Miguel Ángel Valero
El Banco Sabadell pagará un dividendo a cuenta en efectivo de 8 céntimos€ por acción el 1 de octubre, lo que representa una rentabilidad de más del 4% sobre el precio de cotización actual. Todas las acciones compradas hasta el 26 de septiembre inclusive darán derecho a recibir este primer pago. De este modo, la entidad desembolsará un total de 429 millones€, una cuantía que es un 33% superior a los dos dividendos en efectivo pagados con cargo a los resultados del ejercicio 2023.
El banco tiene previsto remunerar a sus accionistas con un total de 2.900 millones con cargo a los ejercicios 2024 y 2025, equivalente a 53 céntimos por acción y a cerca del 28% sobre la cotización actual. Por tanto, este primer dividendo supone apenas un 15% del total previsto para el periodo, en el que se abonarán 45 céntimos por acción más.
Esta mejora del dividendo del Sabadell contrasta con el insistente mensaje del BBVA de negarse a elevar la propuesta de su OPA hostil sobre esta entidad, pese a que la prima ofrecida prácticamente ha desaparecido ante la dispar evolución en Bolsa de las dos entidades. Tampoco se plantea hacer un pago en efectivo, y no solo en títulos del BBVA, para convencer a los accionistas del Sabadell.
El presidente del Grupo, Josep Oliu, asegura que “el Consejo deAdministración de Banco Sabadel confía en las excelentes perspectivas de mejora de la rentabilidad para los próximos años, así como en la plena capacidad para generar valor a largo plazo para sus accionistas”.
Este dividendo a cuenta forma parte de la política de remuneración al accionista, que combina una retribución recurrente con cargo a resultados de entre el 40% y el 60% del beneficio obtenido (pay-out), más la distribución de todo el capital CET1 que exceda del 13%.
Una vez cerrado el ejercicio, el Consejo de Administración presentará a la Junta General Ordinaria de Accionistas la propuesta del dividendo final como en años anteriores, así como la distribución del exceso de capital, incluyendo el importe equivalente a la parte pendiente de ejecución del programa de recompra de acciones anunciado en abril y que quedó suspendido tras el lanzamiento de la OPA hostil por parte del BBVA.