Miguel Ángel Valero
La Encuesta Financiera de las Familias del Banco de España muestra que alcanzar el Bachillerato o la Formación Profesional (FP) media ofrecía una rentabilidad del 18% para los hombres y del 26% para las mujeres respecto a disponer únicamente de la titulación de ESO (Educación Secundaria Obligatoria). Además, finalizar los estudios universitarios tras el Bachillerato ofrecía una rentabilidad adicional del 20% para los hombres y del 23% para las mujeres.
La educación es un determinante fundamental del nivel de renta. Cuando la educación del cabeza de familia es inferior a Bachillerato: la renta mediana es de 23.000€. Si es equivalente a estudios universitarios, se sitúa en los 54.900€.
Al mismo tiempo, el estudio del Banco de España certifica que las cohortes nacidas a partir de 1980 muestran un progresivo retraso en su edad de emancipación. El 65,9% de los jóvenes españoles entre 18 y 34 años residían en el hogar familiar en 2022, 13 puntos más que en 2008.
Para los hogares jóvenes, se observa una menor acumulación de riqueza neta mediana en relación con la acumulación observada por las cohortes previas La renta mediana (32.400€) es muy inferior a la renta media (43.100€). En el período 2019-2021, la renta mediana aumentó un 1,1% y se sitúa prácticamente en los niveles de 2008.
Se observan caídas para los hogares más jóvenes (menores de 45 años), aquellos cuyo cabeza de familia era empleado por cuenta propia, los hogares con cabeza de familia sin estudios universitarios y los no propietarios de su vivienda.
En 2022, la riqueza neta media se situó en 309.000€ y la riqueza neta mediana en 142.700. Continuó reduciéndose el porcentaje de hogares propietarios de su vivienda principal: en dos años ha bajado del 73,9% al 71,1%. Esta caída fue especialmente acusada para los hogares con un cabeza de familia menor de 35 años (descenso de 4,2 puntos, y los que estaban en la parte baja de la distribución de la renta y de la riqueza neta. Desde 2011, la tasa de propiedad entre los hogares más jóvenes ha caído 37,5 puntos (de 69,3% a 31,8%).
La riqueza inmobiliaria supone el 69,9% del total. La renta total en manos de las familias asciende a 823.085 millones€. La renta anual bruta media, a 43.100€. Los pagos pendientes por la compra de la vivienda suponen el 27,6%. El valor total de la deuda ascienda a 589.878 millones.
Además, las otras propiedades inmobiliarias han estado ganando peso en el total de activos reales a costa de la vivienda principal desde 2000.
Menos deuda
El estudio del Banco de España confirma que el peso de los activos financieros en los totales aumenta con la riqueza. Desde 2014, el peso relativo de los saldos en cuentas bancarias utilizables para pagos ha aumentado notablemente a lo largo de toda la distribución de la riqueza. En cambio, las acciones cotizadas han ido perdiendo peso en la cartera de activos financieros de los hogares (del 18,6% en 2017 al 10% en 2022), a favor de las cuentas utilizables para pagos (del 12,6% al 25,2%).
La deuda supone un 9,3% del valor de los activos (2 puntos menos que en 2020), pero un 37,8% para las familias más pobres, aunque cae 7,4 puntos. El peso del crédito personal aumenta desde 2014. Desde 2017, la ratio del volumen de deuda sobre renta ha disminuido de forma acusada. También caen la carga de la deuda y el porcentaje de familias que destinan más del 40% de su renta bruta al pago de sus deudas. Este descenso es especialmente importante entre los hogares de rentas y riqueza más bajas.