Miguel Ángel Valero
La renuncia de Joe Biden a optar a un segundo mandato como presidente de EEUU no parece haber afectado a los mercados, que siguen apostando claramente por una victoria de Donald Trump. De hecho, los mercados abren la semana como si no hubiera ocurrido prácticamente nada, pese a que es la primera vez en toda la historia de EEUU que un presidente elegido por las urnas renuncia un segundo mandato.
El dólar y el oro, que siempre aparecen en estas situaciones como valores refugio, se mantienen sin cambios. Las Bolsas europeas suben, el bitcoin cae, y las operaciones previas al toque de campana en Wall Street anuncian una jornada de alzas.
Joe Biden anunció su retirada de la carrera a la nominación, sucumbiendo a la presión de su propio partido a abandonar. El próximo paso consistirá en que los delegados demócratas seleccionen un nuevo candidato a la nominación, a tan solo pocas semanas de la Convención Demócrata (se celebra entre el 19 y el 22 de agosto) y en una carrera a contrarreloj para lograr los apoyos necesarios en las elecciones de noviembre.
Hasta el momento, la única apuesta segura es Kamala Harris. Biden ha expresado su respaldo a la vicepresidenta y ella ha aceptado ocupar su lugar. Pero es consciente de que se encuentra en una posición delicada, en un momento en el que se descontaba la victoria de Trump. Por eso, en su mensaje de aceptación insiste en que "haré todo lo que esté a mi alcance para unir al Partido Demócrata —y unir a nuestra nación—, así como para derrotar a Donald Trump y su agenda extrema. Tenemos 107 días hasta la jornada electoral. Juntos lucharemos. Y juntos ganaremos”.
En el lado republicano, Trump proclamó al senador de Ohio J.D. Vance como vicepresidente del partido. Además, anunció algunas de sus propuestas como la reducción del tipo impositivo máximo a las empresas, la imposición de más aranceles, y el mantenimiento de Powell al frente de la Fed hasta el fin de su mandato.
Lombard Odier: ahora la carrera electoral es diferente
La decisión del presidente Joe Biden de retirarse de la carrera por la Casa Blanca sacude las probabilidades para las elecciones de noviembre, señala Michael Strobaek, Global Chief Investment Officer de Lombard Odier. El anuncio de Biden del 21 de julio pone en el punto de mira a la vicepresidenta Kamala Harris, a quien el presidente dio su respaldo como candidata del Partido Demócrata. "Esto configura una carrera electoral muy diferente. El atentado contra Donald Trump y la elección de su compañero de fórmula, JD Vance, sólo sirvieron para consolidar una ventaja que ya llevaba el candidato republicano, y aumentaron el pánico del Partido Demócrata. Queda por ver si los demócratas se unirán ahora en torno a Harris", señala.
"Más allá de la política de personalidades presidenciales, los márgenes más amplios para el equilibrio de poder dentro del Congreso son escasos, y cambiarán en función de sólo un puñado de escaños en la Cámara de Representantes o el Senado", advierte. Los demócratas mantienen la mayoría en el Senado si sólo se pierde 1 escaño con la victoria presidencial o no se pierde ningún escaño con la derrota presidencial. Los republicanos se hacen con el Senado si logran un 1 escaño más con victoria presidencial o si obtienen 2 escaños más con la derrota presidencial. En el Congreso, los demócratas logran la mayoría si ganan al menos 5 escaños(frente a las elecciones de mitad de mandato de 2022),independientemente de los resultados de las elecciones presidenciales. Los republicanos mantendrán la mayoría si pierden menos de 5 escaños.
Tras el anuncio, los futuros de la renta variable estadounidense S&P 500 subieron ligeramente, los rendimientos del Tesoro a corto plazo subieron, mientras que los bonos a cinco años y a más largo plazo cayeron, y el dólar apenas varió frente al euro. La posibilidad de una segunda presidencia de Trump aumentó en las últimas semanas el escrutinio sobre sus ambiciones políticas, incluyendo cualquier indicio de cambios en la independencia de la Reserva Federal. La posibilidad de un segundo mandato de Trump también desencadenó una rotación en la renta variable que benefició a los valores de pequeña capitalización y al sector energético frente a los valores de crecimiento.
"Ahora podríamos ver cómo esto empieza a revertirse. Esperamos que los mercados sean volátiles enlos próximos tres meses, ya que los inversores sopesan las propuestas políticas.Las incertidumbres políticas seguirán apoyando la demanda del dólar como refugio, posiblemente durante todo el proceso del Partido Demócrata para confirmar al sustituto de Biden en la Convención Nacional del 19 al 22 de agosto", apunta.
"Una segunda administración Trump sería más inflacionista. Es posible que la divisa estadounidense se aprecie aún más, ya que el dólar probablemente subiría ante las expectativas de que en 2025 se produzcan recortes fiscales adicionales, aranceles a las importaciones «America-first» y la posibilidad de que una política de inmigración más estricta restrinja el mercado laboral. Estas presiones inflacionistas provocarían un aumento de los rendimientos de los bonos a largo plazo y una inclinación de la curva de rendimientos estadounidense. Esta es una de las razones por las que preferimos los bunds alemanes a los bonos del Tesoro estadounidense, al tiempo que mantenemos la exposición a la renta fija mundial en niveles estratégicos. En renta variable, seguimos prefiriendo los mercados no estadounidenses, donde las valoraciones y los riesgos de concentración del mercado son menores. Mantenemos las acciones estadounidenses en niveles estratégicos", explica el experto de Lombard Odier.
Elecciones en 70 países
EEUU no es la única nación que elige un nuevo líder. Este año, las elecciones en unos 70 países ofrecen a la mitad de la población mundial la posibilidad de elegir un nuevo gobierno. Es mucho lo que está en juego, y la necesidad de un liderazgo cualificado no había sido tan acuciante desde la caída del Muro de Berlín. "Sin embargo, muchos países pueden sentirse defraudados. Las acrimoniosas campañas electorales se extienden ahora por naciones, elecciones y referendos, normalizando cada vez más los argumentos políticos poco sinceros e incluso las afirmaciones deshonestas", avisa.
"Más allá de la fragilidad de Biden, todo el sistema parece debilitarse globalmente. Por su parte, el Reino Unido ha iniciado un nuevo capítulo tras años de caos político y agitación de los mercados. Su economía ha luchado por encontrar la forma y el Gobierno laborista se enfrenta a duros retos. En Francia, Emmanuel Macron ha luchado por mantener viable el centro liberal en medio de una oleada de apoyo público a los partidos de derecha e izquierda. De hecho, los partidarios de la línea dura, con estrictas políticas de inmigración y críticos con el establishment, han ganado terreno en toda Europa, no solo en Francia e Italia. Alemania también es vulnerable. Su coalición resolvió una crisis de meses elaborando un presupuesto, que aún debe ser aprobado por el Parlamento. Esto subraya un aspecto crítico de la actual crisis de liderazgo en Europa, en la que los intereses económicos a corto plazo y la política de riesgo eclipsan los compromisos con la seguridad nacional y energética, y una gobernanza responsable más amplia. Estos cismas parecen débiles si se comparan con las consecuencias de una guerra en las fronteras europeas", reflexiona Strobaek.
"Incluso en los mercados financieros, los múltiples máximos históricos de la renta variable este año parecen desafiar a la razón. Un puñado de valores de gran capitalización impulsó el rendimiento superior del S&P 500 el año pasado, ocultando tendencias más amplias en la economía y el mundo empresarial estadounidenses. Hay indicios de que esta concentración y liderazgo del mercado puede estar disminuyendo, pero refleja una tendencia más amplia en el liderazgo mundial: el énfasis en las ganancias económicas inmediatas y los avances tecnológicos a expensas de la estabilidad y la responsabilidad a largo plazo. ¿Hasta dónde podemos llevar la IA y podemos restablecer un sentido de solidaridad generacional? Las respuestas a estas preguntas son difíciles de encontrar", razona.
"Como inversores, necesitamos principios rectores sólidos. Con demasiada frecuencia, los gestores de activos afirman implícitamente tener una visión especial del caos de los mercados mundiales. La realidad es que nos ganamos el sustento infundiendo serenidad y resistencia a los ahorros de toda la vida que están a nuestro cuidado. Navegar por las turbulencias depende de procesos, estructuras y disciplina", recalca.
"Una sólida asignación estratégica de activos es el marco del que depende la mayor parte de la rentabilidad de la cartera. Proporciona una mano firme para la toma de decisiones tácticas, al tiempo que garantiza que cumplimos nuestros objetivos a largo plazo. Según mi experiencia, los mercados tienden a guiarse por tendencias y temas, como vemos hoy. Debemos esforzarnos por comprenderlos: los mercados alcistas prosperan gracias a las tendencias que los inversores adoptan, mientras que los mercados bajistas se desencadenan por las crisis y las recesiones", insiste.
"En la actualidad, los mercados optan por centrarse en un contexto macroeconómico sano y desprecian en gran medida el riesgo geopolítico. La recuperación del crecimiento, la desinflación y la caída de los tipos de interés, junto con un importante gasto público en infraestructuras e innovación, están amortiguando los riesgos geopolíticos. Un nuevo auge del gasto de capital -en parte impulsado por la competencia estratégica entre EE.UU. y China- ha reforzado, por ahora, la resistencia económica. Sin embargo, las cosas pueden cambiar rápidamente. Un mundo díscolo y falto de liderazgo global parece dispuesto a jugarse lo que hace sólo unos años era un amplio consenso sobre las aspiraciones de la democracia liberal y los mercados que dependen de ella. Los riesgos políticos han llegado para quedarse, con importantes implicaciones para la construcción de carteras. Las perturbaciones políticas pueden afectar a todas las regiones y sectores. También pueden dar lugar a la concentración del mercado, ya que un panorama político cambiante produce ganadores y perdedores a nivel empresarial", remarca.
"En este contexto, un enfoque de gestión activa que identifique los verdaderos riesgos puede mitigar la destrucción de riqueza que conllevan las sanciones, las deslocalizaciones y los aranceles, y añadir valor en las carteras buceando por debajo de las tendencias superficiales. Esto contrasta fuertemente con la tendencia hacia la inversión pasiva. También creo que las carteras pueden hacerse más resistentes incluyendo asignaciones temáticas basadas en tendencias seculares que trasciendan las asignaciones regionales y sectoriales tradicionales. Y a medida que se perfila un nuevo orden mundial, los inversores deben procurar anclar sus asignaciones de cartera en activos y países regidos por el Estado de Derecho. Así que permanezcan alerta. El éxito de las inversiones exigirá mucha persistencia en un verano político caluroso", concluye.
abrdn: la clave está en quién atrae a los votantes indecisos
Aaron Rock, responsable de tipos nominales de abrdn, cree que "las presidenciales siguen pareciendo cosa de Trump. Las encuestas sugieren que hay suficientes votantes que pueden pasar por alto sus polémicas, animados por mensajes que prometen una economía más fuerte y centrada en Estados Unidos. Los acontecimientos devastadores en Pensilvania podrían haber mejorado su posibilidad de elección, ganando la simpatía de los votantes indecisos. Por el contrario, los demócratas aún deben ponerse de acuerdo para elegir a un candidato que no sólo una a su partido, sino que también atraiga a los cada vez más recelosos votantes indecisos, y las acusaciones de un liderazgo lento y fuera de onda no han ayudado".
"Nos parece lógico que el mercado se haya precipitado a reducir las primas mediante el aplanamiento de la curva de tipos. A corto plazo, la perspectiva de que el presidente Trump se enfrente a una competencia creíble aliviará la creciente preocupación de los mercados ante la posibilidad de una victoria aplastante del Partido Republicano. Una carrera electoral más equilibrada debería atenuar los temores a un segundo mandato inflacionista de Trump centrado en aranceles y recortes fiscales importantes. Esto ha eliminado, con razón, parte de la tensión en la curva de tipos estadounidense, especialmente en el tramo largo", explica.
"Parece que la carrera presidencial de este año podría retomar un debate más tradicional, centrado en las políticas más que en la idoneidad para el cargo. No estamos convencidos. Para empezar, es probable que a Trump se le vuelva a dar la vuelta a la tortilla y se enfrente a sus propias acusaciones de ser demasiado viejo para la Presidencia. En cualquier caso, un Trump algo menos seguro de sí mismo podría aumentar la intensidad de su campaña, con titulares polémicos y ataques inevitables a su carácter. A esto hay que añadir la reciente suavización de los datos de inflación y del mercado laboral, que implican recortes de los tipos de interés antes de noviembre. Una cosa parece segura, la volatilidad de los mercados seguirá siendo alta", avisa.
Columbia Threadneedle: escenario de esperar y ver
Steven Bell, economista jefe para EMEA de Columbia Threadneedle Investments, cree que el relevo de Biden por Kamala Harris puede hacer que las encuestas muestren "una mejora a corto plazo para los demócratas", pero asegura que "los mercados financieros, sin embargo, seguirán viendo a Trump como el probable vencedor, con buenas posibilidades de arrasar en la Cámara y el Senado".
"Una presidencia de Trump supondría recortes de impuestos a las empresas, desregulación, así como una reversión de la agenda sobre el cambio climático y aranceles más altos a nivel nacional. También se espera una política exterior más agresiva, especialmente contra China, lo que también podría ser una mala noticia para los mercados emergentes. También es probable que haya menos ayuda para Ucrania y menos apoyo a la OTAN", añade.
"El impacto sobre el dólar no está claro, pero tanto el contexto fundamental como la perspectiva de Trump 2.0 parecen favorecer a las acciones. Pero en realidad es un escenario de 'wait and see'”, recomienda.