Las Olimpiadas consolidan a París como  primer destino turístico mundial

Miguel Ángel Valero

La profesora de EAE Business School, Chelo Morillo, analiza las repercusiones económicas y de imagen que las Olimpiadas tendrán en París, comparando el modelo adoptado por la capital francesa con el de Barcelona 92.La celebración de las Olimpiadas va a permitir a la ciudad de París seguir ocupando la primera posición como destino turístico europeo y mundial, en número de visitantes y de ingresos, y así seguir luchando por esa posición de “privilegio”, como expresa Olivia Grégoire, ministra de Turismo. 

Se espera que la Ciudad de la Luz acoja hasta 3 millones de visitantes extranjeros y un total de 16 millones entre París y su región durante la celebración deportiva. 

Hay Olimpiadas que se organizan con la mirada en el día después, como es el caso de Barcelona en 1992, y otras que nunca recogieron la inversión generada, como Montreal 1976 que tardó 30 años en pagar el coste, o Grecia 2004 que llevó a triplicar la deuda estatal del país. 

París 2024 se ha diseñado para perdurar en el tiempo más allá de los hitos deportivos que se consigan. El Ayuntamiento ha afirmado que el gran reto es precisamente generar una herencia de efecto positivo y a largo plazo para los habitantes de París, puesto que la celebración de los juegos olímpicos es, o deberían ser, también una excusa para la reconversión y mejora de la ciudad de las infraestructuras y calidad de vida de la ciudad anfitriona. 

"Si comparamos con el 'caso Barcelona', que invirtió cerca de 7.000 millones de euros de manera estratégica para crear un nuevo modelo de urbanización que permitió configurar una Barcelona moderna y que tuvo, posteriormente, una repercusión en ingresos de 18.600 millones situándose en el mapa de las ciudades importantes del planeta, vemos como París recoge este testigo de la ciudad Condal, para remodelar e integrar parte de los suburbios de la gran capital francesa, creando una conexión no solo con elementos arquitectónicos, sino que también de sus habitantes y su sentido de pertenencia", señala Chelo Morillo.

Crédito y Caución: impacto neto de hasta 11.100 millones

La celebración de los Juegos Olímpicos de París tendrá un impacto relevante en la región parisina, en términos de creación de empleo y actividad económica. Las estimaciones publicadas sitúan entre 6.700 y 11.100 millones de euros los posibles impactos netos. De acuerdo con el análisis de Crédito y Caución, los sectores más beneficiados será los relacionados con transportes y turismo, ya que los visitantes acudirán en masa a París durante su celebración. 

Los Juegos tendrán también un impacto mixto sobre la construcción. Durante los últimos siete años, la preparación de la ciudad para acoger el mayor evento deportivo del mundo ha supuesto un impulso relevante para el sector. Sin embargo, una vez terminadas las instalaciones y las infraestructuras, los efectos positivos se están desvaneciendo. Grandes obras de hormigón y construcción en la zona de París han sido aplazadas a partir de la celebración de los Juegos. Esto, unido a la atonía del sector residencial, sitúan las previsiones para la construcción en Francia en un retroceso del -0,4% en 2024.

La mayor parte de los beneficios económicos de los Juegos se dejará sentir en la región de París. El crecimiento de Francia en su conjunto quedará limitado al 0,9% en 2024, de acuerdo con las previsiones de Crédito y Caución. El país enfrenta importantes desafíos económicos relacionados con la resistencia de la inflación, la atonía del crecimiento y el consumo de las familias y una deuda pública cercana al 110% del PIB. 

En este contexto, las recientes elecciones legislativas han abierto un posible periodo de estancamiento en la toma de decisiones necesarias ante la fragilidad de la economía francesa. Los anunciados proyectos de reducción del déficit y reformas favorables a la actividad empresarial podrían ser las primeras víctimas. La polarización del resultado augura que Francia se enfrenta a un prolongado período de incertidumbre política que podría extenderse hasta las presidenciales de 2027, retrasando la búsqueda de soluciones fundamentales para su malestar económico.