Miguel Ángel Valero
La Reserva Federal de Estados Unidos no se sale del guión y, como esperaban los mercados, aplaza la bajada de tipos hasta septiembre. Como ya hizo el Banco Central Europeo (BCE). La decisión de la Fed se tomó “por unanimidad”, y los tipos de interés en EEUU siguen en el 5,25-5,5% (la tasa más alta en 23 años), porque la inflación continúa “algo elevada”, aunque "se han producido algunos avances hasta el objetivo del 2%". El FOMC "no cree que sea apropiado reducir el rango objetivo hasta que haya adquirido mayor confianza en que la inflación se está moviendo de forma sostenible” hacia esa meta.
Además, la Fed insiste en que hay que vigilar de cerca el mercado laboral. El aumento del empleo se ha “moderado” —ya no “se mantiene fuerte”— y el paro “ha subido, pero sigue siendo bajo”: 4,1%.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, resalta el control de la inflación, los datos del segundo trimestre "han reforzado nuestra confianza”. El IPC subió en junio al 3%, frente al 9% de un año antes. “Los próximos pasos dependerán de la evolución económica. El sentimiento del Comité se está aproximando al de una bajada de tipos. El recorte podría estar sobre la mesa en la reunión de septiembre”, apunta.
“Si la economía sigue mostrando solidez, los tipos se mantendrán en los niveles necesarios; si el mercado laboral da muestras de debilidad de forma inesperada, estamos listos para responder. Bajar los tipos demasiado tarde podría dañar de forma indebida la economía”, añade Powell, quizás sin darse cuenta de que ha 'comprado' el argumento de los demócratas para reclamar una relajación de la política monetaria en EEUU.
“Nos estamos acercando al punto” en el que una reducción de los tipos se justifique, pero “no estamos del todo en ese punto, sólo es cuestión de ver más datos buenos”, precisa.
Tras la decisión de la Fed y la comparecencia de su presidente, los mercados se dividen entre los que vaticinan en la reunión del 17 y 18 de septiembre el FOMC aprobará una bajada de un cuarto de punto (la mayoría de los analistas) y los que apuestan por medio punto (los menos), y entre los que pronostican un solo recorte en 2024, y los que piensan que habrá dos.
Que haya una o dos bajadas de tipos tiene consecuencias políticas. Los demócratas reclaman a la Fed más rapidez en los recortes, mientras los republicanos exigen que no tome medidas antes de las elecciones presidenciales de noviembre. Una bajada de tipos en septiembre puede ser interpretada como una ayuda de la Fed a Kamala Harris, mientras Donald Trump afirma públicamente que precisamente eso es “algo que sabe que no debería hacer”. Entre medias, el temor a que una victoria de Trump menoscabe la independencia de la Fed.
Reacciones de los analistas
"Después de mantener el precio del dinero sin cambios en niveles no vistos en más de dos décadas, el cambio de tono en la comparecencia de Powell lograba allanar el camino y convencer al mercado de que probablemente veamos el primer recorte de tipos después del verano. A diferencia de los discursos previos, la máxima autoridad ha señalado que el comité está atento a los riesgos asociados al mandato dual de la Fed –inflación y empleo–, mientras que, en ocasiones previas, el foco estaba únicamente en los precios. Más aún, Powell indicó que, si bien el nivel de desempleo continúa siendo bajo, la creación de empleo se había moderado.En línea con nuestro escenario base y las expectativas actuales del mercado, parece que tendremos que aguardar hasta el 18 de septiembre para ver la primera bajada de tipos. Con carácter previo a esa reunión, el encuentro de los banqueros centrales en Jackson Hole que tendrá lugar el 22 de agosto, podría brindarnos nuevas pistas por parte de la Fed", señalan en Banca March.
Christian Scherrmann, economista para EE.UU. de DWS, destaca que los miembros del FOMC reconocieron "algunos avances más" hacia su objetivo de inflación: "En contra de algunas expectativas del mercado, no se comprometieron definitivamente a un recorte inminente de los tipos, ya que siguen buscando mayores garantías de un descenso sostenido de las tasas de inflación. En un giro pesimista, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dio algunas pistas durante la conferencia de prensa sobre lo que puede esperarse en el futuro: si los datos entrantes evolucionan en la dirección correcta, una reducción de los tipos de interés podría estar sobre la mesa ya en septiembre, y más adelante, podrían ser posibles múltiples recortes. También reveló que se debatió un recorte de tipos para esta reunión, pero una gran mayoría de los participantes se mostró en contra. Con respecto a los mercados laborales, parece que la preocupación de los banqueros centrales va en aumento, pero la valoración predominante es que todavía se puede lograr un aterrizaje suave".
"En general, la dependencia de los datos volvió a ser el tema central de la reunión, pero hubo fuertes indicios de que la postura del FOMC está evolucionando. La continua desinflación observada en los tres últimos meses está ya a la par de los retrocesos experimentados en el primer trimestre del año y la tasa de desempleo se ha movido en los últimos meses. Dada la robustez actual de la actividad económica y el enfriamiento gradual de los mercados laborales, coincidimos en que no era necesario emitir en esta reunión ninguna orientación firme sobre un cambio en los tipos de interés oficiales. Esto adquiere mayor relevancia en la medida en que es posible que los banqueros centrales sigan queriendo evitar cualquier reacción significativa del mercado, como la del último trimestre de 2023, que podría ser contraproducente. Esto puede reflejarse en un presidente de la Fed que se esfuerza por equilibrar su mensaje, incluso en medio de algunos comentarios relativamente moderados. Basándonos en nuestras perspectivas, creemos que un primer recorte de tipos en septiembre sigue siendo una opción viable y esperamos con interés el simposio económico de Jackson Hole de agosto para confirmarlo", apunta.
George Curtis, gestor de TwentyFour AM (grupo Vontobel), cree que "lo más probable" es que el recorte de tipos en septiembre de la Fed coincida con el que apruebe el Banco Central Europeo: "el crecimiento en EE.UU. sigue siendo más fuerte que en la zona euro, pero se espera que se ralentice hacia un nivel más coherente con el crecimiento potencial. En última instancia, creemos que la tendencia general a largo plazo sigue siendo alentadora tanto para los bancos centrales como para los inversores"