Las Bolsas atacan la tasa Tobin porque perjudica al inversor y a las cotizadas

Un  informe de la Federación Mundial de Bolsas (WFE) arremete contra los impuestos a las transacciones financieras (ITF), entre ellos el conocido como tasa Tobin. Estos impuestos crean distorsiones, perjudican a los inversores, impiden que las empresas obtengan capital, en particular que coticen en Bolsa, y encarecen la cobertura del riesgo. 

Además, la WFE demuestra que la aplicación de un impuesto a las transacciones financieras no es una buena forma de regular los mercados financieros, ya que el efecto de estos impuestos en los patrones de negociación es, en el mejor de los casos, incomprobable y, en el peor, completamente contraproducente.

Las 250 infraestructuras de mercado que forman parte de la WFE perciben el impacto de estos impuestos en las operaciones que pasan por sus libros de órdenes, que pueden tomarse como un indicador de la salud general, la confianza y el dinamismo del mercado y la economía en su conjunto.

Entre otros aspectos, los ITF tienen los siguientes efectos adversos:

  • Aumento de los costes de contratación: Los ITF aumentan los costes asociados a la negociación de activos financieros, lo que puede reducir la rentabilidad neta para los inversores y desincentivar las inversiones tanto a corto como a largo plazo.
  • Liquidez y eficiencia del mercado: Los ITF pueden reducir el volumen de negociación y la liquidez del mercado, dando lugar a diferenciales más amplios entre precios de compra y de venta, una formación de precios más lenta y un aumento de la volatilidad del mercado, lo que repercute negativamente en la eficiencia general del mercado.
  • Distorsión del comportamiento inversor: Los ITF incentivan a los inversores a modificar sus estrategias para evitar los activos gravados, lo que puede dar lugar a decisiones de inversión subóptimas y a un desplazamiento hacia mercados más arriesgados o menos regulados.
  • Financiación empresarial: Los ITF aumentan indirectamente el coste del capital para las empresas, encareciendo la financiación de nuevos proyectos, lo que puede frenar la innovación y el crecimiento económico.
  • Desplazamientos globales de la inversión: La aplicación de los ITF puede provocar que los inversores trasladen su capital a jurisdicciones con impuestos sobre las transacciones más bajos o inexistentes, reduciendo la inversión en regiones con impuestos más altos.

Nandini Sukumar, la CEO de la Federación Mundial de Bolsas, comenta: “La lógica de que, al aumentar los costos de transacción, un ITF reduce la volatilidad y la fijación errónea de precios de activos es un grave error. De hecho, tiene el efecto contrario al desalentar a los inversores informados, lo que significa que hay menos compradores y vendedores para negociar al precio ideal. Esto deja claro la naturaleza contraintuitiva de este impuesto. Los reguladores deberían aprender de Estados Unidos, donde la desregulación de la comisión de acciones y la consiguiente caída en los costos de transacción llevaron a una menor volatilidad de los precios. El efecto de la regulación puede extenderse del mercado financiero a la economía en general, por lo que esto debe abordarse en beneficio de los inversores y las empresas también. La eliminación de los ITT conduce al crecimiento y a una menor volatilidad”.

Inmocemento, segunda empresa en cotizar en la Bolsa española

Pese a todo, Bolsas y Mercados Españoles (BME) ha dado la bienvenida a Inmocemento. La compañía ha debutado con un precio de referencia de 4,25 euros por acción, lo que implica una valoración en Bolsa de 1.933 millones€. Se trata de la segunda salida a Bolsa en España este año, después de la incorporación de Puig en mayo. 

Si se suman las compañías de los mercados en crecimiento de BME (BME Growth y BME Scaleup), este año ya se han incorporado a los mercados financieros españoles 25 empresas.

Inmocemento se constituyó en un proceso de modificación estructural del grupo de empresas cuya sociedad matriz es FCC, cotizada en la Bolsa española. Agrupa las actividades inmobiliarias y de cemento del grupo. Al cotizar por el sistema de listing, los accionistas de FCC han recibido el mismo número de acciones de Inmocemento que las que tenían en FCC. 

El grupo Inmocemento centra su actividad en el negocio inmobiliario mediante el desarrollo de la actividad de patrimonio en renta y promoción inmobiliaria y gestión de suelo, así como en el negocio cementero mediante el desarrollo de la actividad de fabricación y comercialización de cemento y sus derivados.

“Estamos encantados de dar la bienvenida a Inmocemento, que tras el spin-off contará con las ventajas de ser una compañía cotizada propia, como la reputación, la visibilidad, la capacidad de financiarse de forma recurrente y el acceso a inversores nacionales e internacionales. La Bolsa ofrece a las empresas cotizadas una amplia gama de posibilidades en función de sus necesidades y planes futuros”, explica Javier Hernani, Consejero Delegado de BME.

Jos Dijsselhof, Consejero Delegado de SIX y Presidente de BME, señala: que “la llegada de una nueva empresa a la Bolsa siempre es una buena noticia. Después de tener en los mercados de SIX en Suiza y en España dos de las mayores OPV del año en el mundo, estamos felices de recibir a Inmocemento a la Bolsa española. Cada nueva incorporación a los mercados financieros incentiva a más empresas a seguir este camino, lo que es positivo para el tejido empresarial y la economía en su conjunto”. 

La compañía ha iniciado su negociación con el código IMC. Pero el debut no ha sido muy positivo. Inmocemento ha llegado a caer el 10%, aunque el descenso se ha moderado hasta el 9%.