Las catástrofes pasan a las empresas una factura de 4.450 millones, el 53,45% más

Miguel Ángel Valero

El coste total de las catástrofes producidas en España en 2023 se elevó a 4.450 millones€, lo que supone un 53,45% más que en 2022, según el Barómetro de Catástrofes presentado en el IX Simposium del Observatorio de Catástrofes de la Fundación Aon España. El coste asegurado de las catástrofes supuso una factura de 2.449 millones, superior en un 63,7% al de 2022. El coste imputado a las actuaciones de Protección Civil, Unidad Militar de Emergencias (UME), Cruz Roja Española, y Tragsa supuso 124 millones (166 millones en 2022).

El impacto sobre el PIB se elevó a 1.879 millones, frente a 1.225 millones de 2022: 647 millones de impacto directo de no asegurados (420 millones en2022), 827 millones de impacto indirecto (542 millones en 2022) y 405 millones de impacto inducido (263 millones en 2022).

“Todos los datos de este Barómetro reflejan un incremento sustancial del coste de las catástrofes y, en consecuencia, ponen de manifiesto la severidad de los desastres ocurridos. El año pasado no sólo fue récord en las cifras agregadas del coste de las catástrofes en España, sino que también ha sido el peor año hasta la fecha para el campo español: el seguro agrario ha registrado indemnizaciones por valor de 1.241 millones. Por su parte, los datos del Consorcio de Compensación de Seguros y de Unespa permiten contabilizar 1.208 millones de daños cubiertos", explica Pedro Tomey, presidente del Observatorio de Catástrofes de la Fundación Aon España.

“Desgraciadamente, todas estas estadísticas saltarán por los aires este año con la impagable tragedia en vidas humanas y los incalculables daños materiales y psicológicos causados por la DANA desencadenada sobre las provincias de Valencia y Albacete", advierte.

En 2023 fallecieron en España 37 personas como consecuencia de los desastres naturales, cifra muy inferior a la media de fallecimientos registrados por este motivo desde comienzo del siglo XXI.

Las altas temperaturas, primera causa de muerte debido a que 2023 fue el segundo año más caluroso desde 1961 -sólo por detrás de 2022- han ocasionado 24 fallecidos (65% del total). Las inundaciones ocasionaron 9 fallecidos (24% del total), los vientos 3 fallecidos y los incendios 1 fallecido.

Más de la mitad de los costes asegurados en 2023 -1.241 millones frente a un total de 2.449 millones- fueron cubiertos por Agroseguro, manifestando la especial vulnerabilidad del sector agrícola. La sequía (31%) y las tormentas, lluvias y pedrisco (29%), fueron los sucesos que más daños provocaron en la agricultura española, especialmente para los cultivos de cereales de invierno en la Submeseta Norte.

Las inundaciones, por su parte, provocaron el 80% de los daños asegurados durante el año 2023 (el 94% en 2022), afectando mayoritariamente a viviendas (44%) e industrias (23%), ubicados en las provincias de Valencia, Tarragona y Badajoz.

Dentro de la contracción del PIB provocada por los siniestros -casi 1.900 millones€-, los desastres naturales causaron un impacto directo de 650 millones sobre las empresas afectadas directamente que carecían de seguro, y provocaron una contracción adicional de 830 millones en la actividad de las empresas pertenecientes a la cadena de valor de aquellas directamente afectadas, tanto aseguradas como no aseguradas. La reducción de las rentas empresariales y salariales derivadas de los impactos directo e indirecto de los siniestros en 2023 alcanzó una magnitud algo superior a los 400 millones. 

El impacto sobre el empleo fue la pérdida de 38.600 puestos de trabajo -25.000 puestos en 2022- equivalentes a jornada completa. 

El 58% del coste pagado por daños en bienes se localizó en 3 provincias: Toledo (260millones), Madrid (164 millones) y Zaragoza (167 millones). En términos de coste por habitante, en Toledo alcanzó los 370€ y en Zaragoza superó los 170. En 2022, el coste per cápita medio para la población española fue de 6€ porhabitante. En 2023, este coste alcanzó los 22€.

El papel de la IA

La inteligencia artificial (IA) tiene la capacidad de detectar factores desencadenantes de los desastres, anticiparse a las catástrofes, mejorar el mantenimiento y prevención de riesgos en infraestructuras críticas, así como optimizar las respuestas inmediatas y las estrategias de recuperación, lo que se traduce finalmente en un inmenso potencial para mitigar el impacto de las catástrofes, salvar vidas y optimizar recursos, según el informe “Aplicaciones de Inteligencia Artificial en la prevención y respuesta de desastres”, incluido en el Barómetro de Catástrofes 2023.

Las numerosas aplicaciones de IA desarrolladas en la industria y en el ámbito académico, permiten mejorar la prevención y respuesta temprana a los desastres. Las aplicaciones se han enfocado hasta la fecha en las tareas que se desarrollan en las tres primeras fases de los desastres: mitigación, preparación y respuesta. 

En la fase de mitigación, las tareas que ya desarrolla la IA son: previsión e identificación de peligros y riesgos, predicción de posibles impactos y evaluación de los niveles de vulnerabilidad y de resiliencia, y, por último, el desarrollo y la comparación de diferentes estrategias de mitigación y resiliencia.

En la fase de preparación, las herramientas de IA permiten abordar dos de las principales tareas: establecer sistemas de predicción y detección de desastres y alerta temprana y desarrollar modelos de evacuación en caso de emergencia.

En la fase de respuesta, las aplicaciones existentes de IA para desastres permiten planificar las acciones de reacción y evaluación de los daños, asignar recursos de salvamento y socorro, desarrollar sistemas de información para favorecer la colaboración inter-institucional y comprender la preocupación, emoción y reacción de las personas.

El informe señala que “una de las principales limitaciones de las aplicaciones y modelos basados en la IA es la disponibilidad, seguridad y fiabilidad de los datos” y que “para realizar estimaciones precisas y fiables es necesario disponer de grandes cantidades de datos que representen todo el sistema y que no estén sesgados”. En ese sentido, indica que los datos que se recogen de redes sociales y crowdsourcing presentan “muchos problemas de fiabilidad y credibilidad, y suelen estar muy sesgados hacia los extremos”.

Los autores del informe destacan que muchos de los modelos de IA que se han desarrollado hasta ahora solo se centran en modelizar los desastres catastróficos de forma independiente: “Sin embargo, los desastres evolucionan de forma inesperada, creando situaciones complejas e interconectadas que dificultan su gestión”. La solución pasa por adoptar un enfoque multirriesgo “con bases de datos precisas y diversas, creando modelos robustos y adaptables para mejorar significativamente la fiabilidad y precisión de los resultados”.