Los mercados dudan que Trump cumpla sus promesas electorales

Miguel Ángel Valero

La incontestable victoria de Donald Trump sobre Kamala Harris, más en el voto electoral (69 puntos de diferencia) que en el popular (3,5 puntos de distancia), y el posible control  sobre Cámara de Representantes y Senado dejan todo el poder en manos de los republicanos. Cuando Trump asuma el cargo en enero, se convertirá en el segundo presidente en la historia de EE. UU. en servir dos mandatos no consecutivos, tras Grover Cleveland en el siglo XIX.

Pero los analistas ponen en duda que Trump vaya a cumplir todas sus promesas electorales pese a esa enorme concentración de poder y a sus primeras palabras como presidente electo:  “Hemos logrado una victoria política que nuestro país no había visto nunca, nada como esto"; “Vamos a arreglar todo lo que está mal en este país”, y a “Hacer grande a Estados Unidos de nuevo”.

Banca March: políticas más inflacionistas

El anuncio del 'red sweep', la barrida republicana, es inminente y el control total del Congreso abre el camino para que el nuevo presidente aplique los cinco pilares principales prometidos en campaña de una manera más rápida: 

  • (I) bajada del tipo máximo corporativo, 
  • (II) desregulación, 
  • (III) déficit fiscal, 
  • (IV) aranceles 
  • y (V) reducción de la inmigración.

No obstante, la capacidad para implementar estas medidas económicas se encontrará limitada por la debilidad de las cuentas públicas y la madurez del ciclo. Trump asumió la presidencia en 2016 con una deuda del 76% sobre el PIB y un déficit de tan solo 2,9%, niveles considerablemente más manejables que el 99% actual y el 7%, respectivamente. Además, tendrá que manejar un desafío adicional, la madurez de un ciclo económico que ha experimentado ya su primera bajada de tipos de interés, aunque en niveles considerablemente más elevados que en aquella época.

En el corto plazo, los inminentes ganadores de estas elecciones son renta variable americana –tecnología, financieros, defensa y empresas con sesgo doméstico, como mediana y pequeña capitalización– y dólar. En renta fija, continuamos a la espera de oportunidades en la parte larga de la curva, con la reciente caída en los precios de los bonos y a medida que la prima de plazo sigue aumentando. 

A la espera de confirmar el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, en una victoria menos reñida de lo previsto, las Bolsas cerraron con claros avances. Pesó el optimismo de la tecnología, con alzas destacadas de Nvidia (+2,8%), que pasa a ser la compañía con mayor capitalización bursátil al superar a Apple, Tesla (+3,5%) o Meta (+2,1%) animada por los resultados de Palantir. Y es que el grupo fabricante de software de inteligencia artificial presentaba resultados récord y sus títulos subieron un +23,5%. Los futuros del S&P avanzan ahora un +1,6%, descontando la menor incertidumbre asociada al evento electoral.  

El retroceso es evidente en el caso del Hang Seng de Hong Kong (-2,5%), descontando la expectativa de un incremento de la guerra comercial con Estados Unidos. Mientras, el índice continental CSI 300 muestra en estos momentos caídas más moderadas, del -0,5%. Tono opuesto para la bolsa nipona, con amplios avances para el Nikkei (+2,6%) y Topix (+1,9%) impulsados por la importante caída del yen. La divisa japonesa alcanzaba hoy niveles mínimos desde julio, descontando una victoria de Trump más holgada de lo previsto. 

La visión del mercado apunta así a la puesta en marcha de políticas más inflacionistas, que hagan menos probable un recorte agresivo de tipos por parte de la Fed. La llegada de Trump a la presidencia eleva las pendientes de la curva americana hasta niveles de 17 p.b. en la referencia 10 – 2 años y hasta niveles de -16 p.b. en la referencia 10 – 3 meses, el punto más alto en más de dos años. En Europa, también pendientes más elevadas, pero con avances en precio en todos los puntos de la curva. En este caso, el mercado de renta fija pone en precio que el giro republicano en Estados Unidos afectará negativamente al crecimiento europeo por la entrada de nuevos aranceles que limiten las exportaciones y esto deprime las TIRES.

Las divisas dan prácticamente por sentado la victoria de Trump: el dólar vuelve a niveles no vistos desde julio. En lo que va de mañana, el cruce euro-dólar retrocede un -1,8% hasta los 1,073 EUR/USD. Este comportamiento viene explicado por las políticas inflacionistas que Donald Trump podría impulsar en caso de retomar la presidencia, sobre todo teniendo en cuenta que la victoria republicana en ambas cámaras parece inminente, algo que dotaría de mayor margen de maniobra al candidato republicano. Con todo esto, la Fed, que se reúne mañana, se vería obligada a mantener los tipos elevados por más tiempo, beneficiando al dólar. 

La victoria de Trump penaliza al petróleo y al oro. Alentó fuertemente las compras de dólares y su correspondiente corrección en el crudo –un dólar más fuerte implica que el barril resulte más caro para el resto del mundo–. En estos momentos, las caídas del Brent rondan el -2,6%, situando la cotización en niveles de 74,2 $/barril. Las políticas inflacionistas de Trump probablemente impliquen unos tipos elevados por más tiempo, algo que perjudicaría al oro, dado que no paga interés. El oro corrige un -0,6% hasta los 2.728 $/onza.

Ebury: “El dólar se dispara tras la aplastante victoria de Trump” 

Ebury, la fintech global especializada en pagos internacionales e intercambio de divisas, destaca en su análisis postelectoral en EEUU, tras darse por descontada la victoria de Donald Trump y del partido republicano, la decidida apuesta de los mercados por el dólar frente a casi todas las monedas del mundo. Los analistas de Ebury señalan que el euro fue la moneda de peor desempeño entre las principales monedas, “ya que los inversores se preparaban para los onerosos aranceles europeos y un mayor riesgo de seguridad”.

Por su parte, las monedas de los mercados emergentes se llevaron la peor parte de la venta masiva. “Como en 2016, el peso mexicano (-2,5%) lideró el movimiento a la baja, lo que no es una sorpresa dada la retórica hostil de Trump hacia la nación latinoamericana, que probablemente se verá afectada por fuertes impuestos a las importaciones”, explican los expertos de la fintech. Destacan también que se han visto movimientos agresivos a la baja en las monedas asiáticas, particularmente aquellas que tienen los vínculos comerciales más estrechos con China, en particular el baht tailandés (-1,8%) y el ringgit malasio (-1,4%). “El propio yuan se ha mantenido mejor que sus pares (-0,8%), dado que las autoridades chinas mantienen un control estricto sobre la moneda, lo que limita los movimientos en cualquier dirección”, apuntan.

Para los analistas de Ebury, la reacción de los mercados durante la pasada noche electoral indica que un nuevo período en la Oficina Oval para Donald Trump es un desarrollo alcista para el dólar estadounidense por las siguientes razones: “Vemos esto como una consecuencia en gran medida de la preferencia de Trump por tasas impositivas más bajas en EE. UU., que se interpreta como un impulso al crecimiento a corto plazo de EE. UU. que conduciría a una mayor inflación y, lo más importante para los mercados, a tasas de interés más altas de la Reserva Federal. Asimismo, un mayor proteccionismo significa aranceles estadounidenses más altos, particularmente sobre China y Europa, lo que puede ser precursor de un crecimiento global más débil, lo que incrementa la preferencia de los inversores por los activos de menor riesgo, incluido el propio dólar. A ello se une, además, un nuevo periodo de posible incertidumbre geopolítica, lo que tampoco es favorable para el apetito por el riesgo”. 

Aunque es pronto para predecir el comportamiento de los mercados en los próximos días, Ebury espera que la volatilidad se mantenga elevada. “Esto podría significar una nueva caída en los activos de riesgo y otro episodio de fortaleza del dólar, en particular si la Reserva Federal insinúa a los mercados en las próximas reuniones de política, posiblemente el jueves, que el resultado de las elecciones puede desacelerar el ritmo del ciclo de recortes de la Reserva Federal”, prevén sus analistas.

Lombard Odier: America First se hará realidad

La victoria de Trump abre paso a un segundo mandato de America First, subrayan Samy Chaar, Economista Jefe y CIO en Suiza, y Luca Bindelli, Jefe de Estrategia de Inversión de Lombard Odier. Donald Trump asumirá nuevamente la presidencia de EE. UU. Los republicanos, que están a punto de ganar ambas cámaras del Congreso, tendrán la capacidad de implementar políticas de "America First" en materia fiscal, comercial y migratoria. Esto tiene importantes implicaciones para las economías de EE. UU. y del mundo, afectando a los inversores internacionales.

Cuando Trump asuma el cargo en enero, se convertirá en el segundo presidente en la historia de EE. UU. en servir dos mandatos no consecutivos, tras Grover Cleveland en el siglo XIX. Las políticas de "America First" probablemente se traduzcan en un mayor crecimiento nominal en EE. UU., impulsado por menores impuestos, mayor gasto y una regulación más laxa. Los mayores aranceles de importación, junto con políticas migratorias más estrictas, tendrían un impacto directo en los precios y probablemente provocarían un resurgimiento moderado dela inflación. Aún es incierto el nivel absoluto de los aranceles, y creemos que éstos se utilizarán como una herramienta para negociar la compra de productos estadounidenses, más que simplemente implementar los niveles mencionados en la campaña.

Una victoria republicana completa podría traducirse en tipos más altos en EE. UU. de lo que el mercado contempla actualmente, pero también podría llevar a tipos más bajos de lo esperado en el resto del mundo, particularmente en Europa, debido a la presión que los aranceles podrían ejercer sobre el crecimiento europeo más que sobre la inflación.

Se espera que los activos financieros de EE. UU., especialmente las acciones y el dólar, se vean favorecidos ante la expectativa de que la administración Trump reduzca impuestos y relaje la regulación corporativa, aunque parte de este optimismo ya estaba descontado antes de las elecciones. También deberían beneficiarse las acciones globales, con sectores como tecnología, banca y defensa destacándose en un entorno de mayor gasto militar y menor regulación. El sector energético podría enfrentar sorpresas: si el aumento en la producción de petróleo en EE. UU. deprime los precios globales, el sector energético tradicional podría verse afectado. Las acciones de pequeña capitalización y de growth deberían repuntar gracias a un apetito de riesgo robusto. El sector salud podría seguir bajo presión debido al impulso bipartidista por reducir los precios de los medicamentos en el país, aunque esto probablemente tenga menor prioridad en la agenda republicana que en la demócrata. Las acciones chinas enfrentarán vientos en contra adicionales con los aranceles estadounidenses, y su desempeño dependerá en gran medida de medidas de apoyo locales. El tono que adopte Trump sobre los aranceles en las próximas semanas marcará el rumbo para las acciones en otras regiones.

En renta fija, esperamos que una mayor inflación y un menor alivio de la Fed impulsen los rendimientos de los bonos del Tesorode EE. UU., especialmente en los vencimientos largos. Los rendimientos de los bonos de mayor plazo deberían aumentarligeramente más rápido que los de vencimientos cortos. Anticipamos que los bonos estadounidenses indexados a la inflación secomporten en línea con los bonos nominales. En este segmento, preferimos tácticamente los bonos del Tesoro a 3–5 años y mantenemos nuestra preferencia por los Bunds y los Gilts sobre los bonos del Tesoro dentro de las carteras, considerando que los ciclos de recorte de tasas en Europa y el Reino Unido serán más agresivos que en EE. UU. Los diferenciales de crédito se mantendrán ajustados; esperamos que el crédito de alto rendimiento supere al de deuda gubernamental, mientras que el crédito de grado de inversión podría mostrar mayor sensibilidad a un leve aumento en las tasas de interés.

La victoria republicana ofrece un impulso al dólar en los próximos meses, dado que las tasas de interés en EE. UU. deberían mantenerse elevadas. A largo plazo, esperamos que los inversores se centrarán más en los riesgos fiscales y en el impacto de los aranceles de importación, lo cual favorecería monedas de refugio como el franco suizo y el yen japonés frente a monedas más cíclicas como el euro y la libra esterlina.

La perspectiva para el oro sigue siendo positiva, aunque las tasas más altas en EE. UU. y un dólar ligeramente más fuerte podrían limitar inicialmente las ganancias. Mantenemos nuestro objetivo de precio a 12 meses en 2,9$ por onza. Un aumento en laproducción de petróleo de esquisto en EE. UU. podría añadir presión en la oferta, y existe el riesgo de que los precios del crudo caigan por debajo de los 70$ por barril dentro de un año.

"Aunque el resultado de las elecciones en EE. UU. es claramente favorable para los activos financieros estadounidenses, no pondrá fin a la volatilidad en los mercados. A largo plazo, los mercados suelen preferir gobiernos con cierto nivel de controles y equilibrios. Los inversores no pueden permitirse ser complacientes, y una cartera bien diversificada es esencial. Mantener un enfoque flexible y diversificado sigue siendo clave para gestionar riesgos y aprovechar oportunidades en este entorno complejo", avisan en Lombard Odier.

Creand: las politicas de Trump son inflacionistas y expanden el déficit

Trump será el próximo inquilino de la Casa Blanca. Recuperado el control del Senado, si se mantiene el de la Cámara de Representantes, como parece probable, Trump además tendrá manga ancha para ejecutar todo su programa electoral. Para los mercados, las implicaciones son múltiples. Lo más relevante sea, tal vez, las rebajas impositivas que se han prometido, que deberían impulsar de inicio al crecimiento económico, las Bolsas y al dólar. Las políticas de Trump son netamente inflacionistas y expanden el déficit, ya de por sí elevado, por lo que es de esperar también que suban los tipos de interés cotizados por los mercados.

Las agresivas subidas de aranceles que promete el candidato republicano debieran pesar sobre las compañías que exportan a EE.UU., sobre todo si no tienen fábricas en territorio americano (muchas compañías europeas pueden sufrir de inicio). El peso que estas tienen en los índices europeos hace pensar que estos se quedarán otra vez atrás.

"Pensamos que es probable que las Bolsas prosigan la senda alcista. La economía americana sigue siendo inusitadamente fuerte y, a diferencia de cuando ganó en 2016, ahora los mercados saben exactamente qué esperar. El punto de partida es el único obstáculo, ya que las valoraciones son elevadas, pero lo anterior tiene poca correlación con el comportamiento de las cotizaciones a corto plazo. De otro lado, la Fed probablemente deba replantearse las rebajas de tipos de interés que tenía previstas, con las consecuencias que ello conlleva en el mercado de divisas (el dólar muy probablemente se mantenga muy fuerte) y de renta fija (repunte de las curvas). El principal riesgo es que los inversores se empiecen a preocupar seriamente por la trayectoria de las cuentas públicas americanas, lo que sería sumamente desestabilizador para los mercados", opina David Macià, director de Inversiones y Estrategia de Mercados de Creand Asset Management en Andorra.

Mediolanum: incertidumbre en el mercado de bonos

Brian O'Reilly, Head of Investment Strategy de Mediolanum International Funds, subraya que, una vez conocida su victoria, la gran cuestión para el mercado será qué medidas políticas promulgará Trump en las primeras semanas de su presidencia. Las promesas de la campaña de imponer aranceles a las importaciones estarán en el punto de mira de los inversores europeos y chinos, ya que la política de “Estados Unidos primero” pretende proteger a las industrias estadounidenses a expensas de las empresas extranjeras.

Es probable que su enfoque económico retome el estilo visto en 2016, que incluyó un fuerte estímulo fiscal. Además, es más probable que la presidencia de Trump sea más inflacionaria con una combinación de aranceles y estímulo fiscal. Con los republicanos recuperando el control del Senado, esto podría causar mucha incertidumbre en el mercado de bonos y se habla de los inversores de bonos esperando entre bastidores para vender bonos del Tesoro de EE.UU.

El déficit de Estados Unidos se sitúa ya en torno al 6% anual, con unos reembolsos totales de la deuda estadounidense de 1,3 billones$ al año. Esta cifra está muy por encima de todo el presupuesto militar estadounidense, que asciende a 800.000 millones$. Como en 2016, la agenda de Trump de bajar los impuestos (gastar ahora para pagar después) se pondría de manifiesto.

A corto plazo, los mercados de renta variable de EE.UU., y en particular las acciones value y las de small y mid-caps, recibirán un impulso con la victoria de Trump. Con la victoria republicana, la clase de activos clave a tener en cuenta será el mercado de bonos. "Observaremos un aumento de los rendimientos de los bonos, lo que a su vez podría repercutir en el mercado de renta variable, que ha repuntado con fuerza en las elecciones. Dentro de la renta variable, esperaríamos una rotación en el mercado, con un repunte del valor (empresas relacionadas con las materias primas, petroleras, bancos, etc.) y de los valores small-cap (Russell 2000), ya que es probable que la política de Trump sea más favorable a las fuentes de energía tradicionales de carbono y a las empresas más pequeñas", señala.

La cuestión clave con la victoria de Trump será cuántos aranceles impondrá a las importaciones procedentes de Europa, que ha convertido en una de sus principales promesas. La economía europea depende en gran medida de las exportaciones, con una demanda interna lenta, como la demanda china. La imposición de nuevos aranceles en EE.UU. podría afectar a los fabricantes de automóviles europeos, por ejemplo, que son grandes empleadores en el continente. Cualquier política que afecte negativamente a los exportadores europeos a EE.UU. se llevará la peor parte. 

Columbia Threadneedle Investments: volatilidad pero también oportunidad

William Davies, Chief Investment Officer de Columbia Threadneedle Investments, opina que la victoria de Trump ha sorprendido a algunos, pero los mercados ya habían descontado el riesgo de volatilidad política antes de las elecciones. El dólar se ha fortalecido frente a otras divisas, como era de esperar, y el S&P se beneficiará de este resultado. Otros mercados pueden experimentar volatilidad en las próximas semanas, pero creemosque el impacto de las políticas previstas, como los aranceles comerciales, será más prolongado en 2025 y más allá.

Andrew Smith, Client Portfolio Manager, Renta Variable de EEUU, añade: "¡Por una vez las encuestas tenían razón! Bueno, casi. Lo que las encuestas quizá subestimaron fue el margen de la victoria del presidente Trump, y la probable arrasadora victoria en los tres principales poderes del Estado: la Presidencia, el Senado y la Cámara de Representantes. Antes de las elecciones, lo más probable era un gobierno dividido entre republicanos y demócratas. Aunque aún no se conocen todos los resultados, los republicanos van camino de controlar los tres. Esto también se verá atenuado por el alivio que supone una victoria decisiva y con pocas probabilidades de ser objeto de impugnaciones legales, como ocurrió en 2000 y 2020. También es la primera victoria del partido republicano en el voto popular desde 2004".

"Este resultado conlleva su propio grado de volatilidad y oportunidad. Puede haber cierta volatilidad en los mercados, dado que el partido republicano tiene el mandato de introducir una legislación más amplia y de mayor alcance, aunque llevará tiempo conocer los detalles. También puede haber oportunidades; se espera que las finanzas lo hagan bien a corto plazo dado el sesgo desregulador del presidente Trump, y las industrias extractivas, en particular el petróleo y el gas, también pueden beneficiarsede la agenda política. Podría haber algún retoque al margen con la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), pero no prevemos una derogación a gran escala, dado el beneficio que ya ha producido en términos de empleo e inversión para muchos estados republicanos", añade. 

"Las small caps estadounidenses también podrían hacerlo bien, al menos en el periodo inmediatamente posterior, dado que se percibe que se benefician de políticas más proteccionistas, al estar mucho más sesgadas hacia el mercado nacional y las cadenas de suministro locales, menos influidas por la retórica y la realidad arancelarias. De hecho, en el mes siguiente a la victoria del presidente Trump en 2016 (08 de noviembre de 2016-08 de diciembre de 2016), las small caps (Russell 2000) superaron a las large caps (S&P 500) en casi un 11%. Ese comercio de los small caps menguó a lo largo de 2017, pero siguió siendo una poderosa señal para el mercado de dónde podrían golpear las políticas del presidente Trump. No necesariamente obtendremos una respuesta tan extrema esta vez, en parte porque la victoria del presidente Trump es menos sorprendente, pero al menos a corto plazo, la decisiva victoria republicana crea una perspectiva más constructiva para las pequeñas empresas", apunta.

Francis Ellison, Client Portfolio Manager, Renta Variable Europea, da su visión: "Como inversores activos a largo plazo, tenemos que evaluar las implicaciones para las empresas y los mercados europeos. Cuando el presidente Trump fue elegido en 2016 ,se asumió de inmediato que sus políticas serían reflacionistas, pero los acontecimientos posteriores no lo confirmaron del todo. Lo que puede cambiar en política exterior es un intento contundente de resolver e lconflicto de Ucrania e introducir una mayor cooperación con Rusia. Eso ayudaría a Europa, ya que probablemente reduciría el precio del petróleo, del que Europa es un gran importador. Así que esperaríamos un aumento del crecimiento europeo y una caída de la inflación europea. Por el contrario, mientras que las tensiones con Rusia disminuyen, las tensiones con China pueden aumentar - continuando con el tema del presidente Trump desde 2016. Es probable que esto presione a cualquier europeo que comercie allí; empresas europeas que también pueden ver aumentar las amenazas arancelarias con Estados Unidos. Los automóviles podrían verse afectados, compensando la preferencia del presidente Trump por el diésel y el gas frente a los vehículos eléctricos. Mucho de esto ya está descontado en los precios. Los bienes de lujo también podrían verse penalizados, y una batalla comercial con China podría empeorar la situación, ya que China podría amenazar también a este sector clave europeo". 

"Probablemente el tema más importante es la eficacia que puede tener el Gobierno de EE.UU., con los republicanos ganando el control del Senado y logrando avances en la Cámara de Representantes. Esto hace que sea más probable que puedan impulsar la legislación donde los presidentes anteriores no pudieron. La política exterior será importante, ya que el presidente Trump busca negociar pactos para ampliar y mejorar la influencia estadounidense", añade

Krishan Selva, Client Portfolio Manager, Renta Variable deMercados Emergentes, cree que el impacto de una segunda presidencia de Donald Trump en la renta variable de los mercados emergentes probablemente dependerá de las políticas comerciales, la fortaleza del dólar estadounidense y la estabilidad geopolítica. Esto creará tanto riesgos como oportunidades:

  • Políticas comerciales: La anterior administración del presidente Trump era conocida por su postura agresiva en materia de aranceles, especialmente hacia China, y durante la actual campaña electoral continuó con esta retórica. ¿Podría utilizarse la amenaza de los aranceles para llegar a un acuerdo? Después de todo, el presidente Trump declaró que no tiene ningún problema con que la empresa automovilística china BYD abra una fábrica en Michigan, dado su deseo de reindustrializar Estados Unidos y crear puestos de trabajo. El presidente Trump también declaró su intención de imponer aranceles adicionales a China si "se adentrara en Taiwán". Los aranceles provocarán un aumento de los costes para los exportadores de mercados emergentes que dependen de la demanda estadounidense. En el lado opuesto, otros exportadores de mercados emergentes podrían beneficiarse de la deslocalización de las cadenas de suministro por parte de las empresas, a zonas como el sudeste asiático y América Latina.
  • Fortaleza del dólar: Históricamente, un dólar más fuerte es un viento en contra para los mercados emergentes. La administración del presidente Trump podría impulsar recortes fiscales y gasto, lo que podría impulsar el crecimiento económico de EEUU, dando lugar a tipos de interés más altos, y podría conducir a un dólar más fuerte. El presidente Trump también ha sido partidario de un dólar más débil con fines comerciales, pero esto no se materializó durante su primer mandato como presidente. Las divisas tienden a compensar el impacto de los aranceles. Como tal, las monedas de las economías objetivo de los aranceles deberían debilitarse frente al dólar y podrían presentar oportunidades para que las economías de mercados emergentes comercien en competencia con Estados Unidos.
  • Estabilidad geopolítica: El primer mandato del presidente Trump incluyó tensiones con varios países y un enfoque cauteloso hacia las organizaciones multilaterales. La reanudación de las tensiones podría generar incertidumbre en los mercados emergentes, especialmente en Asia, lo que repercutiría en la confianza de los inversores. Sin embargo, durante esta campaña el presidente Trump adoptó claramente una postura antibelicista. El presidente Trump también ha comunicado que está decidido a poner fin al conflicto entre Rusia y Ucrania, lo que probablemente requerirá la ayuda de China en las negociaciones.

UBP

La victoria ya la "pronosticamos en nuestro informe Perspectivas de inversión para 2024: el regreso de Donald Trump", y una barrida republicana de la Casa Blanca, el Senado y la Cámara de Representantes es cada vez más probable. Anticipando una victoria de Trump, los rendimientos de los bonos estadounidenses a 10 años aumentaron 15 puntos básicos hasta el 4,4%, acercándose al valor razonable del 4,5% que se mantiene desde hace tiempo. Si se confirma una victoria de Trump y el control republicano, los rendimientos podrían tener un mayor potencial alcista, especialmente si el estímulo postelectoral toma forma a principios de 2025. Si bien los resultados electorales dominan la atención de los inversores, no se debe pasar por alto la próxima reunión de la Fed, que podría introducir volatilidad bidireccional en el corto plazo en los mercados de bonos, no sólo relacionada con los 50 puntos básicos de recortes de tipos que los mercados aún esperan hasta fin de año, sino también en torno a la perspectiva de un fin del endurecimiento cuantitativo. 

Además, con las reuniones del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional en curso esta semana, el riesgo de que el estímulo de China agregue un catalizador adicional a los rendimientos de los bonos mundiales y estadounidenses agrava los desafíos que enfrentan los inversores en bonos. 

Como resultado, seguimos creyendo que moderar la exposición a los tipos de interés en las carteras de bonos sigue siendo prudente, favoreciendo estrategias de arbitraje de elevados ingresos/carry y valor relativo para ayudar a atenuar la volatilidad de los bonos cerca de los niveles más altos observados en el siglo XXI.

Replicando el rally postelectoral de 2016, los futuros del S&P subieron un 1,3% durante la noche. A medida que el aumento de los rendimientos de los bonos empiece a afectar a la renta variable, los inversores en renta variable deberían centrarse igualmente en la gestión del riesgo en medio de unas valoraciones elevadas y unas expectativas de beneficios optimistas de cara a 2025.

Si se confirma la victoria de Trump, se avecinan complicaciones con su sentencia programada para el 26 de noviembre por condenas por delitos graves en el estado de Nueva York, lo que genera potencial volatilidad e incertidumbre a finales de año.

Fortuna SFP: EEUU elige al macho alfa

José Manuel Marín Cebrían, analista de mercado y fundador de Fortuna SFP, considera que "el pueblo americano elige al macho alfa. La clase trabajadora, que tras 4 años perdiendo poder adquisitivo, entorno a un 25%, y con un presidente débil, Biden, elige al macho alfa del America First.  El presidente nº 47 de los 50 Estados Unidos de América se erigirá como el salvador de una economía ralentizada con grandes desafíos por resolver. Las reacciones en los mercados han sido fuertes como en futuros y small caps americanas. Es díficil como inversor no estar preocupado por el 'ruido', sin embargo, no tiene que ser una amenaza global. Me preocupa más el nivel de deuda de Estados Unidos que Trump haya ganado las elecciones".

Además, históricamente, "años de elecciones, años buenos para los mercados”. Entramos en una nueva era, que afectará a las relaciones comerciales con medidas proteccionista. La nueva política de Trump será positiva para algunos sectores y mala para otros. La dependencia exportadora, sin duda, va a pasar factura.  En cambio, es el empuje final de los criptoactivos, que se van a beneficiar considerablemente. Habrá que rotar carteras. Pero para una cartera diversificada con vista a largo plazo la influencia se diluye, aunque podemas encontrar ideas de inversión o desinversión. Por ejemplo, podemos intuir posibles amenazas para las tecnológicas que se podrían ver perjudicadas por cualquier declaración desafortunada de Trump.

Activotrade: beneficio para las pequeñas empresas

Juan José del Valle, responsable de análisis de Activotrade SV, ve un impacto en el corto plazo sobre el dólar y bonos de USA . Las divisas más afectadas parecen ser el EUR (-1,8%) y el peso mexicano (-3%). Por otro lado, las criptomonedas se disparan con un Bitcoin que rebota más de un 8% y los futuros de USA rebotan cerca de un 2% con el foco en pequeñas empresas como el Russell 2000, que sube más de un 4%. 

Franco Macchiavelli, analista independiente, cree que la victoria de Trump  trae un cambio de rumbo muy importante para los mercados financieros, desde tecnología hasta combustibles fósiles y criptomonedas. Pero lo más importante serán algunas consecuencias inflacionarias que podrían generar algunas o varias medidas que el mercado está intentando digerir tras los resultados:

  • Protección a las tecnológicas americanas: Trump vuelve a levantar la bandera de la protección a las empresas tecnológicas estadounidenses, una postura que parece diseñada especialmente para hacer frente a la competencia de China en sectores como los semiconductores. Este impulso puede traducirse en importantes beneficios para las gigantes de Silicon Valley y fabricantes nacionales que suministran piezas clave para el mercado tecnológico. Para los inversores, esto puede suponer una oportunidad en compañías de chips y tecnología avanzada que operen dentro de Estados Unidos. La expectativa es que esta tendencia a la "tecnología de casa" basada en el proteccionismo se mantenga sólida en el medio plazo, beneficiando principalmente a las empresas locales, mientras que se dificulta la entrada de competidores extranjeros.
  • Recortes de impuestos: Trump sigue su mantra de recortar impuestos, algo que muchos ejecutivos recibirán con los brazos abiertos. Las empresas obtendrían un respiro y verían crecer sus márgenes de ganancia en el corto plazo, algo que los mercados celebrarán con optimismo, entre otros motivos por eso vemos grandes subidas hoy en los principales índices, pero esta euforia momentánea debería calmarse en los próximos días de cara al posicionamiento estratégico que lleven a cabo algunos fondos e inversores. Hablamos de euforia momentánea porque los recortes fiscales también elevan el déficit gubernamental (que por cierto, también planea aumentarlo de por sí), lo que a largo plazo puede suponer un viento en contra y llevar a un ajuste que termine afectando a las finanzas públicas. Los beneficios y la euforia a corto plazo pueden lucir bien, pero habrá que observar si el crecimiento económico logrado compensa el costo del déficit a largo plazo.
  • Combustibles fósiles: La industria del petróleo y el gas seguramente aplaude esta victoria. Con Trump en el poder, se espera que la presión sobre las energías renovables aminore y ofrezca un nuevo impulso renovador a los combustibles tradicionales como la industria de Oil & Gas. Para los inversores en commodities tradicionales que invierten en petróleo, gas y carbón, la expectativa es positiva, ya que se estiman menos regulaciones y una política que probablemente favorezca la inversión en infraestructura energética tradicional. Las energías limpias, sobretodo solares, podrían verse un poco menos atractivas, mientras que el oro negro sigue ganando terreno y podría volver a brillar.
  • Gasto en infraestructura: La promesa de invertir en infraestructura vuelve a la palestra, y eso pinta bien para sectores como la construcción, transporte y materiales. Si esta inversión se llega a concretar, veremos fuertes movimientos en acciones relacionadas con acero, cemento y logística. Esto podría convertirse en uno de los motores económicos durante el mandato de Trump, pudiendo generar muchas oportunidades para los inversores en empresas de construcción y transporte. Además, el gasto en infraestructura tiende a tener efectos multiplicadores, aumentando la demanda y el empleo en sectores relacionados, lo cual es un factor fundamental que mira muy de cerca el mercado.
  • Fed bajo presión: Trump presionará a la Reserva Federal para mantener los tipos de interés bajos, algo que suena un tanto ilógico ya que son mecanismos independientes entre sí, por lo tanto, es donde más incertidumbre puede llegar a haber en el corto plazo. Esto no es solo una jugada para estimular la economía; también significa un posible aumento de la inflación como colateral (además de aranceles y un aumento del déficit de forma genérica). Con una Fed posiblemente menos independiente y más alineada con la Casa Blanca (algo que todavía está por ver, pese a los rumores), podríamos ver tipos bajos más tiempo de lo estimado. A los inversores, esto les sugiere un escenario donde los activos con mayor riesgo sean más atractivos, es decir, un entorno con menor aversión al riesgo y un mayor posicionamiento en un escenario de risk on.
  • Aranceles y tensiones comerciales: Los aranceles vuelven a ser tema de conversación, y con ello, se intensifican las tensiones comerciales, especialmente con China, en donde se estima que la imposición de aranceles será la más alta al comercio exterior. Los precios de las importaciones aumentarían, afectando a empresas que dependen de insumos del exterior, y esto podría empujar también a la inflación.  Las empresas locales que venden productos en EE.UU. tienen una ventaja competitiva en este caso, pero las compañías que importan productos (y, por ende, sus consumidores) podrían sufrir el impacto de unos costos más elevados. Nótese como nuevamente volvemos a mencionar factores que contribuirían a una mayor inflación
  • China en el radar: Las tensiones con China no desaparecen, sino todo lo contrario, se espera que se intensifiquen en áreas como la inteligencia artificial, donde ambos países compiten agresivamente. Esto podría añadir una dosis de volatilidad geopolítica en los mercados (adicional a la que ya venimos viendo en los últimos meses). La relación tensa entre ambas potencias va a generar un entorno de inversión delicado en sectores relacionados con IA y tecnología avanzada, y aunque puede llegar a significar buenas oportunidades para quienes están bien posicionados en tecnología “made in the USA”, no deja de ser un reto importante que el mercado tendrá que digerir durante los próximos meses y años.
  • Criptomonedas en auge: El mercado venía anticipando una victoria de Trump, y con ello las subidas de Bitcoin vistas durante los últimos días. Ahora, con la victoria de Trump, el bitcoin se dispara todavía más y alcanza un máximo histórico superando el nivel de $75,000, impulsado por su promesa de convertir a Estados Unidos en una superpotencia de BTC y crear una reserva estratégica a nivel nacional. Este respaldo político hace que la criptomoneda se posicione como un activo de peso, y en un contexto de inflación creciente, muchos buscan en el BTC un refugio ante la incertidumbre. Para los inversores, esto abre una ventana en el sector cripto, especialmente para aquellos que buscan diversificación o cobertura.En definitiva, vemos un mercado animado con la noticia, con el Dow Jones de industriales subiendo más de mil puntos intradía, lo cual no se suele ver a menudo y claramente habla de un escenario favorecedor para el mercado, al menos hasta la fecha. 
  • Un gran reto que tiene Trump a partir de ahora es ver si su experimento de bajar tipos impuestos y aumentar el gasto público, será suficiente generador de crecimiento como para mitigar los efectos de un mayor déficit, que pretende ser compensado con las tarifas arancelarias que planea aplicar. Lo que el mercado descuenta, en cualquier caso, es un aumento generalizado de la inflación, justo cuando estábamos llegando a la línea de meta y objetivo del 2%. Sin duda, nos deparan meses y años muy interesantes e inquietantes para los mercados.

DWS: Trump será una carga para la economía europea

Si el control del Congreso está dividido, o con mayorías republicanas estrechas, es poco probable que Trump pueda implementar todos los planes delineados durante la campaña. Sin embargo, la inminente expiración de los recortes impositivos aprobados en 2017 durante el primer mandato de Trump probablemente centre la atención en el Capitolio. Los miembros de ambos partidos tienen fuertes incentivos electorales para extender los recortes, al menos en parte. Dadas las preocupaciones sobre las perspectivas de la deuda estadounidense a largo plazo, un resultado dividido que favorezca los compromisos bipartidistas puede llegar a verse como algo bastante favorable.I

Las reacciones de los mercados a la victoria electoral de Donald Trump son, por el momento, una continuación de las operaciones con Trump que hemos visto en las últimas semanas. Los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos están aumentando considerablemente, especialmente en los vencimientos más largos, ya que la tendencia hacia una mayor inflación y, sobre todo, una disciplina fiscal más laxa estarán en la agenda en las próximas semanas. Los futuros de acciones estadounidenses están reaccionando positivamente, mientras que el escepticismo parece prevalecer en Europa. El dólar estadounidense parece estar fuerte y el bitcoin también está subiendo, pero no tanto como se podría haber esperado. La reacción del oro por ahora es bastante poco espectacular.

A los mercados no les gusta el nerviosismo. Y con la carrera por la Casa Blanca aparentemente terminada, después de lo que parece una elección ordenada y decisiva, al menos los inversores saben un poco más. Sin embargo, ciertas cuestiones siguen siendo inciertas, como los planes arancelarios de Trump y lo que sucederá con los impuestos corporativos, sobre todo mientras los resultados de la Cámara están en equilibrio. 

Otro factor importante sigue siendo el movimiento de los rendimientos de los bonos del Tesoro, que en un cierto nivel bien podría causar perturbaciones en Wall Street. El impacto a medio plazo de las elecciones puede ser menos significativo para los mercados de valores de lo que parece inmediatamente después de las elecciones. Durante la última presidencia de Trump, el S&P 500 generó una rentabilidad total del 70%; desde el comienzo de la presidencia de Biden, los mercados han subido una cifra similar, alrededor del 80%. Otros factores que actúan en segundo plano parecen ser impulsores más importantes para las acciones que la política en sí misma.

Una administración de Donald Trump probablemente será una carga para la economía europea, y la alemana en particular. En vista de las guerras en Ucrania y Oriente Medio, la imprevisibilidad de sus políticas probablemente pesará sobre el sentimiento de los consumidores e inversores. La amenaza de aranceles a las importaciones europeas también podría crear incertidumbre entre las empresas. Incluso si los aranceles no se implementan por completo, las empresas podrían posponer sus decisiones de inversión hasta que tengan claridad. Con Trump, eso podría llevar mucho tiempo. Por lo tanto, esperamos un crecimiento ligeramente más lento en Europa.

Para los bonos del Tesoro de Estados Unidos, el probable resultado de las elecciones significa principalmente la perspectiva de un mayor aumento de los rendimientos, especialmente para los bonos a largo plazo. Es probable que los temores de una política fiscal excesivamente laxa y una ligera tendencia al alza de la inflación desempeñen un papel clave. Sin embargo, los rendimientos a corto plazo también podrían verse sometidos a cierta presión, si se tiene en cuenta la perspectiva de menos recortes de tipos por parte de la Reserva Federal. Por otro lado, en caso de un Congreso dividido, limitaría las opciones de Trump y podría conducir a un movimiento limitado de los rendimientos que no conduzca a una fuerte liquidación. También es probable que Europa experimente cierta volatilidad y tasas básicas más altas, ya que el mercado podría ver mayores déficits. También es probable que las curvas de los bonos gubernamentales básicos de la eurozona se empinen (a 2 y 10 años), ya que los aranceles podrían considerarse negativos para el crecimiento y conducir a más recortes de tipos de los esperados hasta ahora. El diferencial entre los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años y los bonos alemanes a 10 años ya se ha ampliado durante la noche, por lo que es poco probable que se produzca un desacoplamiento completo del mercado estadounidense en el extremo largo de la curva.

En cuanto a las divisas, el dólar estadounidense se ha mantenido fuerte recientemente, pero no creemos que se trate de una "operación de Trump". Más bien, se debe principalmente a los mejores datos económicos de Estados Unidos y al marcado aumento de los rendimientos de los bonos estadounidenses. Ahora, tenemos tres aspectos a considerar:

  • 1) el alto gasto fiscal: un mayor déficit fiscal conduce finalmente a mayores rendimientos de los bonos y, potencialmente, también a una mayor tasa de la Reserva Federal, lo que es claramente positivo para el dólar.
  • 2) La independencia de la Reserva Federal (FED) será un tema importante para el mercado financiero y creemos que el resultado sería una mayor inflación a mediano plazo. Un dólar fuerte podría ser el resultado.
  • 3) La nueva imposición de aranceles cambiará la ecuación a favor del dólar. Se espera que el dólar se mantenga fuerte y, a corto plazo, incluso podría ganar algo de impulso.

En Wall Street, las posibilidades de que continúe la tendencia de Trump son buenas, aunque no esperamos que se mantenga el impulso de antes de las elecciones. Los inversores ahora deben decidir si priorizan el temor a una mayor inflación y, por lo tanto, menos recortes de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal o las políticas más favorables a las empresas previstas de Donald Trump. Una nueva reducción de los impuestos corporativos podría añadir un 3-4% de beneficios al S&P500, pero no antes de 2026. Las empresas con una alta proporción de beneficios nacionales, es decir, estadounidenses, son las que más tienen que ganar. Se encuentran principalmente en el sector financiero y en el segmento de mercado de pequeña y mediana capitalización. Si bien las acciones de las grandes tecnológicas tienen una gran proporción de ingresos no estadounidenses y, por lo tanto, se benefician menos de la reducción de los impuestos, esperaríamos que la Comisión Federal de Comercio se preocupe menos por el poder de mercado de las grandes plataformas tecnológicas. Las acciones energéticas estadounidenses podrían obtener algunos beneficios de una actitud más favorable al petróleo y al gas del nuevo gobierno. Por otra parte, las energías renovables podrían seguir teniendo dificultades y un rendimiento inferior a la espera de una reversión parcial de la Ley de Reducción de la Inflación y los beneficios fiscales relacionados asignados a los parques eólicos y la energía solar.

Por otra parte, los mercados fuera de Estados Unidos probablemente tendrán dificultades para rendir al principio, dada la imprevisibilidad del nuevo presidente. Los aranceles más altos podrían utilizarse más como una amenaza de negociación, para aumentar el contenido local estadounidense en la fabricación de las empresas automotrices y de semiconductores europeas y asiáticas. Sin embargo, creemos que la mayoría de las corporaciones fuera de Estados Unidos se han preparado para un resultado electoral de ese tipo y podrán manejar la situación en 2.0. 

En el improbable caso de que Trump pudiera llegar a un acuerdo con Putin que resultara en un armisticio en Ucrania, esperaríamos que las acciones europeas, excluyendo los nombres de defensa, subieran. Sin embargo, si un EE.UU. liderado por Trump decidiera reducir las ayudas militares a Ucrania, esto deterioraría aún más la estabilidad geopolítica en Europa y los inversores internacionales podrían seguir evitando las acciones europeas.

En cuanto a China, es probable que el riesgo de nuevos aranceles y/o sanciones bajo la administración Trump sea alto, lo que podría generar una mayor volatilidad en los mercados bursátiles de los mercados emergentes. Países como México, que se beneficiaron de las actividades de nearshoring en los últimos años, también verán debilitada su posición. Aparte de eso, creemos que será difícil para los mercados emergentes superar el desempeño mientras China esté luchando con su exceso de capacidad inmobiliaria y la débil demanda de consumo interno. Sin embargo, los inversores siguen esperando un estímulo fiscal masivo en China, lo que a su vez podría afectar la confianza en la otra dirección.

Franklin Templeton: habrá recortes fiscales pero no aranceles tan altos

Stephen Dover, Head del Franklin Templeton Institute, resalta que los republicanos recuperarán la mayoría en el Senado. El panorama es menos claro en lo que respecta a la Cámara de Representantes de Estados Unidos. En cualquier caso, es probable que el partido que resulte vencedor cuente con una pequeña mayoría. No obstante, el dominio republicano de la mayoría en la Cámara de Representantes crearía un espacio propicio para realizar considerables avances legislativos, incluidos cambios significativos en la política fiscal estadounidense.

En caso de una «barrida total» republicana, la prórroga de los recortes fiscales de Trump de 2017 estaría asegurada. Es probable que se reduzcan los tipos legales y efectivos del impuesto de sociedades (el primero quizá hasta el 15 %) y que se introduzcan cambios radicales en la normativa empresarial. Es menos seguro que se incrementen los aranceles en la escala y el alcance previstos en la retórica de la campaña de Trump. Es previsible que ese resultado se determine caso por caso mediante la negociación entre los socios comerciales y con una aportación considerable de la comunidad empresarial estadounidense.

Los mercados de futuros de renta variable estadounidense están respondiendo favorablemente a una presidencia de Trump y una posible 'barrida total'. Los futuros sobre acciones estadounidenses han subido más de un 1%, con una mayor ganancia del índice más amplio de futuros Russell 2000. Los mayores beneficiados serán los sectores e industrias que acojan un entorno normativo más favorable a los negocios, incluidas las empresas energéticas de combustibles fósiles, los servicios financieros y las empresas de menor capitalización. El temor a que se limiten los precios de los medicamentos recetados disminuirá, lo que estimulará la prosperidad del sector farmacéutico.

El mercado de renta fija, por el contrario, se está vendiendo con fuerza, con los rendimientos del Tesoro a diez años acercándose al 4,50%. Los inversores en renta fija reaccionan ante la probabilidad de que los recortes fiscales no vayan acompañados de una contención significativa del gasto. El mercado de renta fija también prevé un mayor crecimiento y posiblemente una mayor inflación. Esta combinación podría ralentizar o incluso detener los recortes de tipos previstos por la Reserva Federal.

El dólar estadounidense avanza en los mercados de divisas, impulsado por la combinación del incremento de los rendimientos de los bonos estadounidenses y la previsión de fuertes entradas en los mercados de valores públicos y privados de Estados Unidos.

"En algún momento, sin embargo, el aumento de los rendimientos de los bonos podría frenar las ganancias de los mercados de renta variable", avisa.

Gustavo Martínez, profesor de Finanzas de la Universidad Francisco Marroquín, aporta varias claves:

  • Apreciación del dólar: Tras la victoria de Trump, el dólar estadounidense ha experimentado una apreciación significativa. Esta tendencia se atribuye a las expectativas de políticas fiscales expansivas y a posibles recortes de impuestos que podrían estimular la economía de EE. UU., atrayendo inversiones extranjeras y fortaleciendo la moneda.
  • Aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro: Los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE. UU. han aumentado, reflejando anticipaciones de mayores déficits fiscales y una posible aceleración de la inflación bajo la nueva administración.
    Oro: ligeros recortes en el estricto corto plazo, para continuar la fuerte tendencia alcista en el medio y largo plazo intentando proteger contra tipos de interés reales negativos
  • .Bitcoin: Muy alcista. Trump prometió convertir a Estados Unidos en "la capital cripto del planeta" y crear una reserva estratégica de Bitcoin.
  • Bolsas: Alcistas por políticas ultra expansivas de Trump y menor intervencionismo.
  • Consecuencias para la economía y el comercio exterior:
    • Políticas comerciales proteccionistas: Trump ha propuesto imponer aranceles del 10% a todas las importaciones y hasta un 60% a productos chinos, lo que podría desencadenar tensiones comerciales y afectar a las cadenas de suministro globales.
    • Impacto en la economía europea: Una política comercial más agresiva por parte de EE. UU. podría afectar negativamente a la economía de la eurozona, con estimaciones de una reducción del PIB en torno al 1%, especialmente en países con alta dependencia de las exportaciones, como Alemania e Italia. Por eso el euro está cayendo.

Kraken: legislación no partidista que impulse los criptoactivos

Jonathan Jachym, Jefe Global de Política en Kraken: "El resultado de las elecciones en Estados Unidos marca un punto de inflexión importante para la política sobre criptomonedas. El presidente Trump y su equipo incluyeron las criptomonedas como una parte destacada de su plataforma de campaña, y vimos la elección de varios nuevos miembros pro-cripto en el Congreso, de ambos partidos. Esperamos trabajar con la Administración Trump y el nuevo Congreso para promover políticas efectivas que abran los beneficios de las criptomonedas para todos los estadounidenses. Nuestros legisladores y la industria han trabajado arduamente en los últimos años para avanzar en una legislación no partidista que regule a los intermediarios centralizados, no el código en sí. Continuaremos colaborando con líderes de ambos partidos para alcanzar este objetivo en 2024".