Miguel Ángel Valero
"A los inversores internacionales les preocupa la falta de visibilidad en los requerimientos regulatorios. El mercado, para invertir en un banco, exige más previsibilidad en la regulación para poder calcular la rentabilidad futura de sus operaciones. Hacer permanente un gravamen temporal no ayuda a esa previsibilidad regulatoria. Y hace que muchos bancos coticen por debajo del valor en libros pese a tener una rentabilidad en máximos históricos. Porque el mercado no termina de reconocer la rentabilidad de la banca".
El argumento de la presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB), Alejandra Kindelán, contra el gravamen extraordinario, en la comparecencia posterior a la asamblea general es contundente, demoledor, dialécticamente hábil y de una lógica aplastante. Pero es que, además, convertiría a España en el "único país europeo con un impuesto permanente a la banca, que estaría en clara desventaja competitiva" (el italiano solo ha durado un año).
“Tenemos riesgos geopolíticos, un entorno macroeconómico con un crecimiento moderado, expectativas de bajada de tipos y una necesidad de financiación billonaria en Europa. Nuestra opinión es que no tiene sentido hacer un impuesto de este tipo permanente”, insiste Alejandra Kindelán.
La presidenta de la AEB resalta, en un contexto de crecimiento económico global moderado (aunque España ha sido el país que más eleva su PIB en la Eurozona), la banca española se sitúa entre las más rentables (12,6%, dos puntos por encima) y eficientes (45%) de la Unión Europea, gracias a "un modelo de banca minorista, diversificado geográficamente y basado en la captación de depósitos y la concesión de créditos”.
El resultado, 23.000 millones€ (+20,3%), se apoya en 1,72 billones en créditos (+0,9%) y 1,79 billones en depósitos (+3,3%), en destinar 325.000 millones solo en España a financiar a las familias y 251.000 millones a las empresas, 108.000 millones a financiación sostenible, una morosidad del 3,5%, y una ratio de capital de máxima calidad del 12,5%. Y pese a destinar el 32% del beneficio bruto al Impuesto de Sociedades y al gravamen extraordinario.
"De cada 100€ de activo, de exposición total al riesgo, la banca española obtiene un rendimiento de 0,77", recalca Alejandra Kindelán, que reconoce, no obstante, que hay otras actividades más rentables: el Ibex 35 sin bancos ofrece el 14%, frente al 9,77% de la banca cotizada en el índice.
Sobre la vivienda, la presidenta de la AEB remarca que “no hay ningún problema ni restricción de acceso a la financiación”, y aplaude que haya ayudas a los jóvenes para faciolitar su acceso a ella.
Declina entrar en el debate de renovar dos años al gobernador del Banco de España (para equipararlo a sus colegas, que suelen tener mandatos de 8 años), porque "no es el momento adecuado" para plantear iniciativas de ese calado. Y asegura que todos los nombres que han aparecido como candidatos a relevar a Pablo Hernández de Cos "son personas con capacidad y con experiencia de gestión".
Alejandra Kindelán presume de buenas relaciones con el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, que era secretario general del Tesoro, pero deja muy claro que discrepan sobre el gravamen extraordinario a la banca y sobre la Autoridad de Defensa del Cliente Financiero, "que debería aplicarse solamente a personas físicas, como plantea la Directiva, y a cantidades más pequeñas de reclamación para que sus decisiones sean vinculantes, el 95% de las reclamaciones son inferiores a 2.000€".
Sobre la negociación del convenio colectivo de banca (ya se han pactado con los sindicatos los de cajas y cooperativas de crédito), la presidenta de la AEB tiene "todas las esperanzas para que se llegue a un acuerdo", aunque las posturas son muy distantes (la patronal ofrece el 10% de incremento en 4 años, y los sindicatos, entre el 12% y el 13% en tres).
La AEB reclama también el relanzamiento de la Unión Bancaria y la Unión de Mercado de Capitales, "una regulación más predecible y eficiente, que debe ser compatible con la necesidad de crecer y de competir, y un marco de sostenibilidad más pragmático". Hasta entonces, cuando haya una armonización normativa y de protección al consumidor, un Fondo de Garantía de Depósitos único, no se producirán fusiones transfronterizas de bancos en Europa.