Miguel Ángel Valero
A escasos días para la llegada del año 2025, España se enfrenta a un panorama marcado tanto por importantes retos como por una ventana de oportunidad que invita al optimismo, subraya un análisis de Infojobs. El año 2024 cierra como un año en el que la incertidumbre política ha sido protagonista; sin embargo, los resultados económicos han sido mejores de lo esperado y, según las previsiones de los principales organismos internacionales, parece que continuará así a lo largo del 2025. En este sentido, el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica un crecimiento del 2,9% para 2024 y del 2,1% para 2025; mientras que el Banco de España, en sus proyecciones del tercer trimestre, sitúa el PIB en el 2,8% y el 2,2%, respectivamente. La OCDE, en sus Perspectivas Económicas de diciembre, también ha mejorado sus estimaciones y sube al 3% su previsión del crecimiento del PIB español para 2024.
Dentro del ámbito laboral, la Comisión Europea, que también ha revisado al alza el crecimiento (hasta el 3% para este año), atribuye este dinamismo a la resistencia del mercado de trabajo y al ritmo sostenido de creación de empleo a lo largo de 2024.
Pese a ello, los desafíos persisten. Uno de los más evidentes es la paradoja del mercado laboral español: un mercado dinámico y abierto a la contratación que, no obstante, enfrenta dificultades para encontrar talento especializado y capacitado. Es cierto que se han alcanzado cifras récord de actividad –24.577.100 personas activas y 21.823.000 ocupadas, según la última EPA del tercer trimestre–; pero también es verdad que España cuenta con la tasa de paro más elevada de la Unión Europea (11,2%), según los datos de Eurostat. Bruselas advierte que España continuará liderando la tasa de desempleo en la región, siendo el único estado con cifras superiores al 10%, al menos hasta 2026. Todo ello se agrava con la ralentización en la creación de empleo, así como con otras casuísticas como la escasez de mano de obra en sectores clave, el envejecimiento de la población en ciertos sectores y los retos relacionados con el relevo generacional.
"España ha conseguido un crecimiento económico positivo en los últimos años, pero es justamente ese dinamismo el que ha provocado desequilibrios importantes en el mercado laboral. Hacemos referencia a que, pese a las buenas cifras registradas, existen altas tasas de desempleo y, a la vez, se da la situación de que existen dificultades para cubrir ciertos puestos de trabajo en sectores estratégicos. Esto deja entrever la necesidad de dar pasos hacia adelante en aspectos como la formación o las políticas activas en materia de empleo”, afirma Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs.
Los mayores cobran relevancia ante la ausencia de entrada de jóvenes
En España (y en la mayor parte de los países occidentales) , la natalidad está en declive, lo que contribuye a una pirámide demográfica invertida. Esto afecta directamente a la demografía del país e indirectamente al mercado de trabajo. Los datos del Instituto Nacional de Estadística avalan una caída de los nacimientos en 2023, con un total de 320.656 (la cifra más baja desde 1941, cuando el organismo comenzó la contabilización). Esto implica una bajada del 2,6% en un año y del 24,7% en la última década. De manera que este descenso eventual en el número de nacimientos también está provocando que cada vez haya menos población joven que se incorpore al mercado de trabajo y, por el contrario, los mayores cobran más relevancia. Conforme con el INE, el porcentaje de población de más de 65 años supone el 20,4% del total y se prevé que alcanzará un máximo del 30,5% en torno al año 2055.
Por su parte, y de mantenerse las tendencias actuales, la tasa de dependencia (cociente entre la población menor de 16 años o mayor de 64 y la población de 16 a 64 años) también se espera que alcance su máximo histórico en 2052 (75,3%) e iría descendiendo progresivamente a partir de entonces hasta el 73,9% en 2074.
Más allá del impacto en el sistema de pensiones, que aumentarán un 2,8% en 2025 según el INE, el envejecimiento poblacional afecta a sectores como sanidad, educación e industria manufacturera, donde crece la necesidad de perfiles cualificados, pero disminuyen los candidatos disponibles para cubrir dicha oferta laboral. En el sector sanitario, han aumentado las vacantes para perfiles con al menos 4 años de experiencia en un 10% (periodo de enero a noviembre de 2024 vs. 2023). Además, llama la atención que los perfiles entre 25 y 34 años están disminuyendo en el mismo periodo. La jubilación masiva impacta especialmente en puestos que requieren experiencia y conocimiento técnico. Además, la preferencia de las nuevas generaciones por vivir en grandes ciudades agrava la falta de profesionales en sectores rurales como agricultura y ganadería.
Justamente estos perfiles mencionados, que requieren una alta especialización y una formación específica, son los que presentan mayores desafíos en el traspaso de relevo generacional, uno de los términos que ya ha comenzado a cobrar relevancia. Según el SEPE, el porcentaje de afiliados mayores de 60 años es del 12,10%. Esto muestra la necesidad de adaptar estrategias que permitan un traspaso de conocimiento efectivo y una transición laboral que asegure el equilibrio.
En el mercado laboral actual conviven generaciones con diferentes contextos sociales, educativos y laborales, lo que acentúa las discrepancias debido a la digitalización, competencias y percepciones del empleo. Los principales retos incluyen la resistencia al cambio, la pérdida de conocimiento tácito y las diferencias culturales, que pueden generar conflictos. No gestionar adecuadamente el relevo generacional puede conllevar brechas de habilidades, desmotivación, riesgos financieros y pérdida de continuidad en la cultura organizacional. Además, la falta de perfiles jóvenes limita la innovación, mientras que el retraso en la jubilación demanda la actualización de competencias para evitar el desgaste, reducir impactos en la salud y el rendimiento laboral, y para mantener la competitividad y la empleabilidad de determinados perfiles.
Los sectores de pleno empleo para 2025: el tecnológico, en primer lugar
La digitalización continúa avanzando a un gran ritmo y es transversal a todos los sectores productivos, y la automatización ya está moldeando y transformando el empleo, de modo que los profesionales vinculados a la informática y las telecomunicaciones van a ser fundamentales en este proceso de cambio. Aquí, además, cabe destacar la inteligencia artificial, que está en pleno auge. Según el II Informe sobre Inteligencia Artificial de InfoJobs, 1 de cada 3 empleados ya la utiliza en su día a día. Por su lado, el análisis del Fondo Monetario Internacional concluye que casi un 40% del empleo mundial está expuesto a la inteligencia artificial; mientras que, en economías avanzadas, este porcentaje puede alcanzar el 60%. En la misma línea se encuentran las conclusiones del Informe Empleos y Sectores Emergentes 2024 de DigitalES, que destaca el crecimiento de algunos puestos de trabajo relacionados con la IA. Es el caso de ingeniero/a de machine learning, cuya publicación de ofertas en España, desde 2019, ha aumentado un 625% (un 16% desde 2022); o el de ingeniero/a en inteligencia artificial, que crece un 83% en un año, y un 577% comparado con 2019.
Dentro del sector tecnológico, la ciberseguridad vive un auge en materia de empleo y requiere de perfiles especializados. Según datos de JMI, entre las posiciones más demandadas por las empresas entre enero y octubre de 2024 aparecen analista (las ofertas laborales para este tipo de perfil han crecido un 48% respecto al mismo periodo del año anterior), ingenieros/as, técnicos/as y especialistas en ciberseguridad. También continúan al alza perfiles emergentes específicos –que, sin duda, van a ser muy solicitados en los próximos años– como consultores/as o docentes de ciberseguridad, que en ambos casos multiplican sus cifras en comparación con 2023.
Otro de los sectores que gana relevancia: el empleo verde. Datos extraídos del informe Future of Jobs, elaborado por el World Economic Forum, estiman que la transición energética podría crear 30 millones de empleos en energía renovable, eficiencia y tecnologías bajas en emisiones para 2030. Adicionalmente, predice que las renovables tendrán un impacto de 9 millones de nuevos empleos creados cada año.
Llama la atención también el caso de sanidad y salud. El envejecimiento de la población hace esperar que este es uno de los sectores que más profesionales demandará para 2025. Por lo tanto, perfiles como médicos/as, enfermeros/as o especialistas de cualquier índole sanitaria serán muy necesarios.
FP Dual para resolver la desconexión entre la Universidad y la demanda laboral
Con el crecimiento del PIB del tercer trimestre de 2024 –un 3,4%, según datos del INE, cuatro décimas por encima de las previsiones iniciales–, se evidencia una discordancia entre la economía, el tejido productivo y la fuerza laboral. Los datos del Estado del mercado laboral en España, publicado por InfoJobs junto a Esade, reflejan justamente esta desconexión: mientras que el 32% de los candidatos que se inscriben en ofertas tiene estudios universitarios, solo el 12% de las vacantes requiere este nivel educativo. En el caso de la FP, esta diferencia prácticamente desaparece.
Para reducir la brecha entre la demanda real de competencias en sectores clave y las habilidades de los trabajadores, así como para abordar el desempleo juvenil –que, según el SEPE, se incrementó en 8.361 personas en octubre y, según el INE, la tasa de paro juvenil es del 26,9% al cierre del tercer trimestre–, es esencial apostar por la FP Dual, insisten en Infojobs. Pero más de la mitad de las empresas desconoce todavía este nuevo sistema, según el Informe sobre la Formación Profesional Dual.
Aquí, también gana protagonismo términos como el reskilling. Al igual que los más jóvenes, los sénior cuentan con una de las tasas más elevadas de paro (9,97%, según los datos de la última EPA). En un entorno cada vez más digitalizado, es primordial actualizar las competencias de los trabajadores para que se ajusten a las demandas actuales de las empresas.
Algunas de las demandas laborales por sectores para 2025 también se ligan a la formación específica, la alta rotación o las condiciones laborales poco atractivas. Siempre existen algunas profesiones que necesitan de una formación más específica, por esa brecha detectada anteriormente. Esto se hace latente en perfiles como soldadores/as, entre otros. Por otro lado, existen ciertos sectores y perfiles que por su alta rotación siempre tienen una alta demanda, como teleoperadores/as o mozos/as de almacén. Para terminar, aparecen otros en los que las condiciones laborales que se brindan son poco atractivas para los candidatos, como es el caso del sector de turismo y restauración (y, más concretamente, el perfil de camarero/a).
Randstad: los puestos tecnológicos crecen el 16%
Por otra parte, la ocupación de puestos tecnológicos aumenta año tras año. En el tercer trimestre de 2024, ya son 411.000 las personas que se dedican a ello en España, un 16% más que hace 12 meses. Así lo acredita el informe Mercado de trabajo en la ocupación de Programador, elaborado por Randstad Research.
El aumento ha estado impulsado por los programadores informáticos, cuyo número se incrementó un 27,2%, hasta los 202.927 ocupados; mientras que los analistas y diseñadores de software y multimedia aumentaron un 7,5%, hasta los 207.907 empleos. En total, el 2% de los trabajadores españoles se dedica a la programación.
Se trata de puestos copados por profesionales jóvenes. El 67% del empleo se concentra en los grupos de edad de 25 a 44 años, alcanzando el 70% en el caso de los Programadores informáticos, donde además el grupo de 16 a 24 años representa el 10% de los ocupados. Los mayores de 45 años apenas suponen el 32% del mercado en analistas y diseñadores de software y multimedia y son un 20% en el segmento de programadores informáticos.
“Al contrario que otros muchos sectores, el de programador es un oficio joven, con mucho crecimiento por delante, bajas tasas de paro y muy poca temporalidad”, apunta Mar Vilaseca, sales manager de Randstad Digital.
El sector es mayoritariamente masculino: sólo el 17% de los trabajadores son del género femenino, unos treinta puntos por debajo de la media respecto a la economía en general.
La ocupación de programador presenta altos niveles de profesionalización, especialmente en el segmento de analistas y diseñadores de software y multimedia, donde el 94% de los ocupados tiene estudios universitarios. En los programadores informáticos, este porcentaje se reduce al 58%.
El empleo en la ocupación de programadores está ampliamente concentrado en el segmento de Programación, consultoría y otras actividades relacionadas con la informática; que con 274.749 empleados representa el 66,9% de la ocupación del sector. El resto está repartido en otros empleos, que suman pequeños porcentajes.
De los 374.484 programadores asalariados en el tercer trimestre de 2024, 355.772 trabajaron con un contrato indefinido, lo que supone el 95% de los empleados, 11 puntos más que la media española.
La ocupación presenta una gran concentración geográfica en cuatro comunidades autónomas, que juntas representan el 72,1% de los ocupados. En primer lugar, Madrid concentra el 25,9% de los Programadores, seguida de Catalunya con el 24,1%, Andalucía con el 13% y Comunidad Valenciana con el 9,1%.
Madrid lidera la clasificación en el segmento de los analistas y diseñadores de software y multimedia, con el 35,7% de los afiliados; a continuación se encuentra Catalunya, con el 20,5%, y Andalucía, con el 14,4%.
Mientras, en el campo de los programadores informáticos es Catalunya quien reina, con 27.350 empleados, el 27,7% del total nacional. Tras ella está Madrid, con el 15,8%; Andalucía, con el 14,4%, y Comunidad Valenciana, con el 10,9%.
El sector biotecnológico pide ajustar la formación académica a las necesidades empresariales
AseBio ha presentado el estudio “Perfiles profesionales en el sector biotech”, elaborado junto con la Plataforma de Mercados Biotecnológicos. Destaca la mayor participación de investigadores entre sus empleados y la gran presencia de la mujer en actividades de I+D. Los rápidos avances científicos y tecnológicos que están transformando radicalmente nuestra sociedad, con la biotecnología como uno de los campos más revolucionarios, plantean importantes desafíos: el sector biotecnológico requiere nuevos perfiles multidisciplinares , con determinados conocimientos y competencias, para adaptarse a un entorno científico innovador en constante evolución.
“En el sector biotecnológico en España, resulta crucial abordar la discrepancia existente entre la formación disponible y las competencias que demandan las empresas. Reducir esta brecha y anticiparse a las necesidades futuras es fundamental para el crecimiento sostenido del sector. Comprender los perfiles más solicitados y las habilidades requeridas permite diseñar estrategias adaptativas frente a las transformaciones del mercado”, señala Tomás Alarcón, coordinador del Grupo de Trabajo de Talento y Diversidad de AseBio y director de RRHH de 3PBiovian.
“Un análisis exhaustivo de esta brecha, que contemple tanto habilidades técnicas como competencias blandas, es esencial para impulsar el desarrollo profesional en las organizaciones. En este sentido, el estudio liderado por AseBio ha proporcionado una base sólida para futuros análisis y enfoques innovadores”, insiste.
“Para afrontar los retos del sector, las empresas deben priorizar el fortalecimiento de competencias técnicas y habilidades blandas mediante estrategias de upskilling y reskilling. La personalización del aprendizaje y el uso de tecnologías educativas avanzadas, como las plataformas de aprendizaje adaptativo, la inteligencia artificial o el empleo de metodologías de aprendizaje activo constituyen herramientas clave para cerrar la brecha de competencias de manera eficiente, promoviendo el desarrollo integral de los profesionales y el crecimiento organizacional”, añade.
El estudio revela que el Grado en Biotecnología, uno de los estudios con mayores notas de corte en 2023, se imparte actualmente en 24 universidades públicas y nueve privadas. Y existen dos títulos de FP Superior relacionadas con la industria biotecnológica: Técnico Superior en Fabricación de Productos Farmacéuticos, Biotecnológicos y Afines (ofertado en 25 centros en ocho comunidades autónomas), y Técnico Superior en Laboratorio de Análisis y Control de Calidad (disponible en 84 centros de 17 comunidades autónomas).
Si hablamos de los conocimientos y habilidades técnicas que los estudiantes adquieren a través de las dos modalidades formativas referidas, estas difieren. Los graduados en Biotecnología adquieren competencias y habilidades generales, específicas y transversales que serán fundamentales para su futuro profesional. En cuanto a los conocimientos adquiridos durante la etapa universitaria sobre la industria biotecnológica, la asignatura más relevante es “Economía y gestión de la empresa biotecnológica”.
Una conclusión llamativa del estudio es que los docentes consideran que sería beneficioso incluir más asignaturas sobre la industria biotecnológica impartidas por profesionales del sector. En relación con las competencias obtenidas en los grados formativos, en el CFGS en Fabricación de Productos Farmacéuticos, Biotecnológicos y Afines, los alumnos adquieren la capacidad de organizar y gestionar operaciones de fabricación, acondicionamiento y almacenamiento de productos farmacéuticos y biotecnológicos, según la planificación de la producción y las guías de fabricación.
Por otra parte, en el CFGS en Laboratorio de Análisis y de Control de Calidad, los estudiantes son formados para organizar y coordinar actividades de laboratorio y planes de muestreo, realizando ensayos y análisis de materias y productos en proceso y acabados. Casi el 90% de las empresas contratan perfiles que tengan el grado universitario El estudio muestra que casi el 90% de las empresas contratan perfiles que tengan el grado universitario. Sin embargo, más del 70% de las compañías requieren además que los candidatos hayan cursado un máster.
En los puestos para los que se requiere una mayor especialización, el 75% también busca incorporar doctores. En el caso de la Formación Profesional, sólo el 19% de las empresas buscan perfiles con FP de Grado Medio. Se trata de empresas en su mayoría de gran tamaño y con capacidad de producción. En el caso de los perfiles con FP de Grado Superior, el 56% requieren perfiles con este nivel de estudios. Además, son demandados por empresas de todos los tamaños, de las que alrededor del 70% tienen capacidad de producción.
El análisis realizado sobre los perfiles profesionales más demandados y los requisitos que solicitan las empresas pone de manifiesto un gran consenso, independientemente del tamaño de la empresa y del área de actividad. De este modo, Biotecnología (82,69%), Biología (71,15%), Bioquímica (50%), Farmacia (44,23%) y Bioinformática (36,54%), son las titulaciones más demandadas por las empresas. El 38,46% de las empresas han necesitado incorporar personal del área administrativa y financiera en los últimos tres años, debido a las características únicas y a los desafíos específicos de la industria biotecnológica. Además, el 42,31% de las compañías han requerido perfiles especializados en bioinformática en los últimos años como consecuencia de la creciente disponibilidad de datos biológicos y la necesidad de analizarlos de forma eficiente.
El análisis realizado pone de relieve las dificultades de las empresas a la hora de encontrar perfiles con conocimientos específicos como son la biología computacional, la bioestadística o la ingeniería de proteínas. Además, en el caso de la inteligencia artificial, la demanda supera a la oferta y las compañías pequeñas no pueden satisfacer las expectativas salariales. Esto incrementa la dificultad para captar estos perfiles.
El estudio ha detectado una significativa falta de profesionales con experiencia en la selección y uso de programas de software específicos para biotecnología. Si bien en el mercado existen perfiles competentes en la búsqueda de bases de datos clínicos y genéticos, es difícil encontrar expertos capaces de generar e implementar herramientas de modelado molecular y en el análisis de biomarcadores o nuevas dianas terapéuticas.
La demanda laboral en posiciones como marketing y desarrollo de negocio ha crecido significativamente en los últimos años como consecuencia de la necesidad de diferenciación en un entorno altamente competitivo. El 78,43% de las empresas han necesitado cubrir este tipo de puestos.
Además, el 90% de las empresas han requerido puestos del área científica o I+D, regulatoria, técnico de laboratorio o para monitorizar ensayos clínicos. Sin embargo, esas compañías destacan la escasez de profesionales con experiencia en genética, ingeniería genética e inmunología. Además, destacan la escasez de profesionales con conocimientos en legislación y regulación.
Para los puestos de producción las empresas destacan la falta de candidatos con conocimientos en normativas específicas del ámbito biotecnológico con GMP, GLP, etc. Avanzando en las conclusiones del estudio vemos que Desarrollo de negocio, Área científica o I+D y Comercial copan los primeros puestos de las ocupaciones más solicitadas por las empresas biotecnológicas.
El estudio ha elaborado una clasificación de los conocimientos técnicos más demandados por las compañías biotecnológicas en los candidatos (además de poseer conocimientos de biotecnología). Este ranking está liderado, en los últimos tres años, por los conocimientos avanzados sobre la industria biotecnológica; los conocimientos en normativas, regulación y legislación en biotecnología; y los conocimientos en marketing en el sector biotecnológico o relacionado (alimentario o sanitario, por ejemplo). En esta línea, si ponemos el foco en los próximos tres años, vemos que la demanda de estos conocimientos en las empresas biotecnológicas se mantiene, a excepción de los conocimientos sobre normativas, regulación y legislación, que se ven sustituidos por una creciente demanda de profesionales con conocimientos en bioinformática, especialmente aquellos con experiencia programación e inteligencia artificial.
Además de los conocimientos y habilidades esenciales para el puesto, la industria biotecnológica busca candidatos que cumplan requisitos adicionales como el manejo de idiomas y competencias digitales. En este sentido, cabe destacar que la actitud proactiva (90%), la capacidad de trabajo en equipo (80%) y la capacidad de organización (67%), conocidas como “habilidades blandas”, son aspectos muy valorados a la hora de seleccionar profesionales.
La colaboración entre universidades y empresas biotecnológicas es fundamental para responder a las necesidades de la industria. Los profesores universitarios suelen dedicarse a la investigación en el ámbito académico, lo que limita su perspectiva del ámbito empresarial. Sin embargo, los profesionales de las empresas se enfrentan a retos de carácter más práctico y pueden contribuir con esa visión. Partiendo de este contexto, las conclusiones del estudio señalan que las formas más frecuentes de colaboración entre la academia y la industria son la creación de spinn-off, los doctorados industriales, la colaboración entre empresas y grupos de investigación universitarios para fomentar la transferencia de conocimiento; consultas de las universidades y centros de formación con las empresas para adecuar el diseño y adaptación de los planes formativos; y las prácticas externas en empresas. En el caso de FP destaca la figura del prospector: persona asociada al departamento de educación que se encarga de visitar las empresas para que acepten la formación en la modalidad de FP Dual.
En base al análisis realizado una de las principales conclusiones que ofrece el estudio es que tanto las universidades como las empresas señalan que la falta de prioridad en fomentar el contacto empresa-universidad se debe a que el impacto no se ve a corto plazo. Las empresas biotecnológicas reconocen que los recién graduados poseen una buena formación técnica en materias específicas de su especialidad y que los planes de estudios son completos en cuanto a conocimientos técnicos. Pese a ello, consideran que los estudiantes no están completamente preparados para incorporarse a su plantilla tras finalizar los estudios de grado. Entre los motivos principales que destacan aparecen que las compañías requieren conocimientos y técnicas más específicas; la falta por parte de los graduados de la experiencia técnica necesaria para trabajar de manera autónoma, así como su falta de conocimiento sobre el funcionamiento de la industria biotecnológica; o el cambio en las aspiraciones de los estudiantes en comparación con hace 10-15 años.
El estudio detecta un desajuste entre la formación académica y las necesidades empresariales, así como dificultades a la hora de encontrar perfiles especializados. Hay que señalar que las empresas valoran altamente las denominadas como “habilidades blandas”, así como el creciente interés de las compañías por los perfiles provenientes de la Formación Dual. También pone de relieve la insuficiente colaboración entre academia e industria en materia de formación. En base a esto se recomienda una revisión y actualización de los planes de estudio, así como el fomento de las “habilidades blandas” por parte de las instituciones educativas. Es conveniente además fortalecer la colaboración entre la academia y la industria, ampliar los programas de FP Dual, establecer incentivos para la atracción del talento especializado, y el desarrollo de competencias específicas para reducir el desajuste entre la oferta académica y las necesidades del mercado laboral en el sector biotecnológico. Todo, con el objetivo de mejorar la empleabilidad de los graduados y fortalecer la competitividad de las empresas biotecnológicas en España.