Miguel Ángel Valero
La Reserva Federal ha vuelto a hacer buenos los augurios de los analistas y ha bajado los tipos un cuarto de punto, hasta la horquilla entre el 4.5% y 4.75%. La victoria de Trump no ha variado la política monetaria ni los planes de la Fed. La decisión se ha tomado por unanimidad.
"Los indicadores recientes sugieren que la actividad económica ha seguido expandiéndose a un ritmo sólido. Desde principios de año, las condiciones del mercado laboral en general han mejorado y la tasa de desempleo ha aumentado, pero sigue siendo baja. La inflación ha avanzado hacia el objetivo del 2% del comité, pero sigue siendo algo elevada", argumenta el FOMC,
"El Comité estará preparado para ajustar la orientación de la política monetaria según corresponda si surgen riesgos que puedan impedir el logro de los objetivos", para lo que tendrá en cuenta "una amplia gama de información, incluidas las lecturas sobre las condiciones del mercado laboral, las presiones inflacionarias y las expectativas inflacionarias, y los acontecimientos financieros e internacionales".
La institución que preside Jerome Powell considera que las perspectivas económicas "son inciertas". Se han creado 12.000 empleos no agrícolas durante octubre, muy por debajo de los 254.000 de septiembre por el impacto de los huracanes en el sur del país. Pero el paro se mantuvo en el 4,1%, y EEUU encadenó 46 meses consecutivos creando puestos de trabajo.
El índice de precios de gasto de consumo personal, la estadística preferida por la Fed para monitorizar la inflación, se situó en septiembre en el 2,1%, dos décimas menos que en el mes anterior. La tasa mensual registró un repunte al 0,2% desde el 0,1% previo. La variable subyacente cerró en el 2,7% interanual, sin cambios desde julio
Powell ha sido muy claro: preservará la independencia de la Fed ante las amenazas de Trump, no piensa dimitir aunque se lo pida el nuevo residente de la Casa Blanca, porque la ley no permite al presidente de EEUU destituirle a él ni al resto de los miembros del consejo antes de cumplir su mandato el 15 de mayo de 2026 (como presidente de la Reserva Federal), el 31 de enero de 2028 (como miembro del consejo).
Eso sí, ha eludido contestar sobre las implicaciones políticas y si teme la interferencia de Trump en la política monetaria, o si el programa del nuevo presidente de EEUU es inflacionista o no.
¿Bajará la Fed de nuevo los tipos en diciembre, como esperan los mercados? “No adivinamos, no especulamos y no suponemos”, contesta Powell. Pero inmediatamente después asegura que “a corto plazo, las elecciones no afectarán a nuestras decisiones”, lo que supone no descartar ese recorte de tipos.
"Muchas, muchas cosas afectan a la economía. Y cualquiera que haga previsiones en su trabajo le dirá que la economía es bastante difícil de prever más allá del corto plazo, no sabemos cuál será el momento y la sustancia de los cambios políticos. Por lo tanto, no sabemos cuáles serían los efectos sobre la economía, si esas políticas serían importantes, y en qué medida, para la consecución de nuestras variables objetivo, el máximo empleo y la estabilidad de precios”, insiste.
Pero reconoce que las políticas del nuevo Gobierno o las decisiones del Congreso pueden ser relevantes para lograr esa estabilidad de precios y máximo de empleo. “Junto con otros innumerables factores, las previsiones de esos efectos económicos se incluirían en nuestros modelos de la economía y se tendrían en cuenta a través de ese canal”, precisa.
Eso sí, la evolución fiscal de Estados Unidos es “insostenible”. “La deuda no es insostenible. La senda de crecimiento sí lo es”, avisa Powell, que defiende que “la economía está funcionando bien”, al mismo tiempo que admite que los ciudadanos siguen "sintiendo los efectos de los altos precios”. “Pasará algún tiempo antes de que la gente recupere la confianza, no le decimos a la gente cómo sentirse sobre la economía, respetamos completamente lo que sienten”, añade.
“Seguimos confiando en que, con una recalibración adecuada de nuestra política monetaria, la fortaleza de la economía y del mercado de trabajo se mantendrá y la inflación descenderá de forma sostenible hasta el 2%”, reitera el presidente de la Fed. "Reducir la política de restrictiva a moderada con demasiada rapidez puede obstaculizar los avances en materia de inflación. Al mismo tiempo, hacerlo con demasiada lentitud podría debilitar indebidamente la actividad económica y el empleo al considerar ajustes adicionales de la banda objetivo para el tipo de los fondos federales”, argumenta.
“Si la economía se mantiene fuerte y la inflación no avanza de forma sostenible hacia el 2%, podremos reducir más lentamente la restricción de la política monetaria. Si el mercado laboral se debilitara inesperadamente o la inflación cayera más rápidamente de lo previsto, podríamos actuar con mayor rapidez. La política monetaria está bien situada para hacer frente a los riesgos e incertidumbres a los que nos enfrentamos al perseguir ambas facetas de nuestro doble mandato”, zanja Powell.