El Banco de España invita a un moderado optimismo

Miguel Ángel Valero

El crecimiento del PIB de España, que en 2023 alcanzó el 2,5%, se ralentizará en 2024 hasta el 1,9%, cifra en torno a la cual se mantendrá en 2025, antes de desacelerarse de nuevo en 2026 hasta el 1,7%. Por su parte, la tasa de paro, que en 2023 se situó en el 12,1%, mantendrá una leve senda descendente en los próximos años, si bien aún permanecerá ligeramente por encima del 11% en 2026. Por lo que respecta a los precios, la inflación general disminuirá, pasando del 3,4% en 2023 al 2,7% en 2024, el 1,9% en 2025 y el 1,7% en 2026. También la inflación subyacente se desacelerará gradualmente durante el próximo trienio, desde una tasa promedio del 4,1% en 2023 hasta el 2,2% en 2024, el 1,9% en 2025 y el 1,8% en 2026. 

Las nuevas proyecciones macroeconómicas del Banco de España parten de unos precios de la energía menores menores a los que se incorporaron en el ejercicio de proyecciones de diciembre, si bien éstos "aún permanecerán por encima de sus niveles previos a la pandemia". También son menores los tipos de interés. "El coste de las nuevas operaciones crediticias que se espera ahora para el período 2024-2026 es también menor que el previsto hace tres meses. En todo caso, conviene señalar que los tipos de interés permanecerán en niveles relativamente elevados a lo largo de todo el horizonte de proyección", precisan los expertos del Banco de España. 

Se contempla una recuperación gradual de los mercados de exportación de España, aunque se ha revisado ligeramente a la baja en 2024 con respecto a lo proyectado en diciembre por el menor dinamismo que mostró la actividad en la UE.

Los nuevos supuestos fiscales incorporan la extensión a 2024 —aprobada a finales de diciembre del año pasado— de parte de las medidas de apoyo frente al repunte de la inflación vigentes en 2023. En particular, además de la extensión de algunas medidas ya anticipada en el ejercicio de proyecciones de diciembre —como la de las subvenciones al transporte de viajeros o la de la rebaja del IVA de los alimentos hasta junio—, también se incluye la extensión parcial de las rebajas impositivas a la energía a partir de enero. Y se ha incluido en este ejercicio la prórroga del impuesto a las grandes fortunas. En conjunto, se estima que, con respecto a la previsión de diciembre, estas nuevas medidas elevarían en dos décimas de PIB el déficit público en 2024, mientras que apenas tendrían efecto en los dos años siguientes.  El Banco de España avisa que la aplicación de las nuevas reglas fiscales europeas implicará la necesidad de un tono contractivo a partir de 2025. 

Un año de menos a más

La economía española registró una "aceleración inesperada" de su ritmo de crecimiento durante el último trimestre de 2023, si bien "la evolución del consumo privado y de la formación bruta de capital fijo sorprendió a la baja". El crecimiento intertrimestral del PIB se situó en el 0,6% en el cuarto trimestre, significativamente por encima del esperado por el Banco de España en diciembre (0,3%) y del observado en el trimestre precedente (0,4%), gracias a la contribución positiva al avance del producto de la variación de existencias  (+0,5 puntos) y al elevado dinamismo del consumo público

Pero tanto el consumo privado como la formación bruta de capital fijo se comportaron peor de lo esperado. "De prolongarse la relativa debilidad de estos dos componentes de la demanda, que habitualmente constituyen los principales soportes de crecimiento estable para cualquier economía, podría condicionar la capacidad de la economía española para mantener en los próximos trimestres el elevado grado de dinamismo que presentó a finales de 2023". avisa el Banco de España. 

El dinamismo de la actividad económica española se ha ralentizado ligeramente en el primer trimestre de este año. El consumo privado mantiene un ritmo de crecimiento similar al del cuarto trimestre del año pasado, mientras que la inversión empresarial sigue mostrando una cierta debilidad. Además, tras el fuerte crecimiento que registraron en el último trimestre de 2023, tanto el consumo público como los inventarios pierden vigor. 

"Más allá del primer trimestre, se prevén tasas de avance del PIB relativamente estables que irán convergiendo, a lo largo del horizonte de proyección, hacia aquellas coherentes con la capacidad de crecimiento potencial de la economía española", subraya el Banco de España. El aumento del PIB se verá favorecido durante los próximos trimestres por la disipación gradual del impacto negativo del endurecimiento de la política monetaria sobre la actividad, el crecimiento poblacional previsto, la reactivación paulatina de la economía europea y global y el mayor despliegue de los fondos europeo, entre otros factores. 

En contra, el agotamiento de algunos vientos de cola que han impulsado recientemente el crecimiento —como la existencia de una importante demanda embalsada de determinados bienes y servicios o la intensa corrección de algunas de las perturbaciones de oferta negativas que lastraron la actividad en 2021 y 2022— y la persistencia de considerables tensiones geopolíticas.

El avance del consumo de los hogares —que hasta finales de 2023 no recuperó sus niveles previos a la pandemia— se verá favorecido en los próximos trimestres por el aumento de la población, un incremento de las rentas reales que conllevará la moderación de las tasas de inflación, el dinamismo de la creación de empleo y las subidas salariales que se proyectan. 

Por otra parte, tras la considerable debilidad que experimentó a lo largo de 2023, la formación bruta de capital fijo aumentará a lo largo del horizonte de proyección, apoyada por el efecto dinamizador que se espera que provenga de los proyectos vinculados a los fondos europeos —cuyo despliegue se prevé que gane tracción en 2024 y 2025— y por el desvanecimiento gradual del impacto negativo asociado al endurecimiento acumulado de la política monetaria. 

En todo caso, la inversión seguirá siendo el componente de la demanda que muestre una recuperación más tardía de los niveles prepandemia. 

En cuanto a la demanda exterior neta, tendrá una aportación prácticamente nula al incremento del PIB durante 2024-2026, fundamentalmente por la recuperación de las importaciones —en consonancia con el avance de la demanda final y de la formación bruta de capital fijo, que tiene un elevado contenido importador—, en un contexto en el que las exportaciones de bienes y servicios también mostrarán un comportamiento relativamente dinámico. 

En comparación con las proyecciones de diciembre, el crecimiento del PIB se revisa al alza en 2024 y se mantiene sin cambios en 2025 y 2026. La tasa media de crecimiento del PIB en 2024 se eleva en 0,3 puntos, hasta el 1,9%.