Miguel Ángel Valero
El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha decidido, como era esperado por los mercados, reducir en 25 puntos básicos (pb) el tipo de interés aplicable a la facilidad de depósito, tipo de interés mediante el que guía la orientación de la política monetaria. La decisión se basa en las perspectivas de inflación, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria, por lo que "resulta apropiado ahora dar un paso más en la moderación del grado de restricción de la política monetaria".
Así, el gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, puede presumir de debutar en el consejo de gobierno del BCE con una bajada de tipos.
La inflación general se situará, en promedio, en el 2,5% en 2024, el 2,2% en 2025 y el 1,9% en 2026, sin cambios respecto a las proyecciones de junio. Se espera que la inflación vuelva a aumentar en el tramo final de este año, debido en parte a que los acusados descensos anteriores de los precios de la energía desaparecerán de las tasas anuales. "Posteriormente, la inflación debería disminuir hacia nuestro objetivo en la segunda mitad del próximo año", vaticina el BCE.
Respecto a la inflación subyacente, la que más preocupa al BCE, las proyecciones para 2024 y 2025 se han revisado ligeramente al alza, dado que la de los servicios ha sido más alta de lo previsto. Al mismo tiempo, los expertos del BCE siguen esperando un rápido descenso de la inflación subyacente, desde el 2,9 % este año, hasta el 2,3 % en 2025 y el 2% en 2026.
La inflación interna sigue siendo alta, ya que los salarios continúan subiendo a un ritmo elevado. Sin embargo, las presiones sobre los costes laborales se están moderando, y los beneficios están amortiguando parcialmente el impacto de las subidas salariales sobre la inflación.
Las condiciones de financiación siguen siendo restrictivas, y la actividad económica es aún contenida, como reflejo de la debilidad del consumo privado y de la inversión. Los expertos del BCE proyectan una tasa de crecimiento económico del 0,8% en 2024, 1,3% en 2025 y el 1,5% en 2026, lo que representa una ligera revisión a la baja respecto a las proyecciones de junio, debida fundamentalmente a una menor contribución de la demanda interna en los próximos trimestres.
El Consejo de Gobierno del BCE tiene la determinación de asegurar que la inflación vuelva a situarse pronto en su objetivo del 2 % a medio plazo, y mantendrá los tipos de interés oficiales "en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario para lograr ese objetivo". Continuará aplicando un enfoque dependiente de los datos, en el que las decisiones se adoptan en cada reunión, para determinar el nivel de restricción y su duración apropiados. En particular, sus decisiones sobre los tipos de interés se basarán en su valoración de las perspectivas de inflación teniendo en cuenta los nuevos datos económicos y financieros, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria, sin comprometerse de antemano con ninguna senda concreta de tipos.
Como se anunció el 13 de marzo de 2024, a partir del 18 de septiembre tendrán efecto algunos cambios en el marco operativo para la aplicación de la política monetaria. El diferencial entre el tipo interés de las operaciones principales de financiación y el aplicable a la facilidad de depósito se situará en 15 puntos básicos (pb). El diferencial entre el tipo de interés de la facilidad marginal de crédito y el aplicable a las operaciones principales de financiación se mantendrá sin cambios en 25 pb.
En consecuencia, el tipo de interés aplicable a la facilidad de depósito se reducirá hasta el 3,5%. Los tipos de interés aplicables a las operaciones principales de financiación y a la facilidad marginal de crédito disminuirán hasta el 3,65% y el 3,9%, respectivamente
El tamaño de la cartera del programa de compra de activos APP está disminuyendo a un ritmo mesurado y predecible, dado que el Eurosistema ha dejado de reinvertir el principal de los valores que van venciendo. El Eurosistema ha dejado de reinvertir íntegramente el principal de los valores adquiridos en el marco del PEPP (el programa creado para hacer frente a la pandemia) que van venciendo, lo que está reduciendo la cartera del programa en 7,5 mm de euros mensuales en promedio. El Consejo de Gobierno prevé poner fin a las reinversiones en el marco del PEPP a final de 2024. El Consejo de Gobierno continuará actuando con flexibilidad en la reinversión del principal de los valores de la cartera del PEPP que vayan venciendo, con el objetivo de contrarrestar los riesgos para el mecanismo de transmisión de la política monetaria relacionados con la pandemia.
A medida que las entidades de crédito reembolsan los importes obtenidos en el marco de las operaciones de financiación a plazo más largo con objetivo específico, el Consejo de Gobierno evaluará periódicamente la forma en que esas operaciones y sus actuales reembolsos están contribuyendo a la orientación de su política monetaria.
El BCE está preparado para ajustar todos sus instrumentos en el marco de su mandato para asegurar que la inflación vuelva a situarse en su objetivo del 2% a medio plazo y preservar el buen funcionamiento de la transmisión de la política monetaria. Además, el Instrumento para la Protección de la Transmisión está disponible para contrarrestar dinámicas de mercado no deseadas o desordenadas que constituyan una seria amenaza para la transmisión de la política monetaria en todos los países de la zona del euro, lo que permite al Consejo de Gobierno cumplir con mayor efectividad su mandato de estabilidad de precios.
Lagarde no da pistas
También como se esperaba, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, no dio pista alguna sobre los próximos movimientos, lo que alimentará el apasionante debate entre los analistas sobre si quedan una, dos o tres bajadas de tipos hasta final de año, y sobre cuántas habrá en 2025, como publicó dineroseguro.info. Hasta recurrió a la canción “Qué será, será”, en castellano.
Insiste en que la inflación bajará al 2% en la segunda mitad de 2025. Y justifica el pesimismo macroeconómico del BCE en una menor contribución de la demanda interna, por "la debilidad del consumo privado y de la inversión”, el temor a guerras comerciales (especialmente con China), posibles repuntes del precio de la energía por las tensiones geopolíticas en Oriente Medio y las guerras provocada por la invasión rusa en Ucrania y la israelí en Gaza, y a una caída de las exportaciones europeas.
Lagarde aplaude el plan Draghi como “formidable" porque ofrece un diagnóstico “severo pero justo”, hace un llamamiento al liderazgo de los políticos europeos y de la Comisión para que lleven a cabo las reformas estructurales que pueden animar la productividad y acelerar la unión de mercados de capitales, “extremadamente útiles para Europa y para nosotros como banco central”.
Reacción de los analistas
Ulrike Kastens, Economista para Europa de DWS, cree que el BCE mantiene el rumbo, relajando aún más el ‘freno monetario’. Sin duda, era lo apropiado, dada la creciente confianza en lograr hacia el objetivo de inflación, que también se reflejó en el mantenimiento de las previsiones de subida de los precios para 2024-2026. Aunque sigue habiendo incertidumbres sobre la evolución futura de los precios de los servicios, es probable que las preocupaciones económicas adquieran mayor importancia, dada la debilidad de la demanda interna. En julio ya se consideraba una evolución más desfavorable para los posibles riesgos de la economía. Ahora, las previsiones del PIB para los años 2024 a 2026 también se han revisado a la baja y la situación económica actual se considera peor que en julio. El BCE sigue manteniendo su enfoque dependiente de los datos y la presidenta del BCE, Lagarde, rechazó firmemente cualquier precompromiso de una senda de tipos de interés. Sin embargo, también declaró que la senda descendente de los tipos era bastante obvia. Así pues, se prevén nuevas bajadas de tipos. Es probable que diciembre sea la próxima fecha para otro recorte. En general, esperamos que el tipo de depósito se sitúe en el 2,5% dentro de 12 meses.
Matthew Ryan, Jefe de Estrategia de Mercado de Ebury, reconoce que “el euro ha recibido un modesto impulso alcista cuando el BCE ha bajado los tipos de interés, como se esperaba, pero ha insinuado a los mercados que otro recorte en octubre es quizás poco probable”. La presidenta Lagarde volvió a advertir sobre las perspectivas de crecimiento de la Eurozona, aunque también dio a entender que el banco está cada vez más atento a los riesgos de inflación. Las previsiones de inflación subyacente para este año y el próximo se revisaron al alza, y Lagarde dijo que se habían logrado avances insatisfactorios en los precios al consumidor subyacentes. También destacó el poco tiempo transcurrido entre ahora y la reunión de octubre. “Es efectivamente una admisión de que los recortes consecutivos no forman parte actualmente del escenario de referencia del Consejo de Gobierno”, insiste.
Las declaraciones de Lagarde "son coherentes con nuestra opinión de que el BCE mantendrá los recortes trimestrales por ahora, y que el próximo no llegará hasta diciembre. Si bien las perspectivas de crecimiento a corto plazo han empeorado, la prioridad sigue siendo la lucha contra la inflación, que claramente aún no se ha ganado. La probabilidad de un ritmo gradual de recortes del BCE podría proporcionar un mayor potencial alcista para el euro, en particular, si la Fed lleva a cabo un ciclo agresivo de flexibilización en los próximos meses”.
Antonella Manganelli, consejera delegada de Payden & Rygel para Europa, destaca que el BCE ha bajado los tipos de interés por segunda vez en tres meses hasta el 3,5% con un recorte de 25 puntos básicos, en línea con las expectativas del mercado. Mantiene así una postura prudente para combatir la elevada inflación de la zona euro. No obstante, Lagarde ha destacado que, en general, la inflación se está moviendo según lo previsto y mantiene estables las expectativas para el futuro, pronosticando un retorno de la inflación al objetivo del 2% para finales de 2025. Las previsiones de crecimiento económico de la zona euro se han revisado ligeramente a la baja para los próximos años, ya que la inversión y el gasto de los consumidores se ven lastrados por los elevados tipos de interés. La previsión de crecimiento del BCE para este año es del 0,8% (frente al 0,9% anterior) y del 1,3% en 2025 (frente al 1,4% anterior). Además, el banco central ha anunciado que también bajará los otros dos tipos de interés oficiales en 0,6 puntos porcentuales como parte de una revisión de su marco operativo, con el objetivo de reducir la diferencia con el tipo de depósito, a través del cual se dirige la política monetaria.
Lagarde ha reiterado durante la conferencia la dependencia de los próximos movimientos de los datos macroeconómicos, y no de un solo dato. "Tras haber transmitido un tono lo más neutro posible, parece que la posibilidad de un nuevo recorte en octubre sigue en pie", señala. La reacción de los mercados ha sido bastante moderada. El euro ha subido ligeramente, mientras que los tipos de deuda pública de la zona euro se han movido al alza, pero no excesivamente y en línea con la tendencia ya observada durante el día.