Miguel Ángel Valero
Las elecciones presidenciales de EEUU del martes 5 de noviembre coindicen con previsiones de aterrizaje suave de esta economía e inicio de la flexibilización monetaria de la Reserva Federal. El resultado puede tener implicaciones para los mercados financieros. De momento los inversores no han adoptado una visión clara sobre quién ganar.
Arun Sai, estratega multiactivos en Pictet AM, espera "una respuesta moderada de los mercados". La historia sugiere que el impacto en los mercados financieros de las elecciones presidenciales en EEUU puede ser modesto, pues los fundamentales económicos, más que la política, determinan la dirección. En este sentido, la economía estadounidense sigue en camino hacia un aterrizaje suave, independientemente de quién gane la carrera presidencial. De hecho, por los ciclos electorales en EE. UU. desde 1972 no hay evidencia de que los mercados de renta variable se comporten mejor bajo la presidencia de uno u otro partido. Tiende a producirse un moderado rebote postelectoral en la renta variable, aunque difícil de distinguir de la habitual estacionalidad favorable del cuarto trimestre.
Una excepción fue 2016, con la victoria de Trump, cuyas prioridades políticas tuvieron claro impacto favorable hasta mediados de enero de 2017 en los activos de empresas extractoras estadounidenses e incluso el peso mexicano. Además, la Ley de Empleos y de Reducción de Impuestos impulsó al alza los mercados ese año. Pero no es probable que ocurra de nuevo, incluso con victoria de Trump, pues la brecha política entre ambos partidos es menor, sobre todo por el escaso margen fiscal respecto a hace ocho años, independientemente de quien gane.
"Así que esperamos una respuesta moderada de los mercados. Incluso es probable que los de deuda empresarial se vean relativamente aislados, pues el impacto en los beneficios empresariales de los cambios de políticas puede ser limitado sea cual sea el resultado y no afectar excesivamente a la tasa de impagos. En todo caso el mayor impacto puede darse en la deuda soberana de EE. UU., mercados de renta variable fuera de EE. UU. y sectores y estilos en renta variable, especialmente en tres a seis meses posteriores a las elecciones. Pero de momento los inversores no han adoptado una visión clara sobre quién ganará y están ajustando sus carteras según las encuestas", explica este experto.
Trump positivo para renta variable estadounidense, Harris para mercados emergentes
"En conjunto, es probable que una presidencia de Donald Trump sea positiva para la renta variable estadounidense y menos para la deuda soberna de EE. UU. Una presidencia de Trump puede ser positiva para el dólar, a pesar de su objetivo declarado de debilidad para el billete verde para respaldar las exportaciones estadounidenses. Una victoria de Kamala Harris puede ser positiva para los activos de mercados emergentes, pero no para el dólar", argumenta.
El caso es que con Trump presidente y el Congreso dividido el escenario puede ser de “benigno excepcionalísimo estadounidense”, neutral para el crecimiento económico y marginalmente positivo para los mercados. El enfoque "primero EE. UU." sugiere aranceles proteccionistas, especialmente contra China. Pero sin mayoría en el Congreso, resultará difícil instituir grandes programas fiscales.
"Con todo es poco probable que la combinación de políticas comerciales y antiinmigración sea estimulante para la economía, pero si inflacionaria -y ligeramente negativa para los bonos-. En este escenario pueden convenir posiciones en renta variable estadounidense, especialmente acciones de pequeña capitalización, que se pueden beneficiar de manera especial de una reducción de impuestos y agenda política que favorezca a las empresas nacionales. El estilo de inversión en acciones de crecimiento puede comportase mejor que el de valor. Pero la mayoría de los activos de mercados emergentes se verían negativamente afectados, aunque con casos de crecimiento interno como la India, aislado de las medidas anti-China", subraya el estratega de Pictet.
"Con Trump presidente y el Congreso controlado por los Republicanos el programa puede ser más radical. La deuda Federal puede aumentar con fuerza -hasta el doble que con Harris presidenta, según el Comité para un Presupuesto Federal Responsable-. Los aranceles pueden pasar a ser de 10% de manera universal. Trump es partidario de la producción de petróleo y gas, pero anti-energías renovables. Es poco probable que su apoyo al mayor suministro interno de energía haga que los precios del petróleo caigan mucho, dado que la demanda se mantendría fuerte más tiempo. Pero este escenario puede impulsar la inflación al alza, con ampliación de los diferenciales de rentabilidad a vencimiento de la deuda empresarial respecto a la deuda del Estado y empinamiento de la curva de rentabilidades a vencimiento. Este resultado favorece a la renta variable estadounidense, con los bancos ganadores, beneficiarios de las mayores rentabilidades a vencimiento de la deuda y de una posible desregulación. También sería positivo para el dólar, aunque negativo para los mercados de renta variable y renta fija no estadounidenses, sobre todo para la deuda de mercados emergentes", añade.
Una victoria de Kamala Harris sería positiva para los activos de mercados emergentes, pero no tanto para la moneda estadounidense. Con Harris presidente y el Congreso dividido el escenario puede ser de “casi statu quo”, más cercano a la combinación actual de políticas y de prioridades, neutral para el crecimiento económico y la inflación. Es probable que generase mayor déficit presupuestario, pero los déficits no serían tan elevados como con Trump. Las industrias expuestas a política industrial, desde semiconductores hasta energías renovables se verían aliviadas, pues Harris no sería tan proteccionista como Trump y está a favor de una economía baja en carbono.
"En este escenario pueden convenir tomar posiciones en acciones japonesas y mercados emergentes, energías renovables, automóviles e infraestructuras, pero a la baja en el dólar", recomienda Arun Sai.
Con Harris, presidenta y los demócratas controlando el Congreso el escenario puede incluir una fase de reducción de riesgo. Aunque el aumento de impuestos a las empresas y una mayor regulación se percibirían inicialmente como negativo para los mercados, los fundamentales económicos se impondrían. El resultado neto puede ser de déficits ligeramente mayores, sin impacto significativo en la inflación y, por tanto, neutrales a moderadamente favorables para la renta fija, aunque negativos para la renta variable estadounidense y otros mercados de riesgo. "En este escenario pueden interesar las posiciones en acciones de Suiza, que cuenta con abundantes empresas defensivas y de China, dado que el riesgo anticomercial sería menor", precisa.
Capital Group: ni EEUU ni Europa, inversión global
Capital Group se fija en lo que aporta a las carteras de los inversores mirar hacia el mundo a la hora de incluir compañías y en la importancia de invertir globalmente. Uno de sus gestores de renta variable más veteranos, Rob Lovelace, explica que los inversores no deberían obsesionarse demasiado con la dirección de un único mercado, ya que pueden perder de vista otras muchas oportunidades.
Esto es especialmente cierto si nos fijamos en los 50 principales valores del índice MSCI ACWI. En todos los años transcurridos desde el cambio de milenio, ni una sola vez el número de valores estadounidenses logró superar al de valores no estadounidenses. "Los mercados van y vienen», afirma Lovelace. "Invertir globalmente, sin embargo, te da el conjunto de oportunidades más amplio posible para tener éxito", argumenta.
"Hemos asistido a un periodo de hiperconcentración en el que los inversores estaban muy centrados en temas, ya fuera la inteligencia artificial o los medicamentos para adelgazar. La pasada corrección nos dice que, de cara al futuro, será crucial centrarse en los fundamentales de las empresas. Un enfoque equilibrado y diversificado será esencial", advierte este experto.
Payden &Rygel: aterrizaje suave
Tim Crawmer, estratega de crédito global de Payden & Rygel, asegura que "un aterrizaje suave sigue siendo el escenario más probable en un horizonte de un año y, para el resto de 2024, seguimos esperando un crecimiento sostenido del PIB estadounidense, con un desempleo ligeramente por encima del 4% y una inflación moderada".
"De cara al futuro, vemos un crecimiento del PIB en línea con la tendencia (~2%), con una inflación subyacente cayendo a un ritmo más rápido hacia el objetivo del 2% de la Fed. El mercado laboral, tras un probable debilitamiento adicional, debería estabilizarse en el transcurso de 2025, ya que los escasos despidos deberían contribuir a contener la tasa de desempleo", explica.
Ebury: El dólar sigue subiendo gracias al repunte de la inflación en EEUU
La ligera sorpresa al alza de las cifras de inflación de septiembre en EE.UU. se sumó a la presión alcista sobre los rendimientos a largo plazo, que está favoreciendo el repunte del dólar. El panorama de la economía estadounidense, que crece con fuerza con su mercado laboral aún en pleno empleo y unos niveles de inflación por ahora modestos pero con tendencia al alza, hace difícil que otras divisas del G10 repunten frente al dólar, señala el Análisis Semanal del Mercado de Divisas de Ebury.
Sin embargo, el rally fue más moderado, ya que la mayoría de las divisas terminaron la semana dentro del 1% de donde la iniciaron, lo que indica que los buenos resultados económicos de EE.UU. ya están totalmente asumidos y que será difícil que el dólar suba mucho más a corto plazo.