Miguel Ángel Valero
El Banco Central Europeo (BCE) ha comenzado a recortar los tipos de interés, a pesar de la persistencia de los datos de la inflación en todo el mundo. Esta decisión lleva a la siguiente cuestión: ¿Tienen sentido los recortes de tipos cuando la inflación, aunque disminuye, sigue siendo persistente?
Capital Group ha elaborado un gráfico que refleja cómo las perspectivas de inflación marcarán la evolución de la economía y, finalmente, de los tipos de interés en todas las regiones del mundo.
La Fed, por ejemplo, ha logrado avances significativos, ya que ha conseguido reducir los aumentos de los precios al consumo desde el 9,1% que registraban en junio de 2022 hasta una horquilla de entre el 3% y el 4% en los últimos meses. Sin embargo, este porcentaje es aún muy superior al objetivo del 2% fijado por la Reserva Federal, lo que cuestiona la posibilidad de que el banco central decida recortar los tipos de interés este mismo año.
A juzgar por las declaraciones realizadas por la institución, ésta parece inclinarse por los recortes. El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha identificado dos posibles vías para recortar los tipos de interés: una debilidad inesperada del mercado laboral o una evolución sostenible de la inflación hacia el objetivo del 2%. Tal y como suele señalar, la política de la Reserva Federal sigue dependiendo de los datos.
En el resto del mundo, las expectativas de crecimiento e inflación son más débiles que en Estados Unidos, y se espera que los bancos centrales comiencen a recortar los tipos de interés a un ritmo más rápido.
El crecimiento de la economía europea es inferior al 1%.
La economía china, afectada por la fuerte caída del mercado inmobiliario, muestra también indicios de debilidad a medida que la segunda mayor economía del mundo va alcanzando la madurez tras casi treinta años de crecimiento ininterrumpido.