Miguel Ángel Valero
Eduardo Irastorza, profesor de entorno global en OBS Business School, considera que Europa tiene reservas para que China entre en el mercado de la energía eólica por una sencilla razón: China controla plenamente la producción de vehículos eléctricos, es líder en producción eléctrica en el mundo y lógicamente les interesa controlar aquellas energías que son alternativas.
"Teniendo en cuenta que China se plantea estrategias a largo plazo, puede permitirse ir a pérdida durante mucho tiempo, más que el que se pueden permitir muchos países europeos y compañías privadas. Teniendo en cuenta el apoyo del estado a las energéticas chinas, este país podría hacerse con el mercado eólico europeo en muy poco tiempo. Es una estrategia competitiva a pérdida que le permitirá adquirir una posición de liderazgo hegemónica y deshacerse de su competencia. De ahí la amenaza la UE está detectando", explica.
"La voluntad de China es controlar de aquí a diez años todo el mercado de las energías renovables. Hay que tener en cuenta que China no dispone de petróleo y su apuesta es necesaria dado que Europa está dando pasos atrás en la transición energética. De hecho, marcas como Volkswagen ya han declarado su intención de no fabricar más coches eléctricos y apostar por los motores de combustible fósil", añade.
Es evidente que las autoridades europeas han puesto el ojo en las turbinas eólicas chinas. La comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, avisa que la Comisión Europea investigará a los fabricantes asiáticos por supuesta competencia desleal al vender y financiar la compra de estos componentes -claves en el despliegue de parques eólicos- contando con ayudas de Estado ilegales de Pekín.
"No solo es peligroso para nuestra competitividad. También amenaza nuestra seguridad energética", justifica la comisaria danesa. La Comisión Europea no quiere repetir errores del pasados, como los que llevaron a la UE a perder la industria de fabricación de paneles solares.
A causa de estas subvenciones públicas, los fabricantes chinos han podido inundar el mercado de estos componentes a mitad del precio respecto a sus rivales europeos, según cálculos de la patronal Wind Europe. Ante la evidencia de que la competencia china está socavando las cuentas de resultados de las empresas de la UE, los servicios de Competencia de la Comisión Europea han decidido aplicar las nuevas normas sobre subsidios extranjeros, que permiten imponer sanciones con carácter retroactivo una vez que se evalúa el daño.
El primer paso para ello ha sido la apertura de investigaciones formales en los cinco mercados en los que se han detectado las prácticas desleales: Francia, Grecia, Bulgaria, Rumanía y España. Ahora dispone de un plazo de 18 meses para tomar una decisión.
La investigación por parte de las autoridades europeas de Competencia cuenta con el aplauso unánime de Wind Europe. "Los fabricantes chinos de turbinas eólicas están ofreciendo precios mucho más bajos que los fabricantes europeos y los términos de financiación son increíblemente generosos, con hasta tres años de plazo de reembolso. No se puede hacer eso sin subsidios públicos indebidos», subraya su director general, Giles Dickson.
Esos plazos de financiación suponen que las empresas asiáticas ofrecen las turbinas gratis a las promotoras de parques eólicos hasta el tercer año de ingresos. Esa práctica no se puede hacer en Europa, que cumple con las normas de la OCDE.
La UE se ha propuesto incrementar su capacidad eólica instalada de los 220 gigavatios (GW) actuales a los 425 en 2030 y superar los 1.300 antes de 2050. "Hay un riesgo real grande de que la expansión eólica en la UE se quiera hacer en China y no en Europa, como ya sucedió con la fotovoltaica", avisan desde la industria euriopea