La inversión responsable debe centrarse en la biodiversidad

La gestora de activos nórdica Evli cree que, incluso en un entorno en el que los flujos de capital parecen, en el corto plazo, alejarse de los fondos responsables, y la tendencia anti-ASG está creciendo, especialmente en Estados Unidos, la inversión sostenible debe mantenerse. Argumenta que el objetivo principal de la inversión responsable no debe ser sólo la descarbonización de la economía para cumplir los objetivos del Acuerdo de París en cuanto a reducción de emisiones de CO2, sino que debe centrarse, con una visión a largo plazo, en financiar la lucha contra los riesgos sistémicos que afectan al planeta,  como la pérdida de biodiversidad y el daño que las actividades humanas hacen al medio ambiente, no sólo el cambio climático. 

Kim Pessala, CEO de Evli Fund Management, opina que “tener en cuenta el impacto del clima y la naturaleza en la inversión no es sólo una cuestión de valores, sino una forma de mitigar los riesgos sistémicos. Financiar la transición hacia este nuevo objetivo, abre nuevas e interesantes oportunidades para los inversores responsables”. 

Para ello, es necesario saber "cómo hacer lo correcto mientras los hechos que afectan al planeta y los valores de la sostenibilidad cambian continuamente. Por tanto, debemos saber en todo momento qué es lo que afecta al medio ambiente y al clima, y cómo integrarlo en las inversiones”. 

La inversión responsable se ha vuelto mucho más compleja en los últimos dos años, según los expertos de Evli, porque su ámbito de actuación se ha ampliado hacia cuestiones como la pérdida de biodiversidad y la superación de los límites planetarios, desde el inicial objetivo de reducir las emisiones de dióxido de carbono, en la vertiente medioambiental. 

Y todo ello, en un entorno de salidas de flujos de capital en los fondos de inversión responsables, y de mayor protagonismo del movimiento anti-ASG, sobre todo en Estados Unidos tras la llegada de Trump.

La gestora nórdica Evli sigue pensando que la vertiente ASG es clave en la actividad de gestión de activos, pero también índica que, en este escenario de transición, los inversores responsables requieren ampliar su horizonte. Tanto temporal (porque los rendimientos ya no se obtienen en el corto sino en el largo plazo) como en los beneficios que se buscan para el planeta, sobre todo mitigar los riesgos sistémicos que le afectan. 

En esta transición hacia una inversión sostenible más complejos, los expertos de Evli proponen a los inversores responsables dos nuevos enfoques para ser más eficientes y beneficiar mejor al planeta: 

  • Tomar decisiones de inversión con base científica dentro de los límites planetarios. 
  • Considerar conjuntamente la naturaleza y el impacto climático.

Los limites planetarios ofrecen a los inversores una forma de evaluar el impacto ambiental y los riesgos de las empresas de una forma más precisa, apoyada en datos científicos. Según el Stockholm Resilience Center, hay nueve limites planetarios basados en la ciencia, que marcan el nivel máximo de daño de las actividades humanas (consumo, producción, residuos, etc) a la naturaleza: el cambio climático, la integridad de la biosfera, la presencia de entidades químicas artificiales en el entorno, la capa de ozono, los aerosoles atmosféricos (pequeñas partículas de diferentes materiales que flotan en la atmósfera e influyen en la formación de nubes o en la energía solar que refleja nuestro planeta), los ciclos biogeoquímicos del nitrógeno y el fósforo, el cambio del agua dulce y el cambio del sistema terrestre. 

Seis de estos límites -el cambio del agua dulce, el cambio del sistema terrestre, integridad de la biosfera, cambio climático, flujos bioquímicos de nitrógeno y fósforo y la presencia de entidades químicas artificiales- ya se han traspasado. 

Por ello, desde Evli recomiendan a los inversores responsables que escojan aquellas empresas que adoptan objetivos naturales y climáticos apoyados en la ciencia, y que les exijan acciones concretas que ayuden a alcanzar dichos objetivos, y financiar la transición hacia modelos de negocio sostenibles. Esas empresas “pueden ser para los inversores responsables oportunidades de inversión en ámbitos como la energía limpia, la economía circular, los sistemas alimentarios sostenibles, la restauración y los recursos renovables”.

Los investigadores del medio ambiente mundial han identificado dieciséis puntos de inflexión provocados por el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Se trata de umbrales críticos que, cuando se cruzan, provocan enormes cambios en el sistema climático que a menudo son irreversibles:

  • Relacionados con el calentamiento global actual: 
    • Deshielo de las capas de hielo de Groenlandia, Antártida Occidental, Mar de Barents, permafrost en Norteamérica, 
    • colapso del Mar del Labrador en Canadá, 
    • muerte masiva de arrecifes de coral tropicales.
  • Relacionados con un aumento de la temperatura media de 2 grados: 
    • Pérdida de glaciares en los polos, 
    • desaparición del Amazonas, 
    • cambios en el ecosistema del Sahel en África,
    • colapso de la región subglacial en la Antártida Oriental.
  • Relacionados con un aumento de la temperatura media de 4 grados:
    • Colapso del hielo invernal del Ártico, 
    • expansión de los bosques boreales hacia el norte, 
    • colapso de la circulación oceánica en el Atlántico Sur, 
    • colapso del permafrost en el norte de Rusia, 
    • desaparición de los bosques boreales en Asia, 
    • colapso de las barreras de hielo en la Antártida Oriental.

Petra Hakamo, Head of Sustainability & Responsible Investing en Evli Plc, dice que "los sistemas de la naturaleza están interconectados y los cambios no se producen de forma aislada. Esto significa que el impacto de las empresas en la naturaleza y el clima no puede considerarse por separado, por lo que al evaluar los riesgos hay que tener en cuenta las relaciones entre los sistemas".

Un ejemplo de esta interconexión que lleva a la naturaleza a alcanzar puntos de inflexión es la deforestación del Amazonas, que afecta tanto a la pérdida de biodiversidad como a la captura de dióxido de carbono. Si continúa al ritmo actual, el bosque pronto se convertirá en sabana, lo que provocará una menor capacidad de captura de carbono, que acelerará el calentamiento y la pérdida de biodiversidad.

Por todo ello, la gestora nórdica Evli insiste en recomendar a los inversores que comprendan mejor las relaciones entre los distintos sistemas naturales, y con ellos los riesgos y oportunidades de inversión en el ámbito de la inversión responsable. Un ejemplo de éxito en un esfuerzo colectivo por un objetivo medioambiental fue lo ocurrido con la capa de ozono: se eliminaron gradualmente los CFC (clorofluorocarbonos) y se detuvo su destrucción.

Por ello, Petra Hakamo indica que "el ámbito de la inversión responsable se ha ampliado y se ha vuelto más complejo. Los inversores tienen en cuenta cuestiones de geopolítica, cambio climático, pérdida de biodiversidad, derechos humanos y una transición justa». También está cambiando el enfoque, que «antes giraba en torno a la desinversión en empresas cuestionables, y ahora se orienta a financiar la transición hacia otro tipo de actividades humanas que no sean perjudiciales para la naturaleza".

Esta transición generará muchas oportunidades para los inversores responsables porque "necesita muchas materias primas y metales, y solucionar los daños medioambientales que aún persisten en su producción. Las futuras tecnologías y soluciones climáticas que mejoren la resistencia al cambio climático en ámbitos como la atención sanitaria y la producción de agua limpia también pueden ofrecer interesantes oportunidades para los inversores responsables".

Cambio de horizonte temporal en las inversiones ASG

La elección de Donald Trump ha provocado un impulso del movimiento antiASG, así como la segunda retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París. Por su parte, los inversores nórdicos y europeos están experimentando turbulencias en el ámbito de la sostenibilidad, generadas por las tensiones geopolíticas, el aumento de la inseguridad y los mayores problemas climáticos.

Según Petra Hakamo, este escenario está llevando a los inversores en general a centrarse principalmente en garantizar la rentabilidad, lo que les debería llevar a estar menor enfocados en el porcentaje de inversión sostenible en las carteras. Sin embargo, la inversión responsable sigue jugando un papel relevante en la obtención de rentabilidad para las carteras, especialmente si el horizonte de inversión es a largo plazo.

En opinión de Evli, los inversores nórdicos y europeos sí entienden bien los riesgos sistémicos para el planeta, y luchan por mitigarlos en sus carteras, y han asumido la mayor complejidad de la inversión responsable, debido a la aceleración de los riesgos globales que afectan al planeta y requieren más medidas.

La propuesta de Evli en este sentido es "pasar de un horizonte de rentabilidad a corto plazo al largo plazo. Porque si el tema de la responsabilidad se aborda con audacia y decisión entre los inversores, y se gestionan mejor los riesgos, se pueden encontrar oportunidades para lograr mayores rentabilidades con una perspectiva a largo plazo".