Miguel Ángel Valero
El 66% de las empresas españolas reconoce que cada vez le resulta más difícil pagar a tiempo a sus proveedores. Según el Informe Europeo de Pagos de Intrum, este porcentaje es 5 puntos superior al registrado hace un año y hace dos (61%). Además, la media europea de compañías en esta situación es del 59%, siendo Eslovenia (69%), Irlanda (67%) y Portugal (también con el 66%, como España) los países con los porcentajes más altos. Al otro extremo están Austria (52%), República Checa (50%), Croacia (50%), Dinamarca (47%) y Bélgica(46%)
7 de cada 10 organizaciones admiten que podrían llevar al día las facturas de sus proveedores si recibieran antes los pagos de sus deudores. Con el objetivo de poner solución a esta problemática, el 48% de las empresas españolas ya está tomando medidas para pagar sus facturas a tiempo.
El último trimestre del año es un buen momento para que las empresas revisen y ajusten sus estrategias de negocio, con el objetivo de asegurar un cierre de año sólido y afrontar un 2025 lleno de nuevos desafíos. En este contexto, uno de los aspectos críticos que conviene analizar es la gestión de pagos y cobros. Especialmente, en un entorno económico de incertidumbre que, aunque se muestra resiliente gracias a la exportación y a la previsión de aumento del consumo privado y de la inversión, todavía está afectando a la capacidad de las compañías para cumplir con sus compromisos financieros.
En ese sentido, el Informe Europeo de Pagos de Intrum desvela que el 66% de las empresas españolas reconoce que cada vez le resulta más difícil pagar a tiempo a sus proveedores debido a la incertidumbre económica. Un porcentaje superior al 61% registrado en 2022 y 2023, reflejando, así, un deterioro en la capacidad de las compañías para cumplir con sus obligaciones financieras.
Un tercio de las entidades afirma que ahora es más probable que pida plazos de pago más largos a sus proveedores que hace un año. Esta situación refleja también una creciente necesidad de las empresas por adaptar sus prácticas de pago a un entorno económico desafiante. En este sentido, según el estudio elaborado por Intrum, el 36% de las entidades de España admite que, respecto a esta misma época de 2023, hay ahora mayores posibilidades de que pida plazos de pago más amplios a sus proveedores, o que, incluso, llegue a pagar una factura más tarde de lo acordado. Un porcentaje de respuesta que se sitúa nuevamente por encima de la media europea (34%).
A su vez, el 35% de las compañías admite que paga a sus proveedores más tarde de lo que aceptaría de un cliente. Aunque, en este caso, España se sitúa por debajo de la media europea (39%), esta situación evidencia una creciente presión sobre las finanzas empresariales y refleja cómo algunas firmas están dilatando sus facturas más de lo acordado.
Uno de los motivos de que estas empresas se vean abocadas a retrasarse en sus pagos es el incumplimiento de las obligaciones financieras de sus propios clientes: el70% de ellas indica que podría cumplir con sus proveedores si sus deudores abonasen a tiempo las facturas pendientes de cobro. Una coyuntura que genera un efecto dominó que afecta a la sostenibilidad de todo el ecosistema empresarial en su conjunto.
Ante esta realidad, el Informe Europeo de Pagos pone de manifiesto también que el 48% de las empresas ya está tomando medidas para pagar sus facturas a tiempo. Este esfuerzo refleja una toma de conciencia sobre la importancia de estabilizar el flujo de caja y minimizar el impacto de los impagos en la sostenibilidad del negocio. Fortalecer estas iniciativas durante los próximos meses será clave para mejorar la salud financiera de las compañías y afrontar con mayor solidez los desafíos del próximo año.