Miguel Ángel Valero
El Barómetro Económico correspondiente al 2º semestre de 2024 del Consejo General de Economistas de España muestra que a estos profesionales no les preocupa tanto la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca. Un 44,5% espera un impacto negativo para la economía española, mientras que un 41,7% considera que no habrá cambios significativos. El 13,8% ve efectos positivos, una percepción que se da principalmente entre los economistas menores de 30 años (33,3%). Por sectores, los más optimistas son los economistas vinculados al sector público, con un 23,5% que cree que este cambio podría ser favorable para la economía española. En contraste, los economistas del sector industrial y bancario se muestran más cautos, con mayor predominio de opiniones menos optimistas.
El presidente del CGE, Valentín Pich, ha señalado que “aunque existen matices entre colectivos, los datos evidencian que sigue habiendo una percepción generalizada entre los economistas de que es imprescindible avanzar en un calendario claro de reformas estructurales y diseñar presupuestos alineados con la realidad social y económica percibida”. En esta línea, Pich ha remarcado que “es evidente que hay señales positivas a nivel macroeconómico, en un número claro de indicadores, aun así, tenemos por delante retos sociales y económicos que hay que abordar como es el tema de la vivienda, la persistencia del déficit, la gestión de la inmigración y toda la política social en sanidad o asistencia a nuestros mayores”.
Pich recuerda que “la Ley 7/2024, que introdujo a final de año una batería de medidas fiscales, a través de una disposición final, anula las solicitudes de devoluciones de mutualistas presentadas antes del 22 de diciembre de 2024, regulando un nuevo procedimiento para gestionar estas devoluciones, que deberán solicitarse anualmente a partir de 2025 mediante formularios disponibles en la Agencia Tributaria”.
El Consejo General de Economistas no comparte esta nueva situación porque discrimina entre los contribuyentes que aún no han percibido la devolución, y que han de esperar hasta el 2028 para recuperar la totalidad de las devoluciones, de aquellos otros que ya han recibido la totalidad de los importes. También, el CGE considera desafortunado el nuevo procedimiento regulado para solicitar las devoluciones, ya que limita la posibilidad de acudir al procedimiento general de rectificación o de devolución de autoliquidaciones previstos en los artículos 120 y 221 de la Ley General Tributaria. Esta restricción podría derivar en una posible vulneración de los derechos de los contribuyentes.
Políticas más inclusivas
Por su parte, Salvador Marín, director del Servicio de Estudios del CGE, ha señalado que “a la luz de los datos sobre expectativas de mejora en el ahorro y el empleo, parece que sería conveniente diseñar políticas más inclusivas que impulsen tanto la inversión como el consumo a nivel microeconómico, ya que, si no se aplican medidas efectivas para fomentar la empleabilidad en sectores clave o en jóvenes, será difícil revertir esta tendencia”. “Los datos recogidos en el Barómetro nos indican que debemos trabajar en un equilibrio que permita fortalecer a las empresas, sobre todo en los aspectos que de forma recurrente señalan de presión fiscal y costes salariales, impulsando una cierta priorización en la solución de los mismos”, explica.
Entre las principales conclusiones del Barómetro figuran:
- Percepción económica personal: estabilidad, pero con matices según sectores y género. El 76,4% de los economistas considera que su situación económica personal no ha cambiado en los últimos seis meses. Esta percepción es más alta entre los hombres (78,2%) que entre las mujeres (73,5%). Además, las economistas muestran mayor pesimismo respecto al futuro: un 24,3% de ellas cree que su situación empeorará, frente al 17,8% de los hombres. Por sectores, quienes trabajan en el sector público se muestran más optimistas, con un 29,4% que espera mejorías frente a un 23,5% en el sector industrial y un 21,4% en el bancario. Por el contrario, los economistas del sector comercio son los más pesimistas, con un 50% que anticipa un empeoramiento.
- Ahorro: los desempleados, jubilados y autónomos, trasladan mayores dificultades. El 48,7% de los economistas encuestados anticipan una disminución de su capacidad de ahorro en los próximos seis meses, mientras que solo el 40,6% cree que podría mejorar. Por situación profesional, los desempleados enfrentan mayores dificultades: el 100% de ellos considera que su capacidad de ahorro se reducirá. Les siguen los jubilados (55,3%) y los autónomos (48,4%). En contraste, los empleados del sector público son los más optimistas, con un 58,8% que espera mejorar su capacidad de ahorro, seguidos de los economistas del sector de la enseñanza (43,7%). Un 51,4% de las economistas considera que su capacidad de ahorro disminuirá, frente al 46,8% de los hombres.
- Desempleo: preocupaciones según sectores. El 41,4% de los economistas opina que el desempleo se mantendrá en los niveles actuales, mientras que un 35,2% anticipa un aumento moderado. Por sectores, los más optimistas son los empleados por cuenta ajena en el sector público, donde el 24,1% cree que el desempleo disminuirá, seguidos por los economistas del sector bancario (21,4%). En contraste, los desempleados muestran la percepción más pesimista: un 50% opina que el desempleo empeorará "mucho" y otro 25% cree que "algo peor". Por género, las mujeres tienen una percepción más negativa respecto al desempleo, con un 58,9% que considera que aumentará, frente al 48,5% de los hombres.
- Competitividad: la presión fiscal y los costes salariales, las mayores barreras. El 74% de los economistas señala la presión fiscal como el principal obstáculo para la competitividad, seguido de los costes salariales (72,0%). Por situación profesional, los autónomos (79,2%) y los desempleados (76,8%) son los que más enfatizan la presión fiscal como una barrera crítica, mientras que los empleados del sector público son algo menos contundentes (66,7%), pero lo siguen marcando mayoritariamente. Por género, tanto hombres como mujeres coinciden en señalar estos factores como prioritarios, aunque las mujeres son más proclives a incluir el coste de la energía como un tercer obstáculo (58,2% frente a 53,7% de los hombres).
- La economía nacional: percepciones comunes y variaciones según edad y sector. El 51,2% de los economistas considera que la economía nacional empeorará en los próximos seis meses, mientras que solo el 16,7% prevé una mejoría. Por edad, los menores de 30 años son los más pesimistas, con un 88,9% que anticipa un empeoramiento. Los mayores de 60 años, en cambio, son los más optimistas, con un 18% que cree que la economía nacional mejorará. Por sectores, los empleados por cuenta ajena en el sector privado muestran la percepción más negativa: un 62% considera que la economía empeorará. En contraste, los economistas del sector público son los más optimistas, con un 24,1% que prevé mejorías.
- Impacto de la reducción de tipos del BCE. La reciente decisión del Banco Central Europeo (BCE) de reducir los tipos de interés en 25 puntos básicos genera expectativas mixtas. El 53,2% de los economistas considera que esta medida tendrá un impacto positivo en la economía durante el segundo semestre de 2024, mientras que el 35,1% cree que no generará cambios significativos. Solo el 11,8% anticipa efectos negativos. Por sectores, los economistas del sector público son los más optimistas sobre esta medida, con un 41,1% que espera un impacto positivo. En contraste, los economistas del sector comercio y bancario son los más escépticos, con un 50% y un 42,9%, respectivamente, que consideran que la medida no tendrá el efecto esperado.
- Reformas en Impuestos: banca y energía, impacto percibido en la competitividad. Las nuevas reformas e impuestos en sectores estratégicos como banca y energía son vistas como un obstáculo para la competitividad por dos tercios de los economistas (66,7%). Este porcentaje es particularmente alto entre los trabajadores por cuenta propia (70,5%) y los empleados por cuenta ajena en el sector privado (63,3%). Por sectores, el comercio lidera la percepción negativa, con un 83,3% que considera que estas medidas tendrán efectos desfavorables, seguido de la industria (70,5%) y el sector bancario (71,4%).
- Nueva Comisión Europea (2024-2029): efectos esperados en España. El 52% de los economistas considera que la nueva estructura y objetivos señalados por Comisión Europea no tendrá un impacto relevante en la economía española. Sin embargo, un 33,6% anticipa efectos negativos, mientras que un 14,3% espera un impacto positivo. Por situación profesional, los desempleados son los más optimistas, con un 25% que cree que el cambio beneficiará a España. En contraste, los jubilados destacan como el grupo más pesimista, con un 34,2% que percibe posibles efectos desfavorables.
- Consumo y demanda interna: estabilidad, pero con riesgo de retroceso. Para los primeros meses de 2025, el 45,1% de los economistas anticipa un retroceso en la demanda interna y el consumo de los hogares. Cerca de 4 de cada 10 (38,8%) cree que se mantendrán estables, mientras que solo un 16,1% ve señales de mejora.
Por género, las mujeres muestran una percepción más negativa: el 64,3% considera que el consumo empeorará, frente al 40,1% de los hombres. Por sectores, los desempleados son los más pesimistas, con un 60% que espera un retroceso en el consumo.