarse al entorno de tipos de interés imperante. Los mercados pueden reaccionar violentamente al principio de una campaña de subida de tipos, como vimos en 2022, cuando cayeron tanto las acciones como los bonos. Pero una vez que alcanzamos un nuevo nivel de estabilidad, siempre que se encuentre dentro de un rango razonable, los mercados a menudo han sido capaces de reanudar su trayectoria de crecimiento a largo plazo, influidos más por los beneficios empresariales y el crecimiento económico que por la política monetaria .Creo que los responsables de la Fed quieren bajar los tipos. Han dejado claro que creen que la política actual es restrictiva y, por tanto, es una conclusión razonable que se inclinen por bajar los tipos. Como inversores, sin embargo, creo que debemos cuestionar esa suposición. Tenemos que considerar la posibilidad de que, a la luz del reciente crecimiento saludable, tal vez la política de la Fed no sea restrictiva. Tal vez por eso no hemos tenido una recesión. Y tal vez por eso no tendremos una bajada de tipos en 2024.Sin embargo, más que ser negativa, la ausencia de un recorte de tipos este año podría reflejar simplemente el hecho de que la economía estadounidense va bastante bien, y que la historia sugiere que podría ser un momento excelente para invertir tanto en renta variable como en renta fija orientada al crédito para los inversores dispuestos a adoptar una perspectiva a largo plazo", argumenta.