La banca española acumula ya dos sesiones de caídas importantes y el pánico se está apoderando de muchos inversores. "A primera vista, no parece ocurrir nada para que vivamos estas bajadas tan acuciadas, pero si entramos en detalle si que vemos peligro para las entidades financieras españolas", advierte un análisis de XTB.
Antes de las caídas de agosto el mercado pensaba que las bajadas de tipos de interés se realizarían de forma paulatina, con un ritmo pausado. Esto podría haber beneficiado a la banca, ya que una reducción de los tipos puede aumentar la demanda de crédito. Esto se debe a que muchas personas eluden la financiación bancaria debido a sus altos costes después de las subidas de tipos de interés vividas en los últimos años, y que con las nuevas bajadas se animan a acudir de nuevo a ella.
Además, este aumento de la demanda podría paliar la caída del margen de clientes, que es la diferencia entre el coste al que capta financiación el banco y el tipo al que la otorga. De hecho, esta era la clave para que las entidades pudieran continuar con su buena racha.
Después de las caídas del 5 de agosto, las expectativas del mercado son que las bajadas de tipos se acelerarán. Los inversores parecen más convencidos de ello. Éste no sería un caso aislado, sino que tradicionalmente los bancos centrales tienden a bajar tipos más rápido de lo que lo hicieron con las subidas. "Aquí es donde encontramos el problema para la banca, ya que las bajadas aceleradas de tipos provocarán que ni siquiera el posible aumento de la demanda de crédito compense el margen de clientes, provocando daños en sus cuentas de resultados", argumentan los analistas de XTB.
Por otro lado, algunos inversores siguen pensando que la banca está barata, debido a que se fijan en su múltiplo PER (precio/beneficio), pero en un sector cíclico como lo es el bancario este múltiplo debería valorarse al revés que para el resto. Es decir, mientras más bajo, más caro está.