Giulia Borsa, Regional Team Leader y Senior ESG Executive de EcoVadis, firma especializada en la integración de prácticas sostenibles en las decisiones empresariales, aplaude la aprobación de la Directiva sobre diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad (conocida por sus siglas en inglés CSDDD), porque "no estuvo garantizada hasta el mismo día de la votación, ya que han pasado varias semanas de incertidumbre donde países clave como Italia, Francia y Alemania habían mostrado ciertas reticencias". Finalmente, han votado a favor y el resultado ha sido un éxito para potenciar la sostenibilidad empresarial.
Tras esta decisión del Consejo Europeo, la CSDDD debe pasar por el Parlamento Europeo para su aprobación final en una votación prevista para finales de abril.
Durante las últimas semanas se han realizado varias concesiones a la ley para suavizarla: su alcance se ha reducido un 30%, y solo aplica a aproximadamente el 0,05% de las empresas que operan en la UE. "Aun así, su compromiso por la sostenibilidad permanece intacto y ayudará a mejorar la protección de los derechos humanos y el cuidado del medio ambiente en las cadenas de suministro", destaca esta experta.
De esta forma, la CSDDD obligará a las empresas de mayor tamaño a informar sobre su gestión de la diligencia debida, obligándolas a tomar medidas para cumplir los derechos humanos y reducir el impacto medioambiental negativo de sus cadenas de valor. En el caso de las empresas que ya están cubiertas por la normativa CSRD, no están obligadas a cumplir la CSDDD.
"Esta aprobación es un gran paso hacia la sostenibilidad social y medioambiental, ya que obliga a las empresas a publicar un plan de transición para reducir las emisiones de Alcance 3, las producidas a lo largo de la cadena de suministro por los socios y proveedores de una empresa. Estas emisiones pueden suponer hasta un 90% de la polución generada", explica la directiva de EcoVadis.
Actualmente solo el 3% de las empresas españolas compromete a sus proveedores en la reducción de emisiones de carbono, según el Carbon Action Report 2023 de EcoVadis. Esto sitúa a España por debajo de Francia o Alemania, países que ya disponen de una normativa propia de diligencia debida. Además, España aún tiene pendiente aprobar su iniciativa legislativa de protección de los derechos humanos, la sostenibilidad y la debida diligencia en las actividades empresariales transnacionales, la cual está pausada desde 2022.
"La aprobación de la CSDDD tendrá un impacto directo en estos resultados, pero es fundamental que las empresas se adelanten a la trasposición de las leyes europeas en normativas locales y muestren su compromiso real con el medio ambiente y la sociedad. Por tanto, este 2024 cada vez veremos a más empresas avanzando en su actividad sostenible no solo por el mero cumplimiento de las regulaciones, sino con el objetivo de demostrar un compromiso real para minimizar riesgos, construir resiliencia y mejorar las relaciones con sus proveedores", remarca Giulia Borsa.
"Muchas veces se percibe el cuidado del medio ambiente como una mera obligación o como un problema, pero en realidad la sostenibilidad actúa como un valor económico y competitivo. De hecho, las marcas que se adelanten a las inminentes legislaciones europeas y registren buenos resultados a nivel de sostenibilidad estarán mejor posicionadas en el sector en comparación con aquellas que todavía no cumplan con los requisitos mínimos. El compromiso de las empresas por la descarbonización comienza por analizar sus emisiones. A partir de ahí, es posible identificar objetivos específicos y estrategias de mejora para conseguir resultados reales", recalca.
Ofi Invest: la inversión sostenible beneficiará a renovables, IA y sector inmobiliario
Por su parte, la quinta mayor gestora francesa, Ofi Invest, opina que los cambios por el clima y la demografía están siendo más rápidos de lo esperado, y favorecerán a la inversión sostenible. En la Conferencia Invest & Act for the Future, más de 300 expertos debatieron sobre la aceleración de los cambios y su relación con la preservación de la biodiversidad, la globalización, los avances científicos, o economía real. La conclusión es que las transiciones en el medio ambiente y la demografía, las más afectadas por cambios muy rápidos y disruptivos, pueden ser fuente de numerosas oportunidades para la inversión con un enfoque sostenible.
Además, hay razones para la esperanza en el cumplimiento de los objetivos: el pico de producción del petróleo se alcanzará en 2030, y en 2023 ya se ha alcanzado el récord de producción de energías renovables, 440 GWH.
La rapidez en la transición medioambiental y climática puede provocar cambios en una serie de ámbitos, que deberán ser tenidos en cuenta por los inversores comprometidos con la sostenibilidad:
El impacto de los cambios demográficos
El otro gran factor de aceleración de la sostenibilidad es la demografía. El aumento de la población y el descenso de la natalidad plantean retos a nivel global: se espera que en 30 años la población crezca en 2.000 millones de personas, y en 2100, la población mundial alcance l11.000 millones de personas. En el caso de Europa, los cambios demográficos se concretarán en la menor natalidad, y el mayor envejecimiento de la población.
Los expertos convocados por Ofi Invest avisan de una disrupción en las finanzas públicas, generada por dos factores:
También hablan de nuevas oportunidades de negocio en el sector inmobiliario debido a:
Y vaticinan un impulso a determinadas temáticas de inversión que aprovechan los cambios demográficos:
En la ponencia sobre demografía dentro de la conferencia organizada por Ofi Invest se hizo hincapié en el caso de Japón, como ejemplo de un mercado que, utilizando la inteligencia artificial (IA), ha sabido desarrollar herramientas para satisfacer las necesidades de una población con altas tasas de envejecimiento: el 30% tiene más de 60 años, y el 10% más de 80 años. En Japón existen compañías que son lideres mundiales en robótica de servicios personas y tareas domésticas cotidianas, tales como robots camareros o exoesqueletos.