Miguel Ángel Valero
Mapfre Economics actualiza sus previsiones dibujando un escenario base de desaceleración controlada por parte de los bancos centrales, fundamentales económicos que sostienen la lenta pero sostenida caída de la inflación y un mapa de riesgos que contempla tanto un extra de prudencia como el posible desacople hacia movimientos menos coordinados. Se trata de una hoja de ruta cuyo rumbo sigue apuntando hacia una fase menos restrictiva en la segunda mitad del año y más próxima a la neutralidad monetaria. En este marco, las perspectivas se reafirman como ligeramente más positivas en términos de actividad (0,3 puntos más en 2024 y sin cambios en 2025), de la mano de la economía de Estados Unidos, que mantienen la inercia de los últimos trimestres, una Eurozona ligeramente más equilibrada a partir de la segunda mitad del año (a excepción de Alemania que mantiene cierta atonía) y unos mercados emergentes beneficiándose de cierta mejoría del entorno exterior (incluida China).
Por lo que se refiere a los precios, los expertos de Mapfre Economics esperan que las perturbaciones por el lado de la oferta sigan normalizándose y no logren desafiar la senda de caída de la inflación. Así, y a pesar de que el entorno de incertidumbres persiste (especialmente en el terreno de la geopolítica), las estimaciones se mantienen prácticamente sin cambios respecto a las ofrecidas el trimestre anterior1 (4,6% en 2024 y 3,4% en 2025), abriendo la puerta a una toma de caminos divergentes con los que abordar el objetivo de estabilidad de precios.
Por lo que respecta al escenario estresado, la línea de acontecimientos más recientes permite mantener el énfasis en un escenario dominado por las tensiones geopolíticas, mayores rigideces por el lado de la oferta y el potencial tensionamiento de los mercados energéticos que aleje las perspectivas de equilibrio de la inflación a corto y medio plazo (con un repunte de algo menos de 1 punto porcentual en términos globales). En consecuencia, este escenario por el lado de los precios proporcionaría suficientes razones para un menor apetito por las bajadas de tipos de interés por parte de los principales bancos centrales, así como una menor implicación de los gobiernos para evitar situaciones de dominancia fiscal, combinación que drenaría en torno a 2 puntos puntos del crecimiento global a dos años vista.
Crecimiento real para el seguro
El panorama para la actividad aseguradora anticipa crecimientos reales positivos en el volumen de negocio, más allá del crecimiento inercial de las primas por la inflación. Con ello, se mejora ligeramente el entorno de negocio y rentabilidad en algunos mercados aseguradores para los segmentos más cíclicos ante un crecimiento económico con una desaceleración más suave de lo previsto, particularmente en los Estados Unidos y la Eurozona, la cual sigue mostrando mejores datos en la senda de desaceleración de la inflación, pero en situación de estancamiento económico (con alguna notable excepción, como es el caso de España, cuya economía sigue creciendo y se desacelera menos de lo anticipado).
Por su parte, la actividad aseguradora más ligada al volumen de crédito puede seguir ralentizada por unas condiciones crediticias endurecidas durante algo más de tiempo, en virtud de los últimos repuntes puntuales de la inflación en algunas economías. En este sentido, las expectativas de futuros recortes por parte de los principales bancos centrales estaban generando movimientos en las curvas de tipos de interés con tendencia a la baja, pero han sufrido un repunte en este trimestre, quedando ligeramente por encima de los valores medios de 2023 en el caso de los Estados Unidos, pero no así en la Eurozona en la que se encuentran por debajo y lejos de los valores medios del año previo en todos los puntos de la curva. Dentro de los mercados emergentes, en Brasil y México se han mantenido relativamente estables y han repuntado en Turquía.
En general, los altos niveles de los tipos de interés y la expectativa de futuras bajadas, aunque puedan ser más lentas o demorarse por más tiempo, seguirá contribuyendo a mejorar la rentabilidad del sector asegurador y favoreciendo al negocio de los seguros de Vida vinculados al ahorro, el cual se enfrenta, no obstante, al aumento de la competencia de otros productos financieros, por el fuerte atractivo que está generando el entorno de tipos de interés en este segmento del negocio.