La Comisión Europea demanda a España por incumplir la Directiva sobre aguas

Miguel Ángel Valero

El Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE) del 1 de julio publica el Recurso interpuesto el 3 de mayo de 2024 por la Comisión Europea contra el Reino de España. Bruselas pide al Tribunal de la UE (TUE) que declare que el Reino de España ha incumplido las obligaciones que le incumben en virtud de la Directiva 2000/60/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 23 de octubre de 2000, por la que se establece un marco comunitario de actuación en el ámbito de la política de aguas, en lo que respecta a los planes hidrológicos de cuenca de las demarcaciones hidrográficas ES122 Fuerteventura, ES123 Lanzarote y ES125 La Palma.

También, que declare que el Reino de España ha incumplido las obligaciones que le incumben en virtud de la Directiva 2007/60/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 23 de octubre de 2007, relativa a la evaluación y gestión de los riesgos de inundación en lo que respecta a las demarcaciones hidrográficas ES122 Fuerteventura, ES123 Lanzarote y ES125 La Palma.

Y que se condene en costas al Reino de España.

En primer lugar, la Comisión alega que, en la medida que España no ha revisado ni actualizado los planes hidrológicos de cuenca de las demarcaciones hidrográficas ES122 Fuerteventura, ES123 Lanzarote y ES125 La Palma, a pesar de que el plazo para hacerlo finalizó el 22 de diciembre de 2021, y por lo tanto tampoco ha enviado estos planes revisados a la Comisión antes del 22 de marzo de 2022, el Reino de España ha incumplido las obligaciones establecidas en  la Directiva 2000/60/CE.
En segundo lugar, la Comisión alega que, en la medida que España no ha revisado ni actualizado, si resultara necesario, los planes de gestión del riesgo de inundación de las demarcaciones hidrográficas de ES122 Fuerteventura, ES123 Lanzarote y ES125 La Palma, a pesar de que el plazo para hacerlo finalizó el 22 de diciembre de 2021, y por lo tanto tampoco ha enviado a la Comisión estos planes antes del 22 de marzo de 2022, el Reino de España ha incumplido las obligaciones establecidas en los artículos 14, apartado 3, y 15, apartado 1, de la Directiva 2007/60/CE.

El Foro del Agua apela a la concienciación ciudadana, pero pide mejorar las infraestructuras

Por otra parte, y ante la llegada de la nueva temporada alta turística, que el Ministerio de Industria y Turismo estima que igualará o superará la de 2023, el Foro de la Economía del Agua quiere recordar

la importancia de la concienciación ciudadana y de la mejora de las infra-estructuras hídricas para fomentar el ahorro de agua, especialmente teniendo en cuenta que en los meses de julio y agosto, los más secos del año, la población se multiplica en muchos núcleos urbanos, gran parte de los cuales se ubican en lugares de España con escasas precipitaciones.

Por ello, el Foro de la Economía del Agua ha reiterado la necesidad de mantener al agua en el centro de la agenda política, tras un invierno y una primavera en los que se han mantenido algunas alertas por escasez de agua en zonas de España con alta afluencia de turistas, como Cataluña. Los últimos datos del MITECO respecto a las reservas hídricas (25 de junio de 2024) señalan que las reservas se mantienen bajas en las cuencas internas de Cataluña (37,2%), del Segura (22,8%), las cuencas mediterráneas andaluzas (30,7%) y Guadalete-Barbate (27,6%).

Este hecho podría dar lugar a la activación de medidas de restricción de agua a lo largo de la temporada turística, teniendo en cuenta que, según datos de la Organización Mundial del Turismo, un turista puede consumir más de 400 litros de agua al día.

Teniendo en cuenta que el turismo es uno de los grandes motores de la economía española (supuso en 2022 el 11,6% del PIB nacional), es fundamental desarrollar modelos de gestión hídrica sostenibles, que permitan adaptar las áreas turísticas a las oscilaciones de consumo de agua, evitando el agotamiento del recurso y la degradación del entorno. La gestión sostenible del agua abarca la planificación y gestión de la demanda de agua, la protección de la calidad del recurso, la gestión de la escasez y la adaptación al cambio climático.

“España es un país donde el turismo tiene una gran importancia como fuente de riqueza y empleo. Para que sea sostenible a largo plazo, es fundamental adaptarlo al nuevo escenario de cambio climático, a través de la concienciación ciudadana y el impulso de buenas prácticas en el sector. Junto a esto, es imprescindible seguir trabajando en aumentar la resiliencia de las infraestructuras hídricas”, afirma Estanislao Arana, director académico del Foro de la Economía del Agua.

El Foro de la Economía del Agua sostiene que para adaptar al recurso a la presión del turismo en un entorno de cambio climático, es necesario un incremento de la inversión en infraestructuras hídricas, un impulso a la digitalización de la gestión del ciclo urbano del agua y la generalización de soluciones tecnológicas que permitan aumentar la disponibilidad de agua y garantizar su calidad, a través de la reutilización y la desalación.

“También es básica la concienciación ciudadana, tanto de la población local como de los turistas”, añade Arana. Y una parte importante de esta concienciación reside en la adaptación de las tarifas al precio real del agua. “El consumidor final tiene que ser consciente de lo que cuesta y todo lo que conlleva tener garantizado el suministro de agua y pagar por el agua lo que realmente vale”, explica.

El consumo de agua representa aproximadamente el 10% de los gastos fijos de un hotel. De este modo, por motivos tanto económicos como medioambientales, el sector turístico está realizando esfuerzos por minimizar el consumo de agua. Entre las buenas prácticas en sostenibilidad recomendadas por el MITECO para el sector turístico se incluyen realizar un registro de consumo hídrico mensual o trimestral; implantar sistemas de bajo consumo en los aseos; instalar contadores individualizados por estancia; reaprovechar el agua procedente de los sistemas de climatización para riego de jardines; planificar las horas de riego para reducir la evaporación de agua; instalar sensores de humedad y de lluvia, y cambiar las toallas y las sábanas según las demandas del huésped.