Miguel Ángel Valero
La caída de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida ocasionan un envejecimiento de la población que no deja de conseguir cifras récord y que se traslada a una fuerza laboral que tiene una media de edad cada vez mayor. A pesar de ello, el sector de la población mayor de 55 años se enfrenta a grandes prejuicios y estereotipos en el mercado laboral que pueden conducirles a la inactividad, al desempleo de larga duración o a jubilaciones forzosas y anticipadas.
La edad alarga el tiempo de búsqueda de un nuevo empleo y dificulta encontrarlo hasta tal punto que algunos trabajadores mayores no lo consiguen nunca. Situación que entra en contradicción con una edad de jubilación que tiende al alza y con los problemas que está empezando a encontrarse para cubrir algunos puestos en algunos sectores como la construcción, transporte, industria o la hostelería. Los profesionales jóvenes escasean y, al mismo tiempo, sigue imperando la discriminación laboral por edad, con lo que la fuerza laboral se reduce a una franja cada vez más ajustada.
La brecha digital respecto a los jóvenes aparece como la barrera más destacable a la hora de contratar personas sénior, según el 53% de las empresas españolas. Pero el III Monitor de Empresas de la Economía Sénior del Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación Mapfre muestra que el perfil de las personas que se van a ir incorporando a la población sénior tendrá cada vez un perfil más digital y con mayor nivel educativo que en generaciones pasadas.
Sin embargo, según los últimos datos publicados por el INE, la brecha digital es mayor a medida que se incrementa la edad, siendo especialmente destacable la disminución en competencias digitales avanzadas que se detecta entre el grupo de 65 a 74 años, frente a los más jóvenes. Si el 38,9 % de la población española contaba en 2023 con habilidades digitales avanzadas, en el caso de las personas entre los 55 y 64 años se reduce al 27,7 % y hasta un 18,3 % entre los mayores de 64 años.
No obstante, otros informes oficiales como el ONTSI reflejan el avance imparable de la digitalización de los séniores españoles en el contexto europeo.
En contraste con lo anterior, el segmento sénior es un colectivo interesante desde el punto de vista comercial y económico en general. Es el grupo con mayor renta media por persona y unidad de consumo según la última encuesta de condiciones de vida publicada por el INE.
El 26% de la plantilla, 10 puntos más
Pese al edadismo de las empresas, el Monitor de Empresas de la Economía Sénior revela que los mayores de 55 años ya suponen el 26% del personal de las compañías españolas, casi 10 puntos más que hace un año. Estas cifras demuestran que las empresas van avanzando para fomentar su contratación. De hecho, el 19% de ellas ya tiene algún plan o iniciativa en marcha dirigidos a la contratación de mayores, y 4 de cada 10 cuentan con alguna medida destinada a la retención y gestión del talento sénior.
La Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre de este año también constata esta tendencia, pues entre abril y julio la tasa de paro de los mayores de 55 años descendió al 9,97%, frente al 11,05% del trimestre anterior, siendo el dato más bajo desde 2008.
Sin embargo, aunque estas cifras evidencian una apuesta creciente por los mayores, todavía existe un elevado nivel de edadismo, basado en estereotipos y prejuicios que limitan sus oportunidades laborales. La causa reside en ideas tan extendidas como que este tipo de empleados no cuentan con los conocimientos tecnológicos necesarios o son perfiles menos flexibles y con menor capacidad de adaptación, cuando realmente se presentan como una gran oportunidad para incorporar experiencia, conocimiento y estabilidad en los equipos de trabajo.
Además, no existen tantas políticas públicas de empleo que fomenten su contratación, como es el caso de los jóvenes, cuyos contratos tienen más incentivos para las empresas.
“Es imprescindible que adaptemos nuestra economía a nuestra demografía. Los sénior se están consolidando como la población con mayor protagonismo a todos los niveles, suponiendo un valor añadido para el mercado laboral y el rendimiento organizacional. Debemos reconocer y valorar adecuadamente su contribución, dejando a un lado los prejuicios que acompañan a estos empleados. Sobre todo, en un momento en el que muchos sectores están teniendo problemas para cubrir vacantes y retener el talento”, indica Juan Fernández Palacios, director del Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación Mapfre
Con el objetivo de acabar con los estereotipos y seguir impulsando el talento de las personas mayores de 55 años en el sector empresarial, los expertos del Centro de Investigación Ageingnomics de exponen las principales cualidades que caracterizan a estos empleados, y cómo pueden ayudar al impulso del negocio:
“Esta reflexión evidencia la necesidad de apostar por estos perfiles por los beneficios que tiene. Se espera que la contratación de mayores de 55 años siga creciendo en los próximos años y, para ello, es fundamental que tanto la sociedad como las políticas de empleo actúen para que se haga de forma equitativa, integrativa y beneficiosa. La economía sénior es el futuro”, concluye Juan Fernández Palacios.