Miguel Ángel Valero
Cristina Gavín, jefa de Renta Fija y gestora de fondos de Ibercaja Gestión, destaca que la Reserva Federal tiene que mover ficha en plena resaca de elecciones presidenciales en EEUU. "A lo largo del último mes, el mercado ha ido reduciendo progresivamente la cuantía de la bajada esperada para este mes de noviembre. Las dudas sobre la futura política fiscal expansiva del país en cuanto a cuantía o intensidad ha sido uno de los principales catalizadores para este cambio de previsiones", señala.
Adicionalmente a esto, los datos que se han conocido a lo largo del mes en materia de crecimiento y empleo dan argumentos adicionales a la Fed para “suavizar” el ritmo de bajadas. Entre ellos, un PIB que en su último dato trimestral avanzaba un 0,7% con una buena evolución del gasto y la renta de hogares. En lo que al empleo se refiere, aunque es cierto que el dato de octubre ha sorprendido a la baja, no hay que olvidar que se trata de un dato contaminado por efectos transitorios (huracanes, huelgas, etc.). A pesar de todo ello, el mercado laboral se está mostrando resistente,
"En este entorno, y con todos estos factores en mente, apostamos por una bajada de 25 pb por parte de la Reserva Federal que dejaría el tipo de intervención en el rango 4.50%-4.75%. Habrá que esperar a diciembre para ver una posible nueva bajada de 50 pb, aunque siempre que la coyuntura lo permita y las presiones inflacionistas sigan cediendo. La Fed, al igual que el BCE, está optando por tomar sus decisiones reunión a reunión, en función de los datos, sin comprometerse a priori a ningún movimiento", subraya.
Los analistas de Banca March llaman la atención sobre una reunión que es "un evento atípico dado que, a excepción de una única ocasión en 1984, la Fed jamás ha movido tipos en los 90 días previos y posteriores a unos comicios presidenciales". "Pensamos que las buenas cifras de crecimiento que conocimos la semana pasada se complementan con una inflación que, poco a poco, comienza a adentrarse en la zona de confort de los bancos centrales, lo que permitirá a Powell mover sus fichas con mayor holgura", añaden.
En Lombard Odier también esperan que la Reserva Federal realice un recorte de 25 puntos básicos en los tipos de interés el 7 de noviembre. Sin embargo, dada la perspectiva a largo plazo, creen que la Fed "mantendrá tipos restrictivos, y que su ciclo de recortes concluirá en el primer trimestre de 2025 en torno al 4%. Esto representa un enfoque más cauteloso en los recortes, en comparación con nuestras expectativas antes de la elección, ya que el banco central probablemente responderá al riesgo renovado de inflación".
El analista independiente Franco Machiavelli considera que las dudas, cuestiones o retos a los que deberá enfrentarse el mercado, y sobre todo Powell el 7 de noviembre, es "a los crecientes riesgos inflacionarios que el mercado está cotizando por el lado de los bonos". "Hemos visto subidas en los rendimientos de casi todas las notas, justo en medio de una temporada de recorte de tipos, con otro recorte de 25pb previsto en las próximas 48 horas. Esta situación, algo anómala o contraintuitiva, junto a la subida del dólar, no hace más que reflejar el miedo subyacente del mercado a más presiones inflacionistas que acaben forzando a la Reserva Federal a subir tipos de interés, no en el corto plazo, pero quizá a medio plazo", avisa.
Por otro lado, Powell deberá enfrentar una dura comparecencia ante los medios de comunicación a partir de ahora, con el enfoque de bajada de tipos ya asumido, y el nuevo enfoque: que las políticas de Donald Trump generen cierto nivel de inflación que pueda preocupar a la Fed y a los mercados.
DWS, por su parte, cree que, con datos recientes que apuntan a una economía más fuerte, pero no necesariamente más “caliente”, es probable que la Reserva Federal mantenga el rumbo hacia otro recorte de 25 puntos básicos en la próxima reunión . Pero sigue habiendo incertidumbres. En particular, mantenemos la cautela sobre las perspectivas de inflación. Dado que la debilidad del mercado laboral parece ser más un producto de la calidad de los datos y de la volatilidad, las presiones inflacionistas -aunque en retroceso- parecen seguir siendo un factor significativo.
"También creemos que la demanda sigue siendo sensible a las expectativas de tipos de interés más bajos. Es probable que la reciente trayectoria del consumo así lo refleje. Por ejemplo, los bienes duraderos, más sensibles a los tipos de interés, han vuelto con fuerza y la confianza de los consumidores parece haber mejorado, ante la perspectiva de unos tipos de interés más bajos", apuntan.
Las perspectivas de la política fiscal o comercial son un factor importante en las decisiones de política monetaria. En un momento en que la Reserva Federal intenta ganar la batalla contra la inflación, estimular la demanda podría ser contraproducente.
Con todas estas incertidumbres, los miembros del FOMC todavía tienen que “volar” con la vista puesta en la economía, y "esperamos que la dependencia de los datos vuelva a ser el mensaje central de la conferencia de prensa, probablemente con un toque ligeramente hawkish". Pero con los actuales tipos de interés oficiales, aún muy por encima de lo que puede considerarse neutral, la Fed tiene sin duda cierto margen de maniobra cuando se reúna en noviembre y diciembre. Para la reunión de diciembre, "pensamos que será más difícil saber si veremos otro recorte o si la Fed hace una pausa en la normalización de la política monetaria. Para entonces, al menos, deberíamos tener una idea más clara de lo que cabe esperar de los legisladores", matiza.
Ronald Temple, estratega jefe de mercados de Lazard, apuesta por un recorte de tipos de otros 25 puntos básicos: “No creo que la Fed pueda ajustar sus planes de tipos debido a las elecciones. Más bien, esperaría que la Fed sólo cambiara su trayectoria de tipos si se impusieran aranceles y pareciera probable que aumentaran las tasas de inflación”.