Miguel Ángel Valero
El morbo, consustancial, nos guste o no, a la condición del ser humano, pedía poco menos que un duelo en OK Corral entre Cojebro y el Consejo General de Colegios de Mediadores de Seguros a cuenta de la coincidencia entre el Camino de Santiago Solidario, impulsado por esta organización empresarial de corredurías de seguros, y el Congreso Nacional de Mediadores.
Como si el seguro estuviera en condiciones de pegarse un tiro en el pie, con la que está cayendo.
La única diferencia respecto a otros años es que el presidente de Cojebro, Antonio Muñoz-Olaya, ha adelantado el anuncio de la próxima edición del Camino de Santiago Solidario, que será del 20 al 26 de septiembre de 2025.
Normalmente, la fecha se anuncia en la cena de clausura del Camino de Cojebro en el maravilloso, aunque incómodo, Parador de los Reyes Católicos en Santiago. Así que ahora nadie podrá alegar desconocimiento, ignorancia o cualquier otra excusa. Antes, tampoco. Pero siempre conviene recordarlo.
Hay que dejar constancia de la elegancia del presidente de Cojebro, que ha huido tanto del victimismo como de la agresividad, aunque insisto en que el morbo poco menos que le exigía situarse al nivel de un Netanyahu.
Todo lo contrario. Un discurso elegante (en el que se percibe, aunque lo nieguen, una autografía femenina, no en vano detrás de un gran hombre hay una mujer aún más grande). Los números le dan la razón: pese a la coincidencia de encuentros, hay 220 peregrinos, los mismos que en 2023 sin esta competencia 'desleal', sin el 'fuego amigo'.
Lo mejor es que el presidente de Cojebro, aunque reconoce los problemas logísticos que genera esta situación, elude entrar en el morbo y prefiere destacar la transcendencia histórica del Camino del Norte, además de recomendar a los peregrinos que se reserven "algún momento para vosotros mismos", y subrayar lo que es una obviedad pero nunca está de más decirlo: "el Camino te cambia la vida porque nunca termina, siempre es el comienzo de uno nuevo".
¡Buen Camino!