EEUU afronta las elecciones más reñidas de su historia

Miguel Ángel Valero

Inicia el duelo final entre Harris y Trump, con las encuestas sin un claro favorito y con todos los modelos predictivos atribuyendo un 50% de probabilidad de victoria a ambos candidatos. No hay señales de una ventaja clara por parte de ningún contendiente. Una campaña presidencial intensa, que tuvo un punto de inflexión con la llegada de Kamala Harris ante la renuncia voluntaria de Biden, tras un primer debate presidencial en el que el actual presidente de los Estados Unidos mostró una clara falta de competitividad. Posteriormente, las encuestas se han igualado ante lo que parecía una batalla perdida. No obstante, el mercado de apuestas se ha ido girando en las últimas semanas para el lado de Donald Trump, atribuyéndole unas probabilidades de victoria del 57% el 4 de noviembre.

El ganador se decidirá en los conocidos como 'swing states' o estados bisagra. En este caso, son 7 y reúnen 93 compromisarios de los 270 necesarios para acceder a la Casa Blanca. Entre ellos, destaca Pensilvania, el más importante, pues contribuye con 19 votos. Quien gana las votaciones en el estado se hace con todos los votos de los compromisarios. Las encuestas dentro de los estados también están muy igualadas, aunque en cuatro 4 de los 7 los republicanos cuentan con una ligerísima ventaja.

Al tratarse de una carrera tan pareja, los resultados no serán inmediatos, pues cada estado tiene sus propias normas de recuento –algunos como Georgia requieren conteo a mano–, lo que podría retrasar los resultados preliminares hasta 10 días. También habrá que tomar con precaución los resultados parciales mientras se están contando las papeletas, dado que hay estados que reportan primero los votos en persona y luego el voto por correo, que desde el Covid ha ganado peso en las ciudades donde normalmente hay más afinidad demócrata.

 Finalmente, también se llevará a cabo la renovación de la Cámara de Representantes y de un tercio del Senado. En este caso, las probabilidades están repartidas en la cámara baja mientras que las encuestas apuntan a un giro republicano en el Senado. Esto será clave a la hora de saber las capacidades que tendrá el candidato ganador para implementar su plan de gobierno, que podría verse limitado en caso de no controlar las cámaras. Por ello, aunque la votación termine hoy, lo más probable es que la incertidumbre permanezca durante varios días y no sepamos quién será presidente hasta un par de semanas después. 

Además, los resultados no son oficiales hasta que los secretarios de los diferentes estados los certifican como tal, teniendo de plazo hasta el 11 de diciembre. Una vez con los resultados finales, los compromisarios votan el 17 de diciembre, que será seguido de un parón navideño. Por último, el 3 de enero se forma el nuevo Congreso que certificará finalmente los votos el 6 de enero, dejando para el 20 de enero la toma de posesión oficial del nuevo presidente de Estados Unidos. 

Cautela ayer al cierre en Wall Street (S&P -0,2%; Nasdaq -0,3%). Se registraron escasos movimientos en la sesión previa a las elecciones presidenciales del martes 5 de noviembre, en la que se vaticina una reñida disputa entre los candidatos Trump y Harris. También se espera con atención a la reunión de la Fed, en la que el mercado da por seguro un nuevo recorte de tipos el jueves. 

Destaca Nvidia (+0,4%), que se unirá al índice Dow Jones el viernes 8 de noviembre en sustitución de Intel. Se trata del primer cambio en el índice desde febrero, cuando Amazon reemplazó a Walgreens Boots Alliance. Con la incorporación de Nvidia están en el índice cuatro de las seis mayores empresas tecnológicas, junto a Apple, Amazon y Microsoft

Hubo también noticias en Berkshire Hathaway (-2,1%), al conocerse que el conglomerado de Warren Buffett ha seguido recortando su participación en Apple. Así, durante el tercer trimestre, el holding ha vendido aproximadamente un 25% de sus acciones en la tecnológica después de reducirla casi a la mitad en el segundo trimestre. Mientras tanto, los futuros del S&P suben un tímido +0,1%, en una jornada que se prevé de transición y estrechos rangos.

Tressis: un Gobierno dividido suele ser favorable para los mercados

El equipo de inversiones de Tressis, la sociedad de valores especializada en gestión de patrimonios y planificación financiera, destaca que las elecciones en EEUU presentan varios escenarios con implicaciones directas para los mercados financieros. Aunque el resultado presidencial en sí mismo no suele tener un impacto duradero en los mercados, los antecedentes sugieren que la composición del Congreso podría ser aún más determinante. Un gobierno dividido —"en nuestra opinión, el escenario más probable"— suele ser favorable para los mercados, ya que limita cambios abruptos, reduce la incertidumbre y fomenta la estabilidad. En este contexto, el control del Congreso será clave para definir el alcance de las políticas a implementar, con posibles implicaciones en sectores como energía, tecnología, sanidad y finanzas.

En cuanto a las propuestas fiscales, Kamala Harris ha expresado su intención de aumentar los impuestos y ofrecer créditos fiscales a nuevos propietarios y a familias con recién nacidos, mientras que Trump defiende la continuidad de los recortes fiscales de 2017. Los aranceles y la política comercial también representan áreas de posible divergencia significativa entre ambos candidatos.

"La afirmación de que las políticas de ambos candidatos presidenciales en Estados Unidos podrían tener consecuencias inflacionistas es incorrecta. La inflación es exclusivamente un fenómeno monetario; es decir, surge cuando la cantidad de dinero crece más rápido que la producción. Si las políticas propuestas por los candidatos no implican un aumento significativo de la oferta monetaria, no deberían generar presiones inflacionarias. La única política inflacionista es la que propone Harris, que implica un aumento de gasto público financiado con emisión de deuda de casi 2 billones de dólares", matizan los expertos de Tressis.

"Las bajadas de impuestos no implican mayor cantidad de dinero en el sistema; es la misma cantidad, solo que una mayor parte en el bolsillo de quien lo gana. Los aranceles no aumentan los precios agregados y no suponen más cantidad de dinero. De hecho, implican una mayor demanda de dólares, por lo que la inflación en EEUU no aumenta, sino que baja, como ya ocurrió con Reagan o el propio Trump", añaden.

"Los aumentos de gasto sí son inflacionistas, ya que se financian con emisión de nueva moneda a través de la creación de déficit fiscal. Incrementar la demanda agregada no significa necesariamente aumentar la inflación si la velocidad del dinero no aumenta; es decir, si las bajadas de impuestos vienen acompañadas de una reducción de gasto", explican. 

"Los aranceles, por otro lado, pueden afectar a los precios unitarios al encarecer las importaciones, pero la inflación implica un aumento generalizado y sostenido de los precios agregados en toda la economía. Aunque los aranceles puedan elevar los precios de productos específicos, no necesariamente provocan inflación generalizada y, además, implican una mayor demanda de dólares, lo que reduce la presión inflacionaria en EE. UU. En general,  las políticas fiscales, como la reducción de impuestos o la imposición de aranceles, no son inflacionarias, ya que no implican cambios en la oferta monetaria. Por lo tanto, afirmar que las políticas de ambos candidatos tendrán consecuencias inflacionistas es incorrecta y ha sido demostrado a lo largo de la historia", concluyen.

Portocolom: habrá volatilidad en los días posteriores a las votaciones

Óscar Tejada, gestor patrimonial en Portocolom AV, contrasta el runrún alarmista que desde hace meses resuena en los mercados financieros ante los riesgos que pueden surgir en función del resultado de las elecciones con el hecho de que en las Bolsas estadounidenses no se ha percibido ninguna clase de temor en todo lo que llevamos de año, y prueba de ello es que está cerca de máximos históricos en la mayoría de índices de referencia americanos. Aunque se han producido algunas correcciones, éstas han sido esporádicas (en algunos casos importantes pero que se revirtieron en muy pocas sesiones) y causadas por el miedo a unos datos macroeconómicos que pudieran haber sugerido una desaceleración brusca de la primera economía mundial, y no a la composición del futuro gobierno.

El consumo, el empleo y el crecimiento económico en EEUU gozan de buena salud (hay desaceleración, pero en un entorno decrecimiento). Adicionalmente la temporada de resultados empresariales, actualmente en curso, evidencia la fortaleza en los beneficios y de los balances de las grandes empresas, lo que favorece el buen comportamiento de las Bolsas. 

Sentadas las bases del punto de partida, una economía estadounidense muy sólida, los principales aspectos que preocupan a la mayoría de los analistas financieros tras las elecciones son los siguientes:

  • Relaciones comerciales internacionales. Un triunfo de Trump podría poner más trabas al intercambio de mercancías, viéndose especialmente afectado el comercio con China y en segundo lugar con Europa. Harris ,como vicepresidenta, no ha eliminado aranceles a China, de hecho, los ha incrementado a lo largo de la legislatura. Las consecuencias directas en ambos casos serán el incremento de la tensión geopolítica y un probable aumento de la inflación.
  • Marco impositivo. Es el asunto en el que se encuentran más alejados ambos candidatos. Harris quiere llevar a cabo una importante subida de impuestos a las grandes corporaciones y a los grandes patrimonios que le permitan financiar en parte el importante incremento de la partida de gastos. Trump haría lo opuesto, una reducción de los impuestos a las empresas, un menor ingreso fiscal que se financiaría con el incremento de los aranceles y adicionalmente llevaría a cabo unos importantes ajustes en las partidas de gastos. El primer caso supondría un castigo para las empresas cotizadas frente a una reacción al alza en las Bolsas en caso de victoria republicana.
  • Inmigración. Trump, como lo ha sido en el pasado, está siendo muy agresivo en esta materia y propone deportar a 10 millones de personas sin papeles. Esta medida en un entorno de pleno empleo como el que goza EE.UU. podría suponer un shock en la cadena de suministros y a la par provocar un importante aumento en los costes salariales. Harris por su parte no se ha expresado de forma contundente sobre este punto.
  • Déficit público. Éste es probablemente el asunto que más preocupe a los expertos. El fuerte crecimiento del nivel de deuda en EEUU en los últimos años ha llevado a la deuda pública a superar el 125% del PIB, circunstancia que además se ha producido en un entorno de subidas de los tipos de interés, lo que agrava aún más si cabe la situación. Un ejemplo que demuestra la magnitud de este crecimiento es que el gasto en el pago de los intereses de la deuda ha alcanzado el mismo nivel que el del gasto en defensa. En el año 2015 estas partidas suponían unos 550 billones y 210 billones$ respectivamente, frente a los más de 800 billones que suponen ambas partidas en estos momentos. Con este punto de partida, las estimaciones realizadas a las propuestas de los dos candidatos darían como resultado que en los próximos 10 años los demócratas incrementarían en déficit público en otros 2 trillones$ frente a los 4 trillones de los republicanos. En ambos casos el fuerte incremento de la deuda que se ha de emitir para financiar ese déficit puede ser un factor clave que juegue un papel importante en los tipos de interés de largo plazo, que podrían mantenerse en niveles más elevados de lo que se espera.

No es la primera vez que las elecciones enfrentan candidaturas tan opuestas, pero ante este panorama ¿qué ha sucedido en el pasado con los mercados financieros? Lo cierto es que el mejor comportamiento de las Bolsas se ha producido siempre, indistintamente del partido que gobierna, cuando hay una mayoría dividida, es decir, cuando el congreso estadounidense está dividido, el senado lo domina un partido y la cámara de representantes el otro. Esta situación favorece la gestación de medidas consensuadas que alejan la probabilidad de éxito de las propuestas extremistas.

El año postelectoral no es el de mejor retorno bursátil. El S&P 500 sube de media un 11% en el primer año de mandato frente a la media de los años no electorales del 11,6%.Además, ese primer año es estadísticamente hablando sólo el tercero mejor, siendo el tercer año de mandato presidencial en el que históricamente mejores retornos se han generado. El último año de mandato presidencial, sin importar el partido en el gobierno, históricamente ha generado unas plusvalías del 2,4%. 

En 2024 hasta la fecha el S&P 500 supera el 20%. Desde el punto de vista financiero y partiendo de un enfoque simplista, el dólar saldría reforzado con una victoria de Trump (probablemente ya está recogido en la cotización actual), frente a cierta debilidad en el caso de una victoria de Kamala Harris. Los tipos de interés se verán menos afectados con un gobierno débil mientras que si gana Harris y controla el congreso deberíamos de ver una subida de la curva de tipos de interés, al igual que si la victoria es de Donald Trump y consigue el control de ambas cámaras, en ambos casos como consecuencia del mayor déficit presupuestario previsto.

En las Bolsas una victoria fuerte de Trump impulsaría inicialmente a las acciones, y podríamos ver caídas si la que domina la política es Harris. Encaso de producirse un gobierno sin control del congreso, las cotizaciones estarán a expensas de los resultados y de las previsiones de los futuros beneficios empresariales, pero lo que parece seguro es que la volatilidad, bajo este escenario, se verá incrementada en las sesiones posteriores a la votación para ir posteriormente normalizándose.

El escenario que mayor incertidumbre puede generar y que no está totalmente descartado se produciría en caso de no conocerse el ganador de los comicios en las 48 horas posteriores a la votación. "Somos conscientes de la igualdad entre ambos candidatos en muchos estados con un peso electoral importante, que decantarían al gobierno a favor de uno u otro candidato, y por ello podríamos ver recuentos interminables, o incluso impugnaciones que llevarían a la intervención de la justicia. Bajo este escenario, la incertidumbre podría pesar sobre las decisiones de inversión, y no sería raro ver una salida de fondos de la renta variable hacia activos refugio como el oro o la renta fija de mayor calidad crediticia.Hoy empezaremos a salir de dudas", señalan Tejada.

Flow Community: el oro se mantiene estable

Rubén Ferreira, jefe de Operaciones Portuguesas de Flow Community, señala que los precios del oro se mantuvieron estables debido a la cautela de los inversores en vísperas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. El sentimiento del mercado se ha centrado especialmente en la reñida contienda entre la candidata demócrata Kamala Harris y el candidato republicano Donald Trump, con encuestas que indican que los candidatos están prácticamente empatados. La posibilidad de que se retrasen los resultados electorales puede introducir incertidumbre adicional en el mercado en los próximos días y aumentar la volatilidad de los precios del oro.