Miguel Ángel Valero
Con motivo del Día Mundial del Agua, que Naciones Unidas celebra el 22 de marzo con el lema 'Agua para la Paz', el Foro de la Economía del Agua ha apelado a la cooperación para que ésta no sea solo un recurso por el que se compite, sino un derecho humano, intrínseco a todos los aspectos de la vida.
Francisco Lombardo, presidente del Foro, recuerda que “hace más de 52 años, el presidente Kennedy afirmó que ‘quien sea capaz de resolver el problema del agua será merecedor de dos Premios Nobel: uno por la Paz y otro por la Ciencia’. Hoy, más de medio siglo después, nadie lo ha logrado y el problema del agua, que no es otro que garantizar su disponibilidad en cantidad y calidad suficiente para todos los usos, sigue siendo uno de los desafíos más importantes del siglo XXI”.
En un contexto geopolítico tan tensionado como el actual, y marcado por un escenario climático en el que los desastres hídricos en forma de sequías e inundaciones ganan protagonismo, se hace necesario celebrar este Día Mundial “para crear conciencia sobre las formas en que el mundo puede unirse en torno a la gestión sostenible del agua como una forma de prevenir disputas y colaborar en desafíos compartidos”, añade Lombardo.
Entre otros desafíos, el Foro de la Economía del Agua destaca que esta colaboración debe enfocarse en incrementar las inversiones en materia hídrica para optimizar la gestión del agua y garantizar su acceso en cantidad y calidad suficiente para todos, así como en la búsqueda de fuentes alternativas de agua que aumenten la disponibilidad del recurso.
A lo largo de la Historia de la humanidad, el agua ha sido tanto motivo como arma de guerra. Es un bien indispensable e insustituible, generador de desarrollo, características que lo convierten en un recurso estratégico desde el punto de vista político y bélico. El cambio climático augura un incremento de los conflictos asociados al agua, que se traducen en hambre, aumento de enfermedades y por tanto del gasto social, desplazamiento forzado de personas hacia lugares con mayor seguridad hídrica, disminución de la productividad, daños sobre el medio ambiente y un largo etcétera.
Según datos del Pacific Institute, los conflictos por el agua se han duplicado en la última década en comparación con décadas anteriores. A veces, el recurso esencial está en la raíz de estos enfrentamientos, pero la mayoría de las veces, las disputas sobre el agua por sí solas no desencadenan la violencia. En cambio, el agua puede actuar como un acelerador cuando se combina con otros problemas, como la pobreza, la desigualdad y el hambre.
Un estudio de UNICEF muestra que los niños menores de cinco años tienen en promedio más de 20 veces más probabilidades de morir por enfermedades relacionadas con el agua insegura y el mal saneamiento que por las armas del conflicto.
Al margen de los conflictos bélicos, hoy, más de 3.000 millones de personas en todo el mundo dependen de agua que atraviesa las fronteras nacionales. Sin embargo, solo 24 países tienen acuerdos de cooperación para todos los recursos hídricos que comparten.
España y Portugal, un caso de éxito en cooperación hídrica
Las aguas transfronterizas representan el 60% de los flujos de agua dulce del mundo. Así, 153 países tienen territorio dentro de al menos una de las 310 cuencas fluviales y lacustres transfronterizas y 468 sistemas acuíferos transfronterizos inventariados por la ONU en 2023.
Cuando los países cooperan en materia de agua, crean un efecto en cascada positivo, que genera prosperidad y fomenta la resiliencia frente a los desafíos comunes. Un ejemplo claro de caso de éxito en materia de cooperación hídrica transfronteriza es el Convenio de Albufeira, que regula la gestión de los cinco ríos que comparten España y Portugal: Miño, Limia, Duero, Tajo y Guadiana, favoreciendo además el aprovechamiento sostenible y coordinado de sus aguas.
Suscrito y firmado por ambos estados en la ciudad del país vecino que le da nombre, supone la continuidad de la tradición de los tratados que los dos países han alcanzado desde el siglo XIX para la gestión de los ríos transfronterizos.
“Un convenio que ha sabido evolucionar a lo largo de los tiempos y de la realidad climática, siendo, a día de hoy, pionero en la apertura a enfoques distintos de los modelos tradicionales basados en cuestiones económicas y de explotación”, explica Estanislao Arana, director académico del Foro de la Economía del Agua, que enfatiza que “por primera vez, la protección medioambiental y la gestión sostenible de los recursos hídricos y los ecosistemas dependientes han sido el objetivo fundamental de relaciones convencionales”.
En 2050, 27 millones de españoles vivirán en zonas de estrés hídrico
Aún no ha llegado el verano, pero las alertas por sequía hace tiempo que ya no entienden de estaciones. La escasez de agua se ha convertido en una constante y cada vez son más las poblaciones que se ven afectadas. La sequía pone en peligro cada año hasta un 9,2% del PIB nacional. Y para 2050, se espera que 27 millones de españoles vivan en zonas de estrés hídrico.
Esri España resalta el papel fundamental que juega la tecnología y el componente geográfico a la hora de combatir la sequía, ya que proporcionan un enfoque transversal que permite actuar en todas las fases del ciclo del agua. De este modo, los Sistemas de Información Geográfica (GIS) tienen dos campos de actuación diferenciados para combatir a la sequía. Por un lado, permiten gestionar recursos hídricos como acuíferos y embalses. Gracias a la tecnología geoespacial es posible realizar análisis batimétricos y monitorizar en tiempo real el estado de las reservas hídricas. Esto permite que las administraciones públicas sean conscientes de la situación en todo momento y tomen decisiones informadas, algo fundamental a la hora de establecer cortes de suministro o medidas restrictivas. Por otro lado, los Sistemas de Información Geográfica son empleados por las empresas de gestión del ciclo integral del agua para multitud de tareas, desde el control de fugas hasta análisis espaciales y modelados predictivos.
La aplicación de los Sistemas de Información Geográfica en los diferentes procesos del ciclo del agua ha marcado un antes y un después en lo que a la gestión de este recurso se refiere. Las empresas y administraciones públicas han comenzado a apostar por este tipo de soluciones debido al amplio control que ofrece sobre los procesos, dotando a los profesionales de una monitorización y visualización completa de la infraestructura. Estos son algunos casos prácticos de como las empresas de gestión del agua se benefician de los GIS: