Miguel Ángel Valero
El informe de Perspectivas macroeconómicas y estrategia de inversión de Beka Finance parte de que hay "demasiado consenso de optimismo" entre los analistas cuando la Bolsa está cara y las valoraciones son excesivas. "Con la idea de tonto el último, se pueden obtener beneficios invirtiendo en activos sobre valorados siempre que se encuentre uno más avaricioso", avisa David Azcona, director de Inversiones, que recuerda las lecciones de crisis como la de 1919 o la de 2000.
Desde este planteamiento, destaca que los PMI (los índices de los gestores de compra) manufactureros anticipan descensos en el 60% de los países, y que los de servicios ofrecen el peor dato en 10 años.
China, donde el peso inmobiliario es casi tres veces el de EEUU (62% frente a 23%), se enfrenta al "año de la verdad, en el que el consumidor es el que tendrá que sacar del agujero a la economía", cuando la confianza está en mínimos, no hay demanda de crédito, y la venta de viviendas no se recupera desde enero de 2022.
Europa afronta una situación "desconocida", con cambios políticos en Alemania, el temor al impacto de la guerra comercial de Trump, la resistencia de algunos países a una mayor integración, y la constatación de venta masiva de activos europeos. Los Gobiernos carecen del impulso fiscal necesario para evitar la recesión.
En el mundo hay muchísima liquidez y los hogares ya están hiperinvertidos, por lo que el dinero de depósitos y fondos monetarios no tiene por qué ir a la Bolsa. Y menos cuando desde los años 80 menos del 3% de las veces los mercados han estado tan caros como ahora.
"En este contexto de múltiples incertidumbres, nuestra estrategia se centra en mantener una postura cautelosa. La clave para 2025 será identificar oportunidades con criterios estrictos de calidad y resiliencia, evitando exponernos a los sectores más sensibles a la volatilidad económica", subraya David Azcona.
Aunque el inicio de 2025 se presenta con un tono más optimista que el arranque de 2024, impulsado por previsiones que sitúan al S&P 500 un 10% por encima de los niveles actuales, ese optimismo se apoya en un exceso de consenso y no refleja los riesgos reales del entorno económico. La combinación de valoraciones elevadas, una posible recesión en EEUU y Europa, y la incertidumbre sobre las políticas fiscales y arancelarias de Trump (analizadas en otra noticia de dineroseguro.info) hacen necesario un enfoque más cauteloso.
La cartera a largo plazo debe tener un peso del 50% en renta variable, pero la de 2025 requiere una posición "muy defensiva", con el 7,5%, y la obligación de "ser muy dinámicos"
En renta variable, Beka adopta un enfoque prudente, recomendando sectores defensivos como consumo, eléctricas y defensa. Estas áreas, menos sensibles a las fluctuaciones del ciclo económico, ofrecen mayor estabilidad y resiliencia en un contexto de incertidumbre. David Azcona comenta: "Estamos viendo niveles de valoración histórica en los mercados de renta variable que simplemente no son sostenibles. La probabilidad de una corrección significativa, en torno al 15%, es un escenario que no debemos ignorar y que nos lleva a priorizar sectores defensivos y compañías con fundamentales sólidos".
El sector de defensa emerge como un área de oportunidad impulsada por las tensiones geopolíticas y el aumento del gasto en seguridad global. Por su parte, la inteligencia artificial sigue atrayendo la atención del mercado, aunque Beka advierte de que las expectativas de crecimiento deben moderarse y dirigirse a empresas con una monetización clara de estas inversiones. "La inteligencia artificial seguirá siendo un tema central en 2025, pero es fundamental mantener una perspectiva realista. Apostamos por compañías con una clara capacidad de monetización en este ámbito, evitando las expectativas infladas que pudimos observar en 2024”, añade Azcona.
Desde un punto de vista geográfico, Beka sobre pondera EE.UU., centrándose en grandes compañías con fundamentales sólidos y capacidad para capear la volatilidad derivada del escenario macroeconómico. Pone el foco también en sectores defensivos, utilities, consumo estable, y defensa. Ve oportunidades atractivas en valor, siempre que se logre "una combinación entre defensa, calidad y empresas con sólidos fundamentales".
En la lista, BNP Paribas, Allianz, Inditex, Volkswagen, Deutsche Telekom, TotalEnergies, Siemens y Caterpillar.
En renta fija, la estabilización de la inflación entre el 2% y el 3% crea un contexto favorable para la deuda de alta calidad. Beka estima que el bono a 10 años en EEUU podría situarse entre el 3% y el 3,5% a lo largo del año, aunque no de forma lineal, con episodios de volatilidad impulsados por los niveles de endeudamiento público y la respuesta de los inversores. En este escenario, se apuesta por una gestión dinámica en renta fija, aprovechando los momentos de rebajas bruscas de tipos y evitando activos de mayor riesgo. Este entorno ofrece oportunidades atractivas, especialmente en emisiones corporativas de calidad y con una duración ajustada, mientras que la estabilización de la inflación refuerza la posición positiva en renta fija.
"Los bonos corporativos, a examen, con deuda de alta calidad, porque el crédito de menor calidad está caro y da miedo, y el deterioro del crecimiento hará que Bolsas y bonos pierdan su actual correlación positiva", explica el director de Inversiones de Beka, que insiste en estar "positivos en renta fija"
La volatilidad esperada en los mercados tradicionales hace imprescindible mantener una exposición significativa a activos alternativos. Recomienda aumentar posiciones en Hedge Funds, deuda privada, oro, coinversiones, real estate, que actuarán como refugio y ofrecerán estabilidad en carteras bien diversificadas. “La asignación a este tipo de activos debería alcanzar al menos el 20% del total de la inversión, aprovechando su capacidad de ofrecer oportunidades rentables en un contexto de incertidumbre”, añade Azcona. En cuanto al mercado de divisas, se prevé una apreciación gradual del euro frente al dólar, con un objetivo de 1,09$ Este movimiento estará impulsado por las expectativas de un menor crecimiento en EE.UU. y la revalorización del euro conforme se aclara el panorama político y fiscal en Europa.
Es significativo que la banca española está reforzándose en private equity. Pero las entidades deben hacer más esfuerzos por "democratizar la inversión alternativa", concluye David Azcona.