Miguel Ángel Valero
Flexibilización de la política monetaria para impulsar el crecimiento económico y el empleo. Es la receta de los bancos centrales que, ante el proceso desinflacionista ya en marcha, han comenzado a recortar los tipos de interés. Tras haber retrasado durante unos meses el inicio de la flexibilización de su política monetaria, la Reserva Federal anunció en septiembre un primer recorte de tipos de 50 puntos básicos. En palabras de Jerome Powell, presidente de la entidad, esta medida señala la nueva orientación de una política que comenzará a alejarse de los actuales niveles restrictivos y pone de manifiesto el compromiso de no quedarse atrás.
"La Reserva Federal mantiene su enfoque de dependencia de los datos y está comenzando a trasladar su atención hacia el ámbito del empleo, por lo que pensamos que las condiciones del mercado laboral podrían marcar la senda de sus futuras decisiones políticas", subraya un análisis de Capital Group.
En una línea similar, el Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo también recortaron los tipos de interés en 25 puntos básicos en el tercer trimestre de 2024, haciendo especial hincapié en la dependencia de los datos y sin comprometerse de antemano a una trayectoria de tipos en particular.
Es probable que la divergencia de las políticas monetarias mantenga el protagonismo en los próximos meses. El Banco de Japón continúa siendo la excepción en los mercados desarrollados, ya que se ha embarcado en un ciclo de subidas de tipos para poner fin a una era de tipos de interés negativos.
"Mantenemos un enfoque de relativa prudencia en lo que respecta a los tipos japoneses ante la posibilidad de que la entidad realice nuevos ajustes en su política, en respuesta a posibles presiones sobre la divisa", precisan los expertos de Capital Group.
En Europa, la trayectoria de flexibilización de la política monetaria podría depender de la importancia que otorguen sus responsables políticos a los riesgos a la baja para el crecimiento, frente al ritmo y la progresión de las presiones salariales y la inflación de los servicios.
"Seguimos favoreciendo las posiciones orientadas al aumento de la pendiente de la curva, con preferencia por Estados Unidos y, en menor medida, Europa. Aunque no parece que exista un riesgo de recesión inminente, el mercado reconoce que el riesgo está ahí, a pesar de no considerarlo el escenario más probable. El posicionamiento a favor de un aumento de la pendiente de la curva continúa generando valor en una amplia gama de posibles resultados y escenarios económicos. Por otra parte, se espera que la Reserva Federal sea el banco central más agresivo en esta nueva fase de recortes de tipos de interés, tras haberlo sido también en el ciclo de subidas",l subrayan.
Ebury: los datos económicos son críticos
Ebury, la fintech global especializada en pagos internacionales e intercambio de divisas, subraya que el euro se vio favorecido la semana pasada por las declaraciones de los funcionarios del BCE, que parecen rechazar las expectativas de un recorte de 50 puntos básicos este mes. “Los datos de inflación de noviembre en la zona euro confirmaron que las presiones sobre los precios se mantienen estables. Están algo por encima de los objetivos del BCE, pero aún no han mostrado signos preocupantes de reaceleración, a pesar del sólido crecimiento de los salarios”, explican los analistas de Ebury, quienes constatan el “notable pesimismo que se ha asentado sobre la economía europea”, tal y como reflejan los débiles datos de confianza del consumidores y empresas.
Para Ebury, se habría abierto además otro frente para el BCE derivado de las negociaciones presupuestarias francesas, habida cuenta de que las primas de riesgo en ese país se disparan por los temores de un colapso del Gobierno. “Todos estos factores han llevado a los mercados a casi descontar la posibilidad de un recorte de 50 puntos básicos a finales de este mes, lo que está proporcionando cierto apoyo a la moneda común en torno a los niveles actuales”, explican los analistas de la fintech.
Los planes de Donald Trump sufrieron un revés significativo la semana pasada. Los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE.UU. retrocedieron, posiblemente por el alivio de los datos de inflación, que respondieron a lo que se esperaba. El dólar cedió parte de sus ganancias de noviembre, terminando la semana con una fuerte caída frente a todas las monedas del G10 excepto el dólar canadiense. El euro se vio favorecido por las declaraciones de los funcionarios del BCE, que parecen rechazar las expectativas de un recorte de 50 puntos básicos este mes. Sin embargo, el claro ganador de la semana fue el yen japonés, que subió bruscamente debido a una inflación más fuerte de lo esperado y a la revalorización general de las subidas del Banco de Japón en 2025. En el lado negativo, el real brasileño fue el de peor desempeño, ya que el presupuesto del Gobierno de Lula decepcionó a los inversores.
A medida que nos acercamos al final del año, la atención del mercado debería volver a centrarse en la formación del gabinete de Trump (las designaciones más importantes ya se han anunciado) y volver a centrarse en el resultado de las próximas reuniones de los bancos centrales. La incertidumbre sobre las próximas decisiones relativas a los tipos de interés significa que los datos económicos restantes son críticos. Destaca el informe de nóminas de noviembre que se publicará el viernes en EE.UU., pero las ventas minoristas de octubre de la zona euro proporcionan una de las pocas referencias de datos para el BCE antes de su trascendental decisión del 12 de diciembre.
Flow Community: un dólar más fuerte perjudica al oro
Tito Iakopa, director comercial de FlowCommunity, señala que los precios del oro registraron un descenso el lunes, impulsados principalmente por el fortalecimiento del dólar estadounidense. Este movimiento cobró fuerza tras la contundente advertencia de Donald Trump a las economías BRICS. Trump amenazó con imponer aranceles del 100% a cualquier intento de crear o respaldar una moneda alternativa al dólar, reiterando amenazas similares dirigidas la semana pasada a Canadá y México. Estas declaraciones han afectado la confianza del mercado, junto con las expectativas de que los planes arancelarios y las políticas expansivas propuestas por Trump puedan generar un repunte inflacionario, lo que podría influir en las futuras decisiones de la Reserva Federal sobre las tasas de interés.
Ahora, la atención de los inversores se centra en los próximos datos económicos de Estados Unidos, que podrían ofrecer pistas sobre las perspectivas de la política monetaria de la Reserva Federal. Entre los indicadores clave que se publicarán figuran las ofertas de empleo, el crecimiento de los salarios del sector privado, la actividad en los sectores de servicios y manufactura, así como la tasa de desempleo. Además, los mercados están atentos a los discursos programados de varios miembros de la Reserva Federal, incluido su presidente, Jerome Powell, que podrían aportar mayor claridad sobre la postura del banco central.
El papel del oro como activo refugio se ha debilitado ligeramente tras el alto el fuego negociado por Estados Unidos entre Israel y Hezbolá. No obstante, las tensiones geopolíticas en curso, particularmente en el conflicto entre Rusia y Ucrania, siguen respaldando la demanda de oro, limitando así el riesgo de caídas pronunciadas a corto plazo.