Miguel Ángel Valero
La primera reunión de la Reserva Federal en el año y primera también de la nueva era Trump suscita una gran expectación. Tras tres bajadas consecutivas, incluida una 'jumbo' de -50 puntos básicos (pb), la Fed se tomará un respiro ante unos tipos oficiales que continúan siendo restrictivos desde el punto de vista de la mayoría del Comité, pero que están más cerca de la neutralidad. Los riesgos siguen siendo equilibrados, aunque comienza a ganar peso el lado inflacionista tras la llegada de Donald Trump al poder.
Sin embargo, en Banca March no esperan "grandes novedades a nivel de mensaje en esta reunión, si bien resultará interesante escudriñar las actas, cuando se publiquen en las próximas semanas, pues como cada año cambiarán los miembros rotativos con derecho a voto". En esta ocasión, Goolsbee (Chicago), Collins (Boston), Musalem (St. Louis) y Schmid (Kansas) reemplazarán a Barkin y Bostic (Atlanta), Daly (San Francisco) y Hammack (Dallas). "Los nuevos integrantes con derecho a voto tienen una visión menos equilibrada de la política económica y posiblemente generen más división en el proceso de toma de decisiones", apuntan.
Cristina Gavín, jefa de renta fija y gestora de fondos de Ibercaja Gestión, recuerda que "las actas que conocimos a principio de mes relativas a la reunión del pasado mes de diciembre anticipaban en gran medida lo que podemos esperar de cara a esta primera reunión del año". La mayor parte de los miembros del consejo coincidían en defender que tras la última bajada de 25 puntos básiccos (pb) realizada, era conveniente suavizar la senda de bajadas que se venía realizando hasta ahora.
"En este escenario el mercado da por hecho que no veremos ningún movimiento este próximo miércoles. Además, los datos de precios en EEUU, aunque sorprendían positivamente al situarse la inflación subyacente en el +0,2% (frente al +0,3% esperado), lo cierto es que dejan un sabor agridulce. Analizando los diferentes componentes, las presiones en servicios se mantienen. Si a esto unimos unos indicadores de actividad robustos, la Reserva Federal tiene argumentos para justificar esa 'pausa' en su proceso de relajación de tipos. De cara a lo que podemos esperar para 2025, coincidimos con el consenso de mercado, que espera dos bajadas de tipos a lo largo del año y que situaría el tipo de intervención para finales de año en el 4%. En cualquier caso, la actuación de la Fed va a venir muy marcada por los efectos que tanto a nivel de crecimiento como de empleo y sobre todo inflación tengan las medidas de la nueva administración Trump", añade.
Daniel Loughney, responsable de Renta Fija de Mediolaum International Funds (MIFL), cree que, dado que los participantes en el mercado esperan que la Fed mantenga los tipos hasta junio, cualquier reconocimiento de la reciente cifra baja del IP provocaría algún movimiento en las expectativas de recorte de tipos.
Ebury, la fintech global especializada en pagos internacionales e intercambio de divisas, tampoco espera cambios en los tipos de interés en EEUU, y considera que los responsables de la Fed tendrán que esperar a que haya más claridad sobre las perspectivas económicas antes de comprometerse a realizar recortes adicionales. “El FOMC ya ha dejado claro a los mercados que prevé un ritmo más gradual de reducciones de tipos en 2025, y dudamos mucho de que el presidente Powell se desvíe demasiado de esta postura durante su conferencia de prensa”, explican los analistas de la fintech. “En particular, esperamos que Powell elogie la reciente resistencia de la economía y el mercado laboral de EE. UU., al tiempo que señale los aranceles de Trump como un posible riesgo inflacionista. Si bien las primeras señales sugieren que estas restricciones comerciales podrían estar más abajo en la lista de prioridades del republicano, la incertidumbre sobre las políticas comerciales de Trump está por las nubes. Es por esta razón que la Fed tal vez sería negligente si se desviara de la senda de tipos que esbozó en diciembre, antes de comprender mejor las implicaciones económicas de Trump 2.0.”, opinan los analistas de Ebury.
Los mercados dan por hecho que la Fed mantendrá los tipos de interés en la reunión de esta semana y que el próximo recorte no se producirá hasta la cita del 18 de junio, pero estarán muy atentos al mensaje que transmita. Ronald Temple, estratega jefe de mercados de Lazard, espera que Jerome Powell “siga tratando de evitar cualquier apariencia de estar políticamente motivado en relación con la política monetaria, aunque es muy probable que se le pregunte acerca de los recientes pronunciamientos presidenciales sobre el nivel óptimo de los tipos de interés”. No cree que "la nueva administración estadounidense intente poner fin anticipadamente a su mandato como presidente de la Fed, pero sí espera que los mercados de bonos se vuelvan mucho más sensibles al riesgo de erosión de la independencia de la Fed en el periodo previo al final de la presidencia de Powell en mayo de 2026, dependiendo de quién sea nominado para ocupar el puesto de presidente de la Fed”.
Se publicarán otras dos referencias importantes en EEUU. En relación con la inflación general del gasto en consumo personal (PCE), la mayoría de los factores clave ya se conocen, por lo que es poco probable que se produzca una sorpresa, según Temple. Se espera que la inflación general del PCE aumente un 0,3%, y que la inflación lo haga en un 0,2%; que el crecimiento de la renta y el gasto personales suba hasta el 0,4% intermensual y el 0,5% intermensual, respectivamente, desde los incrementos del 0,3% y el 0,4% registrados en noviembre.
Por otro lado, las previsiones apuntan a que el PIB estadounidense del cuarto trimestre de 2024 haya crecido a una tasa anualizada del 2,6% en el trimestre, y a que se desacelere en 2025 hasta el 2,2% desde el 2,8% en 2024 y el 2,9% en 2023. “Aunque la estimación anticipada del PIB está sujeta a revisión, la cifra se seguirá de cerca en busca de signos de desaceleración a medida que se acumulen las pruebas del debilitamiento del mercado laboral y del aumento de las tensiones financieras para los hogares de renta baja y media”, comenta el estratega de Lazard.
Andbank destaca la ausencia de anuncios importantes sobre aranceles
Alex Fusté, economista jefe y director de inversiones del Grupo Andbank, y Marian Fernández, responsable de macro de Andbank España, tienen perspectivas positivas para 2025: evaluando las medidas de Trump y las tendencias del IPC: "el nuevo año comienza con una nota positiva, con unos datos económicos sólidos, unos beneficios empresariales alentadores y un cambio de enfoque que vuelve a centrarse en la inflación más que en el crecimiento. El recorte acumulado de 100 puntos básicos de los tipos de interés ha creado un entorno favorable. La economía sigue resistiendo aunque se enfría, pero persiste la incertidumbre en torno al ritmo de los recortes de tipos en 2025 y las posibles medidas políticas del presidente Donald Trump".
Entre los factores alcistas. la ausencia de anuncios importantes en materia de aranceles: "Seguimos en esa senda favorable y constructiva de evitar una oleada de aranceles masivos desde el primer día. La estrategia adoptada sigue alineándose con el enfoque de 'negociar primero, imponer aranceles después', un enfoque que, desde una perspectiva analítica, es significativamente más favorable que la alternativa de 'imponer aranceles primero y negociar después'".
La estrategia arancelaria está intrínsecamente ligada a la promesa de reducciones del impuesto de sociedades para las empresas estadounidenses, ya que ambas medidas son inseparables. Cualquier iniciativa legislativa que afecte al presupuesto (como las reducciones del impuesto de sociedades) debe cumplir un proceso del Senado conocido como «proceso de reconciliación». Éste se atiene a la llamada Regla Byrd, que estipula que el Senado no aprobará ninguna iniciativa con impacto presupuestario a largo plazo. Dada la capacidad de las empresas para trasladar su domicilio fiscal con relativa rapidez, un anuncio de reducciones del impuesto de sociedades con una vigencia prolongada -como diez años- debe ir necesariamente acompañado de medidas compensatorias contundentes. En este contexto, surge una clara paradoja: la aplicación de aranceles se convertiría ahora en un mecanismo indispensable para garantizar una política de reducción del impuesto de sociedades.
"Las políticas del nuevo presidente presentan tanto oportunidades como incertidumbres. Su agenda a favor del crecimiento, que incluye recortes fiscales, desregulación e inversión en infraestructuras, pretende impulsar el crecimiento económico y la competitividad global de Estados Unidos. Los aranceles también podrían aumentar los costes para las empresas que dependen de las importaciones, lo que alimentaría la inflación y podría llevar a la Reserva Federal a subir los tipos de interés. Además, las medidas de represalia de los socios comerciales podrían perturbar las cadenas de suministro mundiales y crear incertidumbre económica. Los riesgos ligados a las tensiones comerciales y a la inflación exigen una gestión prudente", subrayan los expertos de Andbank.
El crecimiento trimestral de EE.UU. se mantiene estable en el 3%, demostrando resistencia a pesar de una tendencia al enfriamiento. Las previsiones apuntan a una ligera ralentización hasta el 2% en 2025, lo que podría allanar el camino para mantener la flexibilidad monetaria.
El IPC general subió como se esperaba hasta el 2,9%, pero el subyacente experimentó un descenso favorable en las mediciones mensuales e interanuales hasta el 3,2%, con una disminución de los costes de alojamiento y una estabilización de las contribuciones de los bienes y la energía.
Tras un recorte de tipos del 1% en 2024, el tipo de los fondos federales se sitúa ahora en el 4,5%. Los mercados prevén uno o dos recortes más en 2025, aunque las tendencias recientes de la inflación sugieren que el próximo ajuste podría producirse a mediados de año. El balance de la Reserva Federal ya se ha situado por debajo de los 7 billones$.
En un entorno económico más flexible, se espera que el crecimiento del beneficio por acción del S&P 500 supere el 270, lo que reflejaría un crecimiento de los beneficios superior al 10% en 2025, apoyado por unos tipos de interés más bajos. Es probable que la tecnología siga siendo líder, pero se espera que otros sectores contribuyan positivamente, como se vio en 2024. Las pequeñas capitalizaciones deberían seguir registrando buenos resultados, siempre que persista el descenso gradual de los tipos de interés.
Entre los factores bajistas en los precios de las acciones, las valoraciones. Tras una expansión en 2024, se espera que los múltiplos PER se estabilicen en 2025. Es posible que continúe el crecimiento de los beneficios, pero las subidas de precios serán probablemente más contenidas, manteniéndose los actuales niveles de valoración relativamente altos.
En renta fija, el rendimiento del Tesoro estadounidense a 10 años comenzó el año en el 4,57%. "Recomendamos cautela, con un nivel de tipos objetivo del 4,75% que proporcione margen suficiente para aumentar la duración de la renta fija". En crédito, los diferenciales objetivo siguen siendo exigentes, con Investment Grade (IG) a 75 pb y High Yield (HY)a 450 pb. Los niveles actuales son ajustados, de 50 puntos básicos (IG) y 300 puntos básicos (HY), lo que justifica una mayor cautela frente a una posible ampliación.