21 Jun
21Jun

Miguel Ángel Valero

La petición del juez de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, de juzgar al BBVA y su expresidente, Francisco González (más conocido como FG) por la contratación, durante más de diez años, de los servicios del entramado empresarial del polémico comisario, ya jubilado, José Manuel Villarejo, complica todavía más la OPA hostil contra el Banco Sabadell.

El presidente de la CNMV, Rodrigo Buenaventura, espera que el BBVA informe a sus accionistas e inversores en el folleto continuado. Y aprovecha su intervención en el curso de la Apie en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander para reclamar toda la información sobre los cálculos de las sinergias y de los costes en caso de que la fusión no salga adelante porque sea vetada por el Gobierno.

Hasta ahora, el BBVA habla de 850 millones€ en sinergias y de 1.450 millones en costes (fundamentalmente el ajuste de plantilla y las indemnizaciones por la ruptura de las alianzas del Sabadell, como Zurich Seguros).

Esta exigencia de toda la información disponible sobre el impacto de las decisiones judiciales y sobre una hipotética no fusión por parte de la CNMV cuenta con el apoyo del Banco de España. La gobernadora en funciones, Margarita Delgado, lo deja muy claro en el mismo foro. Y precisa que el examen conjunto de la operación por parte del Banco Central Europeo y del Banco de España se centra en la solvencia, viabilidad del nuevo grupo, y en su efecto sobre la estabilidad financiera.

También matiza que el Banco de España no adoptará medidas hasta que no haya una sentencia en firme sobre el escándalo FG-Villarejo.

Condiciones menos favorables para la actividad

En una demostración de que el Banco de España "funciona con normalidad absoluta" aunque no haya gobernador, Margarita Delgado avisa en el curso de la Apie que los precios del petróleo y los tipos a corto serán más elevados, lo que supone "condiciones menos favorables para el dinamismo de la actividad". También pronostica que el consumo per capital no volverá al nivel prepandemia hasta 2025, que la inversión registrará en 2026 el crecimiento más bajo desde 2019 (también antes del Covid), y que la sobresaliente aportación de la demanda exterior en 2023 y 2024 no se repetirá en los dos ejercicios siguientes.

Esta situación macro tiene repercusiones, como la moderación en la amortización anticipada de hipotecas, que se disparó en 2023. El tipo fijo vuelve a superar más de la mitad del nuevo crédito, aunque sea el 32% del saldo vivo. El tipo variable pierde 7 puntos de peso desde 2015, para quedarse en el 52% del saldo vivo, y el 21% del nuevo crédito.

La gobernadora en funciones del Banco de España no ve deterioro de la morosidad, que crece tres décimas, hasta el 2.9% en hogares, pero destaca que los créditos en vigilancia especial suben 4 décimas en vivienda (5,6%) y 9 en  consumo (8%). En empresas la morosidad es el 4,6%, y en vigilancia especial, el 9,9%, con un peor comportamiento en el sector manufacturero y en comercio.

La estabilización o descenso de los tipos reducirá la presión financiera y mejorará la sostenibilidad de la deuda.

A los bancos les avisa que la mejora del margen de intereses (+22,4% en 2023) tiende a agotarse, y que tienen que estar preparados para un escenario complejo por la geopolítica (Ucrania, invasión de Gaza por Israel, la guerra comercial EEUU-China), la situación del sector inmobiliario chino, un posible cambio brusco de las expectativas de los mercados sobre la bajada de tipos, la reactivación de las reglas fiscales en la UE, el ritmo de ejecución de los fondos europeos y su impacto sobre la actividad y sobre la inversión privada, la desinflación, el mercado de trabajo, la productividad, los salarios, los costes laborales, los márgenes empresariales, y los servicios, fundamentalmente el turismo.

El Banco de España vigilará la calidad del crédito si no bajan los tipos, la demanda de éste, y los márgenes de la banca.

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